Sobreexposición en redes puede saturar y restringir accesos en destinos turísticos: especialista de la UNAM

sábado, 31 de marzo de 2018 · 18:21
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- La promoción excesiva de destinos turísticos en redes sociales –mediante imágenes y videos por parte de turistas- puede ser tan explosiva que a veces genera una afluencia para la que no está preparado un sitio, consideró Ilia Alvarado Sizzo, investigadora del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM. “Esto sucedió con las Islas Marietas y el Santuario de las Luciérnagas en Tlaxcala, que se hicieron populares a través de fotografías compartidas en Facebook. Lo que no se previó es que se trata de áreas naturales protegidas y empezó a llegar tanta gente, que en el caso de las Marietas fue necesario restringir el acceso, porque se superó la capacidad de carga del lugar”, dijo Alvarado Sizzo. Considerando que actualmente más del 50 por ciento de la población mundial es usuaria de Internet y alrededor del 40 por ciento son usuarios de alguna red social, al especialista advirtió sobre esta forma de publicidad espontánea, instantánea y de gran alcance. Ante ello, el denominado turismo virtual –que consiste en utilizar herramientas de realidad virtual para reproducir el ambiente de los lugares– se ha convertido en una estrategia para conocer y experimentar los destinos antes de viajar, señala la UNAM en un comunicado. “Videos, vistas en 360 grados, gafas de realidad virtual, proyecciones 3D y cabinas teletransportadoras hacen sentir al interesado in situ”. La especialista precisó que este modo de publicidad no reemplaza la experiencia de viajar, sólo es una forma de brindar al turista un conocimiento previo del sitio que desea visitar. De acuerdo con Alvarado Sizzo, las agencias turísticas se han percatado del impacto de esta práctica, y para seguir presentes empiezan a lanzar promociones a través de las redes sociales. Mediante las tecnologías de la información y la comunicación los potenciales turistas pueden consultar los atractivos del sitio a visitar, comprar boletos de avión o autobús, entradas a museos y espectáculos, planear los desplazamientos dentro del destino y gestionar las reservaciones para el hospedaje; en muchos casos incluso buscan opiniones sobre el destino a través de blogs de viajeros o aplicaciones. Otra ventaja es que actualmente se tiene un acceso más rápido, fácil y barato que al contratar el servicio por medios tradicionales como las agencias de viaje o cadenas hoteleras. Por ejemplo, apuntó, hay aplicaciones cuyo fin es estimular la economía colectiva: proponen a los viajeros hospedarse en una casa, que resulta más barata y tienen la oportunidad de convivir con la familia con quien se alojan.

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