Pide AI a líderes de Norteamérica atender crisis de derechos humanos en la región

lunes, 27 de junio de 2016 · 22:05
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En vísperas de la Cumbre de Líderes de América del Norte en Ottawa, Canadá, Amnistía Internacional exhortó a los presidentes de Estados Unidos y México, Barack Obama y Enrique Peña Nieto, así como al primer ministro canadiense Justin Trudeau, a priorizar la atención a la crisis de derechos humanos de la región, de manera particular los problemas financieros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En una carta abierta que fue distribuida entre los líderes de América del Norte antes de que inicien los trabajos de la Cumbre, el miércoles 29, la organización con sede en Londres enlistó algunos de los asuntos más apremiantes en la región, como “las personas migrantes y refugiadas, comercio e inversión, pueblos indígenas, mujeres y niñas, seguridad pública y nacional, cambio climático y personas defensoras de los derechos humanos”. Los directivos de Amnistía en América del Norte, Perseo Quiroz, de México; Margaret Huang, de Estados Unidos, y Alex Neve, de Canadá, llamaron a los mandatarios a “iniciar evaluaciones extensas, independientes, imparciales y transparentes sobre el impacto en los derechos humanos tanto en el Tratado de Libre Comercio de América de Norte (TLCAN) como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y abordar cualquier impacto nocivo”. Sugirieron que entre los acuerdos que alcancen, se adopten legislación y políticas públicas “para garantizar que se haga responsable a las compañías que han causado o contribuido a los abusos de derechos humanos”. En el tema de cambio climático, dar garantías de que se cumpla con las normas internacionales, y “reiterar públicamente el importante papel que juegan las defensoras y defensores de derechos humanos”. Entre los temas de mayor relevancia para los directivos de Amnistía Internacional, resaltaron el de la violencia y discriminación contra mujeres y niñas, “particularmente los niveles alarmantemente agudizados” entre las comunidades indígenas. Explicaron que en Canadá, las niñas y mujeres indígenas “enfrentan un riesgo significativamente agudizado de ser sometidas a violencia, incluyendo el asesinato que surge de la marginación social y económica profundamente enraizada en la sociedad canadiense”, en tanto que en Estados Unidos “más de una de cada tres mujeres indígenas serán violadas a lo largo de sus vidas”. En el caso de México, “la violencia contra las mujeres y niñas, incluyendo feminicidios, desapariciones, tortura y violencia sexual, permanece endémica”, situación alentada por la impunidad, pues “la gran mayoría de los casos no son investigados con la diligencia debida y los perpetradores de la violencia rara vez son llevados ante la justicia, dejando a las mujeres en riesgo constante”. Perseo Quiroz apuntó que “el agudizado nivel de riesgo que enfrentan las mujeres y niñas de América del Norte, particularmente las mujeres y las niñas indígenas, debe ser una prioridad urgente para nuestros líderes”. Asimismo, exigió el desarrollo de “planes de acción nacionales para terminar con la violencia contra las mujeres, los cuales aborden las múltiples e interconectadas formas de discriminación que enfrentan a lo largo de América del Norte”, así como aplicar la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas “como una medida de protección que aborde los riesgos particulares enfrentados por las mujeres y las niñas indígenas”. Alex Neve explicó que con la carta abierta, Amnistía Internacional pretende que los líderes de la región “adopten una agenda impulsada por los derechos humanos que coloque estas cuestiones donde pertenecen, en el corazón de mismo del trabajo de nuestros líderes y de una visión de América del Norte”. El director ejecutivo de Amnistía en Canadá señaló que una vez que termine la cumbre, se podrá advertir si se tomaron en cuenta “las apremiantes preocupaciones sobre derechos humanos”, planteadas y apoyadas por los dos millones de simpatizantes de la organización civil en América del Norte. Por su parte, Margaret Huang llamó a los mandatarios de los tres países de América del Norte a “comprometerse definitivamente a terminar con la detención de toda la niñez migrante y refugiada”. Agregó que dado que el número de personas que huyen de la violencia y la persecución va en aumento, “es imperativo proteger los derechos humanos de las personas refugiadas y migrantes”, en lugar de “incrementar las barreras” y someter a esas víctimas “a más adversidad”. Por ello, la organización exigió “un plan conjunto para proteger a las personas migrantes en América, muchas de la cuales huyen de circunstancias tan violentas y peligrosas que deben ser clasificadas como refugiadas”. Al demandar “compromisos generosos y concretos” para compartir la responsabilidad global de proteger los derechos de las personas refugiadas, Amnistía Internacional insistió a los mandatarios de los tres países para “un cese inmediato a la actual práctica de los tres países de recluir a la niñez migrante y refugiada en centros de detención”.

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