CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Luis Felipe Bravo Mena, expresidente nacional del PAN, alertó sobre el fracaso del Frente Ciudadano por México si no se procesa adecuadamente su candidatura presidencial y sobreviene una ruptura. “Si no hay Frente, la pulverización del voto opositor va a dar ventaja al status quo”, advirtió Bravo Mena, quien dijo que existe el riesgo de que la alianza fracase si se mantienen las ambiciones de los aspirantes Silvano Aureoles y Miguel Ángel Mancera (PRD), así como Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle (PAN). “Hago este llamado a todos los liderazgos relevantes dentro de las fuerzas que están tratando de construir el Frente para que tomen en segundo lugar sus ambiciones personales legítimas. Por encima está México y el interés superior de responderle a los ciudadanos”, subrayó el presidente de la Comisión Anticorrupción del PAN. Bravo Mena habló de los riesgos que enfrente al Frente Ciudadano por México durante el foro “Retos 2018: TLC y sucesión”, organizado por la fundación alemana Konrad Adenauer y el Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEO), presidido por Arturo Germán Belmont, un viejo militante de la ultraderechista organización secreta “El Yunque”. Según Bravo Mena, el problema central para la materialización electoral del Frente Ciudadano por México es la definición de la candidatura presidencial, lo que podría provocar fracturas, como la renuncia al exgobernador Moreno Valle. Y lo que esto provocaría, dijo, sería algo semejante a lo que ocurrió en la elección del Estado de México, cuando “la inmensa mayoría de votantes del PAN se fue con Morena”. Pero ahora, según él, si el candidato del PRI fuera el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, “el panista blando pudiera votar” por él. A su vez, Belmont, exlíder del Movimiento Universitarios de Renovadora Orientación (MURO), que desató la violencia en la UNAM desde la década de los 60, hizo un llamado a los presidenciables a dejar el populismo, hacer propuestas concretas contra la inseguridad pública y la corrupción generalizada y llevar procesos limpios. "De ello dependerá si en México se consolida la democracia o se tiende un régimen político de naturaleza totalitaria”, subrayó.