Se recrudece violencia en Tamaulipas; descuartizan al "Z-12" y lo esparcen en prisiones de Monterrey

domingo, 2 de diciembre de 2018 · 12:22
NUEVO LAREDO, Tam. (proceso.com.mx).- Tras el robo de su cadáver de una funeraria de esta ciudad, el cuerpo de Luis Reyes Enríquez, alias "Z-12" o "El Rex", fue descuartizado y sus partes repartidas en zonas aledañas a prisiones de la zona metropolitana de Monterrey y la cabeza abandonada cerca de la prisión de Ciudad Victoria con la advertencia: “Sigue la limpia... Aquí quedo su patrón Vieja Escuela. Imagínense que les espera a ustedes cuando salgan”. La cabeza y las partes del “Z-12” fueron abandonada con una gran manta con la advertencia contra los miembros de “Zetas Vieja Escuela”, y está firmada por las “Fuerzas Especiales del Cartel del Noreste (CDN)”. Ambas fracciones salieron de los antiguos “Zetas” y desde semanas atrás arreció su guerra que ha dejado una nueva oleada de “ejecuciones”, enfrentamientos y “levantones” que se extienden desde la las colonias del poniente de Nuevo Laredo, pasa por diversos municipios de la zona de Monterrey y terminan en Ciudad Victoria, las tres principales plazas donde operan ambos grupos. “El Cártel del Noreste”, que dirigen miembros de la familia Treviño Morales, son los herederos de los antiguos “Zetas” y renombraron a la organización “CDN” desde que tomó el mando José Francisco “Kiko” Treviño, detenido en Houston en septiembre del 2016. Luis Reyes Enríquez encabezó otra facción de los “Zetas” que operaba desde la Frontera Chica de Tamaulipas y los renombró “Zetas Vieja Escuela” en alusión al debate que ocurrió a partir del 2014, cuando el Cártel del Golfo, Familia Michoacana, Zetas y otros grupos propusieron regresar y concentrarse en el negocio del narcotráfico para dejar de meterse con la población a través de los secuestros, extorsiones, robos etc. Luis Reyes Enríquez estuvo detenido en una prisión de Oaxaca, donde salió liberado pero como fue requerido por las autoridades de Tamaulipas por diversos delitos quedó recluido en la cárcel estatal de Nuevo Laredo, el pasado 16 de noviembre. Al día siguiente fue asesinado en su celda a puñaladas por miembros del CDN. Su cuerpo fue entregado a sus familiares. Cuando era velado su cuerpo fue robado de la funeraria. El torso y una pierna fueron abandonados en una hielera y una cubeta el 28 de noviembre en una zona aledaña a la prisión de Apodaca, donde están recluidos varios ex miembros de los “Zetas”. Horas después, el resto del cuerpo fue abandonado en cubetas, hieleras y bolsas en las prisiones de Cadereyta y Topo Chico. Finalmente, la cabeza fue abandonado la noche del jueves 29 de noviembre en una zona cercana a la prisión de Ciudad Victoria, centro penitenciario disputado por Zetas Vieja Escuela y miembros del CDN. La “guerra” entre ambos grupos ha dejado un saldo de unos 30 muertos en los últimos días en toda la región. Sobresalen las ejecuciones en la zona metropolitana de Monterrey en donde en menos de 24 horas sumaron 9 asesinatos violentos. La violencia provocó la máxima alerta entre los cuerpos de seguridad de todo el noreste. Al respecto el nuevo secretario de Seguridad de Nuevo León, Aldo Fasci Zuazua, advirtió que la inseguridad va a costar más sangre: “para que les digo mentiras, los enfrentamientos (entre grupos) así son, (pero) hay que imponer la ley” y eso costará más derramamientos de sangre.

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