Mexicanos, insatisfechos con su seguridad, la situación del país y sus ciudades: Inegi

miércoles, 28 de febrero de 2018 · 21:26
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Por donde se le mire, los mexicanos no se encuentran satisfechos con su seguridad, ni con la situación del país y de sus ciudades. Así lo muestran los datos arrojados por los Indicadores de Bienestar Autorreportado de la Población Urbana elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los cuales captan aquellos aspectos relacionados con el bienestar subjetivo. En otras palabras, el bienestar subjetivo se observa a partir del reporte que hacen los individuos respecto de su propio bienestar, en relación con tres aspectos: satisfacción con la vida en general y con ámbitos específicos de la misma, denominados dominios de satisfacción; fortaleza de ánimo; y el balance anímico, que explora la prevalencia de estados anímicos positivos o negativos en un momento de referencia. Los resultados a enero del presente año, respecto al mismo mes del 2017, reflejan una mejora mínima en la satisfacción, ánimo y humor de los mexicanos. De entrada, en el primer aspecto del bienestar subjetivo es la satisfacción con la vida en general, el Inegi reporta un ascenso en el promedio para enero, ubicándolo en 8.2, lo que significa un aumento de tres décimas respecto al primer mes del 2017, cuando se ubicaba en 7.9 puntos. Para la medición de dicho indicador, el organismo de estadística se solicita a la persona entrevistada que valore qué tan satisfecha se encuentra actualmente con su vida, en una escala de 0 a 10 -donde 0 sería total insatisfacción y 10 total satisfacción. En referencia a los aspectos específicos o dominios de satisfacción, los tres ámbitos con valoración más baja en enero de 2018 son la satisfacción con la seguridad ciudadana, el país y la ciudad, orden que persiste si se observan los resultados del año anterior, es decir, enero de 2017. Así el panorama: La seguridad ciudadana muestra el menor nivel de valoración por parte de la población, con un promedio de 4.8 en enero de 2018; mientras que, en el mismo mes del año anterior, registró una calificación de 4.7. Por su parte, la satisfacción con el país se ubica en 6.1, dominio que registró el mayor incremento con relación a enero de 2017, cuando se obtuvo un promedio de 5.5. En lo que se refiere a la satisfacción con la ciudad, el promedio fue de 6.9 en enero pasado, aumentando dos décimas respecto del año anterior. En contraste, los indicadores de satisfacción con las perspectivas a futuro, el nivel de vida, la vivienda y las relaciones personales, fueron otros cuatro dominios cuya valoración creció entre los meses de enero de 2017 y 2018. Por su parte los dominios sin cambios de valoración fueron el tiempo libre, el vecindario, logros en la vida, actividad u ocupación y estado de salud. Ánimo mejora marginalmente El segundo aspecto del bienestar subjetivo es la fortaleza de ánimo y sentido de vida o eudemonía. Para medir dicho aspecto, el Inegi pregunta a la persona entrevistada qué tanto se identifica con ciertos enunciados. Para ello, se solicita que califique el grado de identificación en una escala de 0 a 10, donde 0 significa que está en total desacuerdo y 10 en total acuerdo. Los primeros nueve enunciados del cuadro 4 son de valencia positiva, es decir, entre más de acuerdo se esté con ellos se desprende una mayor señal de fortaleza de ánimo; por su parte el último enunciado es de valencia negativa, de modo que entre más de acuerdo se esté con el enunciado, se infiere menor fortaleza. Este conjunto de resultados muestra que, entre enero de 2017 y enero de 2018, de los nueve enunciados de valencia positiva, seis presentaron un incremento: “Soy optimista con respecto a mi futuro”, “me siento bien conmigo mismo”, “lo que hago en mi vida vale la pena”, “tengo fortaleza frente a las adversidades”, “soy una persona afortunada” y, “la mayoría de los días siento que he logrado algo”. El organismo de estadística aclaró que “si bien el aumento de identificación con estos enunciados es marginal, sugiere algún fortalecimiento de las reservas anímicas de la población adulta durante el período, como lo confirma, asimismo, una disminución en la identificación con el enunciado de valencia negativa, que sugiere una mejora en la capacidad de resiliencia de la población”. Balance afectivo En cuanto al balance afectivo o anímico de los mexicanos, en enero de 2018 el balance específico más alto se alcanza en la dicotomía “concentrado o enfocado vs. aburrido o sin interés en lo que hacía”, con un promedio de dos décimas arriba respecto de un año atrás. Los promedios más bajos se presentan en la oposición “con vitalidad vs. sin vitalidad” y en el contraste “tranquilo vs. preocupado o estresado”. Sin embargo, ambos subieron tres décimas en el período. Para aproximarse al balance anímico, el Inegi pide al entrevistado determine, en una escala de 0 a 10, qué tanto predominaron el día anterior a la entrevista estados anímicos positivos y negativos. El balance es el resultado de restar a los puntajes en los estados anímicos positivos, los puntajes en los estados anímicos negativos; de modo que los valores finales del balance pueden situarse en una escala con un recorrido que va desde -10 hasta +10. Una vez establecido lo anterior, el promedio del balance se incrementó tres décimas de un año a otro, pasando de 6.1 a 6.4 en enero de 2018. De acuerdo con el Inegi, el bienestar subjetivo es uno de los elementos fundamentales del progreso de las sociedades, concepto que tiene su origen en el creciente consenso internacional alrededor de lo que debe considerarse como elementos necesarios de condiciones de vida y calidad de la misma. En el bienestar subjetivo se incluye la perspectiva de los individuos sobre su situación, su entorno y lo que en él valoran, más allá de los satisfactores expresables en términos monetarios, como el ingreso per cápita.

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