Caso San Miguel de Allende: detienen en París a otro presunto secuestrador chileno

jueves, 22 de febrero de 2018 · 13:30
VALPARAÍSO, Chile (Proceso).- Un triste final están teniendo los guerrilleros chilenos del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) señalados por la justicia del estado mexicano de Guanajuato como presuntos miembros de una banda de secuestradores que operaba en San Miguel de Allende. Desbaratada el 30 de mayo de 2017 tras la detención del chileno Raúl Escobar Poblete, Comandante Emilio –quien en México actuaba con una falsa identificación a nombre de Ramón Guerra Valencia–, la banda supuestamente participó en varios secuestros, entre ellos el de la ciudadana francoestadunidense Nancy Michelle Kendall y el del excandidato presidencial Diego Fernández de Cevallos. El jueves 15 por la noche fue detenido otro exguerrillero chileno, Ricardo Negro Palma Salamanca, señalado como el principal colaborador de Escobar Poblete en los plagios de San Miguel de Allende, según lo confirmó el canciller chileno Heraldo Muñoz en su cuenta de Twitter a las 7:33 AM del viernes 16: “Alta autoridad de Cancillería francesa nos comunicó detención anoche de Sr. Palma Salamanca, buscado por la justicia chilena por caso asesinato Sen Guzmán. A la espera de nota confirmatoria oficial de Gob francés.” Hasta el cierre de edición las autoridades de Francia aún no informaban de manera oficial sobre la captura de Palma. Sin embargo, Mario Carroza, el juez que sustancia la causa por el asesinato del senador de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) Jaime Guzmán Errazuriz, ratificó en conferencia de prensa lo afirmado por Muñoz. “Efectivamente –dijo–, él (Palma) estaría detenido… Hemos logrado establecer con gran porcentaje de certeza que está en Francia.” En Chile, El Negro tiene una condena de 20 años de cárcel por el asesinato de Guzmán y otros 20 por el secuestro del hijo del dueño del diario El Mercurio, el fallecido Agustín Edwards Eastman. Ese crimen y el plagio fueron perpetrados por una facción del FPMR en abril y septiembre de 1991. Carroza, conocido por ser el juez que investiga la muerte del poeta Pablo Neruda y otras causas por violaciones a los derechos humanos, asegura que solicitará a la Corte Suprema de su país la aprobación de una solicitud de extradición del exguerrillero. No obstante, se prevé que México haga una petición similar en relación con los delitos cometidos por Palma en ese país. De ser así, admite el juez, su trámite podría empantanarse. En un documento enviado a Carroza el 1 de diciembre pasado, la cancillería indica que Palma estuvo a punto de ser capturado en París en junio último: “El Sr. Salamanca junto a la Sra. (Pilar) Brzovic, junto a sus dos hijos menores de edad, ingresaron a Francia el 13.06.2017 por el aeropuerto Charles de Gaulle-Roissy, provenientes de Cuba, con pasaportes mexicanos robados, concernientes a identidades suplantadas”. Según el escrito –dado a conocer públicamente dos semanas después, el 14 de diciembre, por el informativo Teletrece, de Canal 13 de la televisión chilena–, Palma ingresó el 13 de junio pasado al aeropuerto parisino. Exhibió un pasaporte mexicano a nombre de Esteban Solís Tamayo, mientras que su mujer ingresó con la identificación que usaba en México a nombre de Pilar Quezada Moreno. En esa ocasión la pareja permaneció durante cuatro días en una zona de espera de la terminal aérea –del 13 al 17 de junio, plazo máximo permitido por la ley francesa. Sin embargo, un juez de libertad examinó su caso y el día 18 determinó prorrogar su estadía en la zona de espera para recabar mayores antecedentes. Finalmente, el 24 de junio Palma y su esposa abandonaron la sala de espera. El Ministerio del Interior francés justificó la liberación aduciendo que tomó conocimiento de las alertas de captura internacional expedidas por las autoridades de Chile el 7 de julio posterior. La dupla letal Escobar Poblete y Palma Salamanca cometieron varios asesinatos en Chile al finalizar la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y al comenzar la transición a la democracia. Se les conocía como “la dupla letal” del FPMR. Uno de sus crímenes más sonados fue precisamente el del senador Jaime Guzmán, perpetrado el 1 de abril de 1991 en las afueras del campus oriente de la Universidad Católica de Chile, en Santiago. Guzmán era fundador y líder del filopinochetista partido Unión Demócrata Independiente (UDI) y el principal redactor de la Constitución Política de 1980 –aún vigente– que encuadró el desarrollo político y económico de Chile a partir de entonces. El 9 de junio de 1989 ambos guerrilleros acribillaron al represor y comandante retirado de la Fuerza Aérea de Chile (Fach), Roberto Fuentes Morrison, El Wally, cuando salía de su casa, en la santiaguina comuna de Ñuñoa. El 10 de mayo de 1990 ambos mataron a tiros al exjefe de la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros, coronel retirado Raúl Fontaine Manríquez, uno de los mayores represores de la dictadura militar. El 26 de octubre siguiente, Escobar y Palma asesinaron a Víctor Valenzuela Montecinos, escolta de Pinochet. Esos crímenes fueron cometidos en cumplimiento de un mandato contra “la impunidad” fraguado a principios de 1989 por la dirección nacional del FPMR Autónomo, facción a la que pertenecían Palma y Escobar. Esta facción fue creada por el FPMR a finales de 1983 tras desvincularse del Partido Comunista de Chile, luego de que el partido renunciara, en 1987, a la vía militar como forma de derrotar a la dictadura pinochetista. Palma Salamanca fue condenado en 1996 a dos cadenas perpetuas y 30 años de cárcel por su participación en los asesinatos reseñados. Sin embargo, el 30 de diciembre de 1996 Escobar Poblete, al mando de un comando del FPMR que operaba en un helicóptero provisto de una gran canasta, rescató de la cárcel de Alta Seguridad de Santiago a Palma Salamanca y a otros tres connotados miembros del Frente Autónomo. Palma Salamanca y Escobar Poblete también encabezaron varios secuestros. El 9 de septiembre de 1991, en la santiaguina comuna de Providencia, plagiaron a Cristián Edwards del Río, hijo de Agustín Edwards Eastman, dueño del diario El Mercurio. Cristián estuvo cinco meses en cautiverio. Recuperó su libertad tras el pago de 1 millón de dólares. Este texto se publicó el 18 de febrero de 2018 en la edición 2155 de la revista Proceso.

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