Balacera en Chihuahua deja ocho civiles muertos y cuatro policías heridos (Videos)

lunes, 20 de marzo de 2017 · 16:02
CHIHUAHUA, Chih. (apro).- Ocho civiles murieron y cuatro policías resultaron lesionados tras un enfrentamiento ocurrido ayer entre dos grupos delictivos de La Línea que controlan el noroeste de la entidad. “No podíamos salir porque los balazos estaban con todo (…) Ya están los ministeriales y el Ejército custodiando”, señaló asustada una habitante de la colonia Álvaro Obregón, seccional del municipio de Cuauhtémoc, zona presuntamente disputada por los líderes del grupo criminal: Carlos Arturo Quintana, El 80, y César Gamboa Sosa, El Cabo. Extraoficialmente se supo que César Daniel Manjarrez Alonso, El H2, presunto líder de La Línea en Maguarichi y Bocoyna, se unió a El 80, y ayer “levantaron” a El Cabo y a sus hermanos. Tras el enfrentamiento, las autoridades localizaron alrededor de las 10 de la noche cuatro cadáveres sobre la carretera a Cusihuiriachi y esta mañana se hallaron otros cuatro en el rancho La Quemada. Al parecer uno de los muertos es hermano de El Cabo, y éste supuestamente fue herido. Carlos Huerta Muñoz, portavoz de la Fiscalía General del Estado, confirmó las ocho muertes, y dijo que agentes de esa dependencia se encuentran en la zona en busca de más evidencias y cuerpos sin vida. La tarde y noche del domingo circularon videos tomados con celulares de personas que grabaron las balaceras en la zona. Uno de los usuarios de redes lloraba mientras oraba y filmaba para dar a conocer lo que sucedía en su tierra. El enfrentamiento comenzó alrededor de las 3 de la tarde en el corredor que conecta el municipio de Cuauhtémoc con Bachíniva, principalmente en la zona menonita. El ataque más fuerte ocurrió en el campo menonita número 101, ubicado en el entronque hacia Bachíniva, donde cuatro agentes municipales resultaron heridos. De acuerdo con habitantes de aquellas regiones, hubo varios muertos y otras personas desaparecidas, incluso dicen que los agresores aventaron varios cuerpos en una laguna y cerca de la comunidad La Quemada, así como en el ejido Ojo de la Yegua. Previo al enfrentamiento, alrededor de las 8 horas, localizaron una cabeza en el kilómetro 30+200 de la carretera que va de Cuauhtémoc a Rubio (Álvaro Obregón). La víctima no ha sido identificada, sólo se dio a conocer que tenía un corte de cabello tipo militar y era de tez morena. En el lugar, los victimarios dejaron una cartulina con un mensaje de amenaza, de acuerdo con los pobladores. Sobre el ataque, la Fiscalía General del Estado (FGE) dio a conocer que alrededor de las 17:30 la Dirección de Seguridad Pública en Rubio recibió una denuncia la cual informaba que hombres armados habían provocado una balacera a la altura del campo 101, en el entronque a Bachíniva, y que cuando agentes municipales llegaban al lugar, los recibieron con disparos de armas de fuego. Al lugar arribaron elementos del Ejército Mexicano, más municipales y agentes de la Fiscalía para verificar los hechos. Sólo pudieron recuperar las unidades de la Policía Municipal que habían sido abandonadas, debido a que los delincuentes superaban a los uniformados en número y habían herido a cuatro compañeros. Los agentes lesionados fueron trasladados a una clínica particular de la ciudad de Cuauhtémoc, pues luego de conocerse el enfrentamiento, según personal médico, se cerró el Centro de Salud de la ciudad. Los policías se encuentran fuera de peligro. Por la noche, personal médico dio a conocer que los delincuentes pidieron a un médico y a una enfermera que atendieran a un herido en un domicilio particular porque estaba delicado. En el corredor carretero donde ocurrió el enfrentamiento, según la versión oficial, los militares y agentes estatales recuperaron 15 vehículos abandonados, y a la altura del kilómetro 47 se percataron de que había una camioneta blanca Chevrolet línea Equinox modelo 2016 con las puertas abiertas. Al acercarse al vehículo observaron que tenía el motor y las luces exteriores encendidas, y adentro localizaron cartuchos percutidos y otros sin percutir. La camioneta tiene la serie 2GNAL9EK6G610985 con reporte de robo en el estado de Tamaulipas. [caption id="attachment_478775" align="alignnone" width="1200"]Vehículos que participaron en los hechos de violencia. Foto: Especial Vehículos que participaron en los hechos de violencia. Foto: Especial[/caption] Fotografías enviadas a varios medios, entre ellos a Apro, revelan que hubo personas muertas y más vehículos abandonados a orillas de la carretera o atravesados sobre la vía. Debido a la balacera, durante varias horas se cerraron los accesos a Rubio, abiertos alrededor de las 19 horas, y por la noche, a través de las redes sociales, se advirtió a los pobladores de Cuauhtémoc y de lugares aledaños que evitaran salir: “Por ningún motivo salir para el rumbo de Rubio y Bachíniva, hoy murieron algunas personas, mañana están amenazando con matar a quien se le ocurra pasar por el 101, por nuestro bien no hay que salir, hoy estuvo feo, mañana va a estar peor”. La gente armada continuó circulando durante la tarde y noche, y las autoridades de Rubio pidieron tener precaución al transitar hacia Cuauhtémoc o de plano evitarlo. En coordinación con el Ejército Mexicano, la Fiscalía Zona Occidente implementó un operativo en la región. Despojos y desplazamientos al por mayor La vida de campo en los poblados que forman parte del corredor carretero del noroeste y que llega hasta Ciudad Juárez comenzó a cambiar hace 25 años, cuando se construyeron carreteras que dan acceso a las comunidades y rancherías ubicadas en los municipios de Cuauhtémoc, Bachíniva, Namiquipa, Gómez Farías, Buenaventura y Nuevo Casas Grandes, entre otros. A lo largo del camino hay decenas de ranchos cuyos moradores vivían de la siembra de maíz, frijol, avena y trigo, y de la ganadería. A partir de que las autoridades abrieron más caminos de acceso a las comunidades, con el fin de tener más vías para conectarse con la frontera, la vida cambió para ellos. Desde 2008 se añadió un nuevo ingrediente a la debacle de esa zona rural, porque los alcanzó la violencia, y en el sexenio pasado los habitantes fueron callados con la fuerza del narcotráfico. El número de muertos y desaparecidos se incrementó, junto con los despojos y desplazamientos. “Empezaron a entrar las carreteras desde hace tiempo, una de Buenaventura a Cuauhtémoc llega hasta a Juárez; también hicieron una desviación en el kilómetro 60 de la carretera Panamericana, supuestamente para desahogar el tráfico de Villa Ahumada, pero desde hace como diez años empezaron a circular muchos tráileres”, dice un poblador. Aquellas comunidades están conformadas por pocos habitantes, hay de 200, 600 o más, pero poco a poco se vacían. “Ha llegado mucha gente desconocida los últimos años, generan desconfianza, pero la gente no dice nada por temor. Ya casi no viven los viejos, se han ido, pero llegó gente extraña. Antes nos conocíamos todos, ahora no, todos nos cuidábamos entre sí, los niños tenían libertad”, relata un agricultor de la comunidad de Santa Catalina, municipio de Namiquipa. Por ese ejido, apunta, mucha gente pasa constantemente, en tráileres principalmente. “Cuando entró (el expresidente) Felipe Calderón, como en el 2008 comenzaron a escucharse muchos balazos por aquí, es zona de paso. Luego vinieron los levantones. El gobierno estatal pasado y el miedo nos paralizaron. ¿A dónde denunciábamos? No nos hacían caso”, abunda el entrevistado. Los últimos años han desaparecido varios hombres, no llevan la cuenta exacta, pero por lo menos –aseguran– son diez en esa comunidad y una cantidad similar en otras. A Santa Catalina la separa un río del ejido Benito Juárez, municipio de Buenaventura, de donde era el matrimonio de Ismael Solorio Urrutia y Manuela Martha Solís Contreras, quienes habían defendido el medio ambiente de la minera Mag Silver y la sobreexplotación de pozos ilegales que han permitido las autoridades federales y estatales. Ellos fueron asesinados el 22 de octubre de 2012 en la carretera de Rubio a Cuauhtémoc. El crimen continúa impune. “La situación en Benito Juárez, en Namiquipa, en Bachíniva, en todos estos lugares es la misma. Los hombres que se han llevado tienen entre 30 y 40 años principalmente, pero también se han llevado a señores de 60. A un joven se lo llevaron el año pasado de la plaza y a otro en una lazada. Se han llevado a mujeres, pero a algunas sí las regresan, a una la dejaron amarrada en un poste”, cuenta otra vecina de una comunidad cercana a Santa Catalina, quien también pidió ocultar su nombre por seguridad. Otra mujer, maestra de educación primaria de varias comunidades, lamenta que ahora los niños no pueden jugar en las calles como lo hacían antes. Ahora “juegan a narcos y policías, ya casi no hay niños en la calle, ni libertad. Cambió la confianza, ahora hay desconfianza, hay mucha gente desconocida. Los últimos años han llegado deportados de Estados Unidos, otros llegan de Juárez, de Casas Grandes, por ejemplo”. Las familias víctimas de la violencia y desaparición forzada, además de las mujeres maltratadas, no encontraron eco en la atención psicológica y menos en la denuncia penal durante el sexenio pasado, que no reconoció el incremento de la violencia ni las desapariciones, y menos destinaba atención hacia ellos. Los habitantes sólo se han apoyado con organizaciones de la sociedad civil Como en Benito Juárez, otro problema que enfrentan al noroeste otras rancherías y comunidades es la sobreexplotación de pozos. Cerca de las comunidades rurales de esos municipios hay varios campos menonitas y ellos, en algunas zonas, han desarrollado industria agrícola. Ahora todos viven las consecuencias de la asfixia a la que fueron sometidos, y los delincuentes del crimen organizado han despertado.

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