CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Desde distintos puntos del país, cientos de fieles de Jesús Malverde, el santo de los narcotraficantes, acudieron a la capilla erigida en su honor, en Culiacán, Sinaloa. A ritmo de tambora y acordeón los devotos acudieron el martes pasado a cantarle las mañanitas por su 107 aniversario luctuoso. Un busto con la figura del polémico santo, no reconocido por la Iglesia católica porque afirma que no tiene datos concretos sobre su vida ni milagros que habría realizado, salió del templo que lo alberga para darle una vuelta en una camioneta. En su recorrido, los creyentes bailaron al ritmo de banda y celebraron con cerveza, después lo llevaron de vuelta a la capilla donde hicieron sus peticiones para que Malverde les cumpla sus milagros. [caption id="attachment_439487" align="alignnone" width="702"] El aniversario de Malverde en Culiacán. Foto: Juan Carlos Cruz[/caption] Conocido como el santo patrono de los narcotraficantes, también brinda protección virtual a través de altares cibernéticos que sus seguidores le han abierto en Facebook desde 2009. Hay al menos una decena de perfiles dedicados a él, muchos devotos le dejan agradecimientos o le piden sus bendiciones. También le solicitan protección para su seguridad y la de su trabajo, y le agradecen por cuidarles la espalda. Según el investigador Luis Astorga Almazán, que enfocó su trabajo a la sociohistoria del narcotráfico en México, Malverde ha sido venerado mucho antes de que existiera la prohibición de drogas en México y antes no era relacionado con los narcotraficantes. Malverde era un bandido social en la época del porfiriato cuando no estaban prohibidas algunas plantas que ahora lo están y cuyo comercio era legal, reseñó Astorga en su estudio El siglo de las drogas: El narcotráfico, del porfiriato al nuevo milenio (2005).