'¡Daremos la vida hasta encontrarlos!”, claman padres de los 43 en el Zócalo

jueves, 26 de enero de 2017 · 22:15
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A 28 meses de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los padres de familia recordaron al presidente Enrique Peña Nieto que tiene una gran deuda con el pueblo de México. “Usted señor presidente, usted que mintió otra vez al pueblo mexicano diciendo que el alza de las gasolinas era parte del comportamiento del mercado, cuando lo que quiere es subsanar el hueco en las finanzas del país. Usted tiene una deuda con nosotros y con el país: la aparición con vida de nuestros hijos y el esclarecimiento de los hechos". El reclamo fue lanzado por un padre de familia en una esquina de la plancha del Zócalo capitalino, al caer la noche de este jueves 26, fecha en que se cumplen 28 meses de “intensa pero esperanzadora búsqueda” de los jóvenes por parte de sus padres, la mayoría provenientes del estado de Guerrero. Durante una marcha que inició al pie del Ángel de la Independencia, ubicado sobre el Paseo de la Reforma, donde los padres fueron acompañados por decenas de estudiantes, trabajadores y organizaciones sociales, el reclamo al presidente se extendió al recordarle el fracaso de su gobierno respecto de las reformas estructurales. En especial la energética, que derivó en el alza del precio de las gasolinas y que también ha desatado diferentes protestas a lo largo del país. Fue una marcha sin incidentes de violencia. Al frente caminaron los padres de los 43 desaparecidos, detrás de ellos los representantes de Atenco con sus machetes afilados y siempre apuntando al cielo despejado que enmarcó este día al Centro Histórico. La manta rojinegra sintetizaba un mensaje de cobijo: “Ayotzi, hermano, Atenco te da la mano”. Detrás de ellos desfilaron los estudiantes normalistas con su insistente reclamo: “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, y la consigna “¡Ahora se hace indispensable, presentación con vida y castigo a los culpables!”. El sonido de trompetas y tambores de los integrantes de la Sexta, adherida al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), daban ritmo a la protesta que se encaminó por avenida Juárez para después desembocar al Zócalo por 5 de Mayo. Los padres también estuvieron acompañados por estudiantes de la UNAM, la UACM y organizaciones como el Frente del Pueblo; maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y el Sindicato de Telefonistas, entre otros. Al mismo tiempo, policías auxiliares y de tránsito custodiaron la marcha. En las cartulinas se pedía la renuncia de Peña Nieto, la “muerte del mal gobierno”. En otra, “Nos faltan 43 + 28 mil. ¿Cuántos más para que renuncie EPN?”. En otra pancarta se cuestionó: “Gobierno y PGR, ¡basta de cínicas verdades históricas!”. Así fue transcurriendo la tarde hasta que llegó la noche, entonces se encendieron las luces que dan vida al Palacio Nacional, a la Catedral Metropolitana y a los demás edificios coloniales en la mayor plaza del país, y también la nostalgia y el coraje cimbraron a la madre de Saúl Bruno García, quien en el templete apretó el micrófono y con voz quebrada clamó: “Por qué nos hicieron eso. Por qué los desaparecieron si eran tan sólo unos jovencitos que recién entraron a la Normal. Si se portaron mal, que no creo, por qué no los llevaron a la cárcel o algún lugar donde pudiéramos encontrarlos… Es muy duro al atardecer no saber dónde está tú hijo”. El sentimiento era similar entre los demás padres que hablaron en el mitin, aunque el papá de José Ángel Navarrete de plano advirtió que no regresará a casa hasta que tenga resultados. “Para eso daremos hasta la vida", sentenció. Así transcurrió fue la primera marcha del año protagonizada por los padres de los estudiantes normalistas, con un claro mensaje a Peña Nieto de que tiene aún una deuda con el caso Ayotzinapa y también con el mensaje de esperanza a sus hijos desaparecidos impreso en una pancarta: “Queridos hijos: Buenos días les decimos siempre al amanecer. Queremos sus sonrisas de vuelta, queremos sus sueños hechos realidad. Queremos sus abrazos con nosotros, los queremos de regreso… ¡¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!!”.

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