En la frontera con Guatemala hay 56 cruces donde nadie pide papeles para entrar o salir

lunes, 17 de abril de 2017 · 20:15
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- A lo largo de los 573 kilómetros de frontera entre México y Guatemala existen sólo ocho cruces formales donde las autoridades migratorias y aduaneras, además del Ejército, mantienen un control de lo que se intercambia entre ambos países. Sin embargo, la misma frontera sur cuenta con 56 puntos donde cualquiera puede cruzar para traficar con mercancías, personas y todo tipo de drogas o armas, sin que nadie lo impida. Y justamente por cualquiera de esos puntos pudo haber ingresado a Guatemala el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte, detenido el pasado sábado 15 en Panajachel, municipio de Sololá. La mayoría son caminos de terracería que conectan a comunidades rurales donde mexicanos y guatemaltecos se han fusionado en una misma cultura, lengua y lazos familiares. Lo mismo pasan la línea fronteriza para ver a un familiar o a un amigo, que para ir diariamente a sus trabajos o a sus milpas, donde tienen sus cultivos. En esos 56 puntos detectados por la Comisión Internacional de Límites y Aguas México-Guatemala (CILA), de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la frontera es imaginaria, porque nadie pide papeles para entrar o salir. Al menos eso se desprende del “Inventario de los Cruces Fronterizos Vehiculares Informales existentes en la Línea Divisoria Internacional Terrestre entre México y Guatemala”. Ahí se explica que los responsables sólo se han limitado a colocar letreros que señalan el inicio y fin del territorio entre ambos países, o monumentos de concreto, o monolitos blancos. A lo largo de la superficie fronteriza terrestre hay unos mil 704 de esos monumentos. En marzo de 2014 se solicitó ese documento a la CILA, pero respondió que no podía dar la información porque “se corre el riesgo de que la misma pueda llegar a manos del crimen organizado nacional y trasnacional, lo que indudablemente –argumentó– incrementaría el cruce ilegal entre ambos países de bienes, productos, armas, drogas, animales y personas, al tener conocimiento documentado que en aquellos puntos geográficos de cruce informal de vehículos en la línea divisoria internacional terrestre entre México y Guatemala no existen autoridades de revisión de ninguno de ambos países”. En esos 573 kilómetros de frontera entre México y Guatemala también existen dos ríos que separan a ambos países: el Suchiate, con 81 kilómetros, y el Usumacinta con 305 kilómetros. El primero baja su nivel en tiempo de seca, por lo cualquier persona puede pasar hasta caminando. El segundo es muy caudaloso, pero puede cruzarse en lancha de motor o de remo en cualquier punto. Tres de los cruces fronterizos formales existentes están en las márgenes del río Suchiate: Ciudad Hidalgo (sobre el Puente “Ing. Luis Cabrera”), México-Tecún Umán (sobre el Puente “Dr. Rodolfo Robles”) y México-El Carmen (sobre el Puente Talismán). Otros dos cruces fronterizos formales están en Ciudad Cuauhtémoc (México-La Mesilla, Guatemala) y Carmen Xhan (México-Gracias a Dios, Guatemala), y uno más en el poblado Nueva Orizaba, del lado mexicano, y el poblado Ingenieros, de lado de Guatemala. En el margen del Río Usumacinta se encuentra el cruce Frontera Corozal (México-Bethel, Guatemala) y el octavo cruce fronterizo formal donde hay autoridades migratorias y aduanales es el de El Ceibo, muy cerca de Tenosique, Tabasco. En abril de 2016, tras la instrumentación de la Zona Económica Especial en esta región de la frontera sur, el presidente de la Coparmex-Costa de Chiapas, Rafael Rojo Galnares, consideró que el gobierno federal debería incrementar la vigilancia y “clausurar o controlar los pasos vehiculares ilegales”. Y en un documento entregado a senadores de las comisiones de Hacienda; Sur-Sureste; Comercio y Fomento Industrial; Población y Desarrollo; Estudios Legislativos, y Especial de Productividad, se establecieron los riesgos que existen derivado de los cruces informales de un lado a otro de la frontera entre México y Guatemala.

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