CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Después de abandonarlo en su proyecto presidencial por preferir al panista Ricardo Anaya, los grupos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) le concedieron la presidencia de este organismo político en la persona de Manuel Granados, de mala relación con la saliente Alejandra Barrales. La definición de Granados se produjo luego de que las corrientes dominantes del PRD se reunieron, en privado, para tratar de apaciguar el resentimiento de Mancera tras el pacto de la cúpula de ese partido con Anaya y descartar a los aspirantes de cada una de las corrientes, entre otros a Miguel Alonso Raya. La decisión se produjo en medio de versiones que atribuyeron a Alejandra Barrales, la presidenta saliente del PRD, haberlo traicionado por ser ella la candidata a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. El enojo de Mancera con el pacto de Barrales-PRD con el PAN-Anaya sería la razón por la que Mancera impulsó el registro de Armando Ahued y Salomón Chertorisky, secretarios de Salud y Desarrollo Económico del gobierno, como aspirantes también al cargo de jefe de gobierno. Luego de que Mancera rechazó coordinar la campaña de Anaya, en una conferencia de prensa en la que se hizo acompañar de Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del PRD y tres veces candidato presidencial, la cúpula de este partido decidió nombrar a Granados como su presidente, aunque la secretaría general queda a cargo de Ángel Ávila, el candidato de los grupos hegemónicos. Consejero jurídico del gobierno de la Ciudad de México, Granados ha sido un personaje muy allegado a Mancera desde que fue procurador de Justicia de la Ciudad de México, en la que fue su coordinador de asesores y luego fue diputado y coordinador de la bancada del PRD. Es sabida la pésima relación personal de Granados con Barrales, quien hace seis años fue aplastada por Mancera en la disputa de la candidatura del PRD a la jefatura de gobierno de la Cuidad de México. Barrales, a su vez, se inscribirá mañana como aspirante a la jefatura de gobierno. La elección de Granados y Ávila en el Consejo Nacional Electivo del PRD fue de trámite tras el arreglo entre las facciones, que a sí mismas se hacen llamar tribus.