Imborrables, las huellas de Anaya en el caso de lavado de dinero
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Las declaraciones ante la Procuraduría General de la República (PGR) de los dos artífices del esquema de lavado de dinero en la compraventa de una nave industrial en Querétaro, en 54 millones de pesos, revelan la estrecha relación “de amistad y negocios” de Manuel Barreiro Castañeda y el candidato presidencial Ricardo Anaya.
Rendidas el 26 y 29 de enero de este año, las declaraciones ministeriales de David Alberto Aarón Galindo González y Daniel Rodríguez Velasco explican a detalle el esquema de triangulación de recursos que ambos diseñaron para ocultar el origen de los 54 millones de pesos que Barreiro le pagó a la empresa Juniserra, S. A de C. V., de la que son socios Anaya, su esposa y sus suegros.
Los abogados Rodríguez Velasco y Galindo González crearon Tesorem, una sociedad financiera de objeto múltiple (Sofom), que fue parte del esquema de lavado de dinero en la operación de compraventa de la nave industrial, por la que la PGR no ha ejercido hasta ahora acción penal contra Anaya.
Rodríguez Velasco, quien trabajaba para una de las empresas de Barreiro, declaró, conforme a documentos obtenidos por Proceso:
“En abril de 2016 el señor Manuel Barreiro Castañeda me informó su intención de iniciar un nuevo negocio, consistente en financiar la adquisición de unas bodegas. Me preguntó que si sería de nuestro interés que Tesorem fuese el intermediario financiero, pues no quería que se supiera de dónde venía el dinero de la compra, es decir, que su intención con nuestra intervención es que lo ayudáramos a perder el rastro del dinero, y así mismo me manifestó que su principal interés en perder el rastro del dinero se debía a que la empresa que iba a vender las bodegas, que era Juniserra, S. de R. L. de C. V., tenía como dueño conocido al señor Donino Ángel Martínez Diez, suegro del actual precandidato a la Presidencia de la República por el Partido Acción Nacional, Ricardo Anaya Cortés.”
Según la declaración de Rodríguez Velasco, Barreiro le dijo que en su momento le daría el nombre de la empresa compradora de la nave industrial, a la que Tesorem le daría un crédito.
“Por lo que el propósito de la operación era ocultar el origen de los recursos, así como su destinatario final, simulando una compraventa para pagarle un precio a la citada empresa Juniserra, utilizando para ello un valor que no correspondía al verdadero precio del inmueble. Por tanto, de esta forma lograr el objetivo de hacerle llegar los recursos a Ricardo Anaya por conducto de la mencionada empresa; esto, seguramente por la gran relación de amistad que guardan Manuel Barreiro y Ricardo Anaya desde hace muchos años”.
Él y su socio, Galindo González, diseñaron el esquema financiero, “para el efecto de ocultar el origen de los recursos, así como su destinatario final, simular la operación de compra del inmueble, así como ocultar el verdadero propietario del inmueble”.
El esquema consistió en que Tesorem otorgaría un crédito a la empresa compradora, que resultó ser Manhattan Master Development. El dinero provendría, en realidad, de Barreiro y antes de que los recursos llegaran a la Sofom propiedad de ambos, debían circular por varias empresas de México y el extranjero “con la finalidad de que no se lograra conocer su origen”.
“Lo anterior ya que se tenía el propósito de ocultar que el propietario de los recursos sería, en última instancia, también el dueño del inmueble, es decir, que Manuel Barreiro sería el dueño de las naves industriales, esquema con el que además, insisto, se beneficiaría al vendedor, pues por el terreno se pagaría un precio mucho mayor al real. El beneficiario final de los recursos tengo entendido, como persona física, era Ricardo Anaya Cortés, actual precandidato del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República, operación cuyo precio se pactó en 53 millones de pesos (sic)”.
La triangulación
En la declaración que rindió el 29 de enero, y que duró seis horas, Rodríguez Velasco supo que la empresa Manhattan Master Development fue constituida por prestanombres de Barreiro, pese a lo cual se consumó la operación.
También supo que el dinero para el primer pago de la compra, por 16 millones de pesos, provenía de la empresa Masa Sailing, Ltd, domiciliada en Gibraltar, un paraíso fiscal, algo que le molestó.
Más aún, los recursos para la compraventa de la nave industrial y otros negocios provenían “de un préstamo que Alejandro Soto Septién, un empresario de Querétaro, le realizó a Manuel Barreiro por la cantidad de 180 millones de pesos”.
Quien específicamente hizo el diseño de triangulación de recursos fue David Alberto Aarón Galindo González, a quien su socio, Rodríguez Velasco, involucró en el negocio que implica a Anaya.
“Daniel Rodríguez, mi socio, me comentó que Manuel Barreiro Castañeda iba a fondear una empresa que quería hacer un deal, un negocio, en el cual financiaría la compra de una nave industrial; que estos inmuebles pertenecían al suegro de Ricardo Anaya Cortés, quien actualmente es el precandidato del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República y el precio de compra sería de 54 millones de pesos”.
Agregó: “Con motivo de ello es que el cliente manifestó que no le gustaría estar relacionado con la figura política mencionada, por lo que requería nuestros servicios, con la finalidad de que perdieran el rastro del dinero, mediante una estructura financiera y corporativa que nosotros deberíamos de diseñar. Sin problema alguno accedí a participar en este negocio”.
Como ya se había hecho un primer pago por 16 millones de pesos, le correspondió diseñar el esquema de los otros 38 millones, para lo cual habló telefónicamente con Barreiro y luego le mostró personalmente el esquema en una reunión en Miami, Florida, en febrero de 2016.
El diagrama que hizo implicaba llevar el dinero a una empresa de Canadá, luego se envió a las Islas Turcas y Caicos, después a otra entidad en Canadá, luego a otra compañía y finalmente a Tesorem, que le extendió un “crédito” de 38 millones a Manhattan Master Development, de Barreiro.
Este operador financiero da un dato que involucra a un personaje, Juan Pablo Olea, quien presuntamente está siendo investigado en España, de donde es originario, justamente por este esquema de lavado de dinero, debido a que encabeza empresas como Trust Equity, de Canadá.
“Deseo aclarar que la cuenta de Trust Equity, a pesar de ser una empresa canadiense, se abrió en Suiza, en el banco Syz Bank, cuyo formante autorizado me parece que fue Juan Pablo Olea, quien es el representante legal de Kross Equity, que es una persona de confianza de Manuel Barreiro.”
Sobre el negocio de la nave industrial, Galindo González, quien declaró en la PGR el 26 de enero durante nueve horas, asegura que se “infló” el precio para que la empresa de Anaya obtuviera mayores ganancias.
“Manhattan Master Development compró el terreno al mayor precio posible del mercado, con la intención de obtener el mayor costo fiscal posible. Por su parte, el propietario del terreno que lo vendió a ese costo fiscal alto, a efecto de tener el menor pago de impuestos posible, recurre a una estrategia fiscal que consiste en: a través de un avalúo de mejoras, reconocerle ciertas mejoras al terreno que en realidad no tiene, a efecto de generar el mayor beneficio posible a Juniserra y, por otro lado, lograr para la persona que vende el menor pago posible de impuestos en la operación de venta.
“En este caso en la propiedad de Juniserra en realidad se realizó una supuesta mejora, que consistió en la supuesta construcción de naves industriales, cuyo costo se infló, lo que provocó que en el avalúo de mejoras se tomaran en cuenta y, por tanto, se obtuviera un precio mucho mayor a partir de esta simulación. Por ello la empresa que lo vendió, esto es Juniserra, maximizó su beneficio al inflar el valor de las construcciones y, con ello, logró vender lo más caro posible a partir de una simulación; esto se logró únicamente con la colaboración de Manhattan por medio de las personas que la constituyeron, que eran de la entera confianza de Manuel Barreiro.”
Añade: “En cuanto a Manuel Barreiro, gracias al esquema de simulación que generé, se logró que se hiciera llegar el dinero para el pago del inmueble, sin que fuera detectado que dicho numerario había salido de su patrimonio, pues para ello se utilizó las empresas que constituí ex profeso para esta operación”.
Sobre Juniserra, Galindo González dice que el representante legal es Donino Martínez Diez, suegro de Anaya Cortés, “con quien entiendo que Manuel Barreiro tiene una relación muy estrecha de amistad y negocios”.
Martínez Diez y Anaya, junto con sus esposas, son accionistas de Juniserra, declaró.
“En cuanto a la relación de Manuel Barreiro con los accionistas de Juniserra, hasta donde logré percibir por llamadas telefónicas, reuniones y trato con Manuel Barreiro y Daniel Rodríguez, me di cuenta que había una relación de amistad y de negocios entre mi cliente, el señor Manuel Barreiro, y Ricardo Anaya, y una relación más cordial, pero también de amistad con Donino Ángel Martínez Diez, suegro de Ricardo Anaya…”
Este reportaje se publicó el 20 de mayo de 2018 en la edición 2168 de la revista Proceso.