En México existe la 'tentación” de usar la figura de Trump en comicios de 2018: Ebrard

lunes, 3 de julio de 2017 · 19:26
MADRID (apro).- En México existe la “tentación” de usar la figura de Donald Trump en las próximas elecciones federales de 2018 para equiparar a la izquierda mexicana con la crisis que vive Venezuela, señaló aquí el exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard. Esa medida, consideró, “no sólo es algo peligroso, sino equivocado”. “No es que Trump vaya a influir por sí mismo en las elecciones, sino qué hacemos nosotros en México frente a Trump. Y lo más responsable sería pensar cómo podemos proteger mejor los intereses de México frente a la administración de Estados Unidos, independientemente de que tengamos elecciones”, manifestó Ebrard en la Mesa redonda “El papel de los países iberoamericanos frente a la administración Trump”, donde compartió con los exministros de Exteriores de Brasil y España, Celso Amorin y Miguel Ángel Moratinos, respectivamente. El político mexicano, quien desde hace tres años se encuentra fuera de su país, advirtió que la llegada de Trump al gobierno de Estados Unidos nos sacó de “nuestra zona de confort”, y en México -agregó- ha tenido un enorme impacto porque “desde los años 90 se buscó tener una relación primordial con Estados Unidos en el comercio, y en el Tratado de Libre Comercio se conformó una alianza preferencial”. “Lo que me sorprende es que no hemos reaccionado. Yo desde California veo que frente a una ofensiva de ese tamaño, muy demencial, todavía no hemos podido reaccionar, tratamos de sobrevivir lo mejor que podemos frente a la realidad”. De acuerdo con Ebrard, se debe tener en cuenta que el gobierno de Trump y esa coalición de intereses detrás de él “llegó para cambiar lo que conocíamos”. Es una coalición de esta forma de pensar ultraconservadora “que no es pasajera, que tiene un método avasallante”. Su mecanismo de negociar es advirtiendo que abandonará el Tratado de Libre Comercio (TLC) si no se negocia como quiere, y ante todo ello es necesario “incentivar un nuevo andamiaje, que no tenemos aún”, para dar una respuesta distinta a Trump. Explicó que es algo insólito, porque hace un año no hubiéramos pensado que esto iba a pasar. “¿Qué pasa en México? Bueno, hay una reacción de corto plazo para sentarse a revisar el TLC con la agenda de Estados Unidos. Eso va a representar una negociación muy adversa, nada favorable, además con elecciones en 2018”, apuntó. En este tiempo de administración de Trump, el “sacudimiento” en México es “muy serio a la apuesta que se hizo. Él dice que va a hacer un muro, el muro ya existe en buena parte de la frontera, pero no es un muro respecto de la migración mexicana, es un muro contra el sur, es una protección respecto a México y el resto de los países de América Latina”. Esto representa en Estados Unidos un movimiento cultural en contra “de la civilización de la que formamos parte”. Hoy en día, si hablas español es un problema. “La gente no quiere hablar español”, expresó. Por ello piensa que ese movimiento cultural “requerirá una respuesta del mismo tamaño. Yo no recuerdo una agresión de ese tamaño. Para México es algo muy notorio porque no sólo somos vecinos, sino por el sueño del que despertamos de forma muy abrupta”. El exjefe de Gobierno consideró que la respuesta es muy limitada en México y el resto de los países frente a esta agresión y este movimiento cultural estadunidense, porque ahora “todos están tratando de acomodarse y hacer un control de daños y entender a este tipo, para ver qué significa más allá de sus tuits y de lo imprevisto de sus acciones. Es evidente que se va a tratar de reducir el costo. “Pero no tenemos una reacción del mismo tamaño, el muro es el símbolo de lo que nos espera”. Advirtió que “no es algo temporal” la llegada de Trump y toda esa coalición que se formó detrás de su proyecto político, “ni es de un alcance limitado. Tendrá efectos más estructurales y de fondo”. Añadió: “Lo que debemos pensar es cómo lo vamos a contener, cómo vamos a coexistir y cómo vamos a diseñar nuestra presencia cultural, política y económica respecto de Estados Unidos, porque es un cambio mayor. El tipo es verdaderamente repugnante, con toda frialdad tenemos que saber qué significa”. Marcelo Ebrard consideró que en el orden internacional a Trump “le estorba” todo lo que sea multilateral. Lo que “demuestra no es que haya una ausencia de método, sino que es otro método”. En el caso de América Latina, añadió, Trump utiliza su “talante conservador” y está aprovechando “la debilidad que tenemos, sabe que no estamos coordinados, que varios de los regímenes que tenemos están en crisis”. Por tanto, recalcó, su estrategia es “maximizar las ventajas” de corto plazo, “golpear a nuestra comunidad (que) le genera un alto rendimiento. No sé si lo vaya a seguir teniendo indefinidamente, pero los golpes contra los mexicanos y la comunidad hispano-parlante no tiene una repercusión dentro de Estados Unidos” y en materia electoral. Trump buscará “consolidar la coalición detrás de él” y lo hará con su estilo muy agresivo, frente a la debilidad de los países latinoamericanos. En este entorno, explicó, con México “va a maximizar sus ventajas en la negociación del TLC, va a complementar el muro como un símbolo en su lucha y seguirá creando un clima cultural difícil de revertir”. Sin embargo, señaló que las reacciones tradicionales no están diseñadas para lo que significa ese método, entonces en México y los países de la región se necesita salir de la zona de confort. “Necesitamos una visión nueva respecto de lo que podemos hacer”. Según Ebrard, debe proponerse una “arquitectura nueva” con una visión progresista que sirva de contrapeso a Estados Unidos. Lo primero que tiene que hacerse, dijo, es “acelerar todas las formas de diálogo con Latinoamérica e Iberoamérica”.

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