Nueva meta en el interior del PRI: reconstruirlo y arrebatárselo al grupo de Peña
Ulises Ruiz, a la cabeza de la corriente priista Democracia Interna, afirma que sus integrantes cumplirán el compromiso de aportarle sufragios a su candidato presidencial, José Antonio Meade, pero advierte que a partir del 2 de julio se darán a la tarea de “reconstruir” su partido. Para ello, indica, es primordial quitárselo de las manos al grupo mexiquense que, con el presidente Peña Nieto a la cabeza, se lo arrebató a la militancia y lo desprestigió con sus políticas públicas fallidas, además de cometer actos de corrupción que provocaron el rechazo de 80% de los votantes.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Los priistas de viejo cuño ya no tienen la mirada en la elección presidencial del 1 de julio porque asumen la derrota como escenario previsible. Su interés se centra desde ahora en pelear por el PRI para quitárselo de las manos al grupo del Estado de México, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, que en los últimos seis años se lo apropió y pretende conservarlo.
La corriente Democracia Interna, encabezada por Ulises Ruiz, tiene preparada la estrategia de lo que considera la “reconstrucción” del PRI a partir del empoderamiento de la militancia, del desplazamiento del grupo mexiquense, de retomar los principios sociales que le dieron origen y de señalar a los responsables de la situación actual del priismo.
En entrevista con Proceso, Ruiz advierte que, de no hacerse este cambio profundo y de acuerdo con la derrota que se perfila en el escenario, el PRI podría desaparecer en un futuro cercano.
“Tenemos una enorme oportunidad de recuperar y reconstruir al PRI, de volverlo a sus verdaderos dueños una vez que pase la elección, para no estorbar el proceso electoral. Pero al siguiente día vamos a empezar este trabajo, porque no vamos a permitir que se quieran quedar con el partido, no vamos a permitir que se quieran quedar con los sectores y organizaciones que impusieron.
“Sabemos quiénes los impusieron, pero ya se van de la Presidencia de la República y no vamos a permitir que se repitan escenarios que han tenido al PRI ‘bocabajeado’ y con 80% del rechazo de la ciudadanía. Ellos tienen su responsabilidad y hay que hacerlos responsables; hay que señalarlos y, si es necesario, si cometieron ilícitos, no tendrán lugar en la reconstrucción del partido”, advierte Ruiz.
Se trata, asegura el exgobernador de Oaxaca, de “reconstruir” la imagen del partido que ahora es la peor en su historia, con 80% de reprobación ciudadana por culpa de las políticas del gobierno de Peña Nieto y la actuación de la “generación de la vergüenza”.
A contracorriente de las afirmaciones de José Antonio Meade y del líder nacional del PRI, René Juárez Cisneros, de que ya remontaron al segundo sitio en las encuestas y están en posibilidad de pelearle a Andrés Manuel López Obrador el primer lugar, en Democracia Interna prevén una debacle el 1 de julio, no sólo con la derrota en la contienda presidencial sino también en la del Congreso federal, las ocho gubernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y una buena parte de las alcaldías.
Según Ruiz, la corriente que encabeza tiene el compromiso de apoyar a Meade desde que arrancó la campaña y conseguir la mayor cantidad de votos. “Decidimos hacer una pausa en Democracia Interna para no afectar la campaña, parta que no se nos acusara de hacer movimientos que pudieran perjudicarla”, precisa.
Pero adelanta que a partir del 2 de julio realizarán, independientemente del resultado de la elección, una fuerte movilización en el país para exigir la reconstrucción del PRI: “El partido no puede seguir como está hoy, tiene que cambiar de fondo, reconstruirse a fondo, recuperar los principios que aún son vigentes en este país y, por otra parte, modernizarlo en este mundo globalizado, para que sea un partido que retome causas sociales, como el combate a la pobreza, a la corrupción, la inseguridad”.
Entre las tareas inmediatas señala que Democracia Interna va a impulsar que la siguiente dirigencia nacional sea elegida por el voto directo de militantes y simpatizantes. Para ello plantea la necesidad de que se lance una convocatoria para una Asamblea Nacional, a fin de que participen los priistas de todo el país y que desde ahí se defina el nuevo dirigente del partido.
“No creemos en esas comisiones o en las vacas sagradas, o en esos notables que se reúnen para definir el perfil de quien va a ser el próximo presidente del PRI. No debemos seguir haciendo lo mismo porque hemos fracasado en los últimos años y eso se ha reflejado en fracturas y derrotas electorales.
“No creemos en las vacas sagradas que han medrado de los cargos del partido, que se han saltado de un cargo a otro y no siempre han hecho tareas responsables, y se brincaban de un Congreso a otro. Fuimos una oposición servil en los 12 años del PAN y esos no pueden definir el rumbo del partido”, señala.
Responsables con nombre y apellido
Hasta ahora no se han manifestado públicamente en el PRI más inconformidades que la de Democracia Interna, misma que desde la XXII Asamblea Nacional, de agosto de 2017, se opuso a candidaturas externas designadas por dedazo presidencial, como es la de José Antonio Meade.
En aquel entonces también la exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, al frente del movimiento Recuperemos al PRI, deploró que se quitaran los candados de los estatutos que impedían las candidaturas externas, acusó de simulación en el destape de Meade y advirtió que el PRI tenía graves problemas de credibilidad social.
Otro grupo que se manifestó contra el dedazo presidencial fue Alianza Generacional, integrado por 89 militantes, entre ellos Alberto Aguilar Iñárritu, cuya principal demanda era que no se debía cambiar el Artículo 166, fracción IX, de los estatutos del partido para los casos de selección de candidatos a presidente de la República, gobernador y jefe de gobierno capitalino, el cual señala que “se requerirá acreditar la calidad de cuadro, con 10 años de militancia partidaria”.
Esto porque desde agosto del año pasado temían que ya se hubiera dado la orden de Los Pinos a la dirigencia del PRI para cambiar las reglas de selección del candidato presidencial y se favoreciera a alguno de los cercanos a Peña Nieto, como el exsecretario de Hacienda, José Antonio Meade, pese a que también colaboró en el gobierno del panista Felipe Calderón.
“Eso que se hizo, de pedir línea a Los Pinos para elegir al presidente del PRI, nunca más debe ser. Hay que empoderar a la militancia, por eso pedimos que se convoque a una nueva Asamblea Nacional que pueda revertir los últimos acuerdos de las dos asambleas pasadas, en las que se redujeron los órganos del partido para que se tomaran todas las decisiones en Los Pinos, y que se abriera el partido a los externos, cerrándolo a los militantes, que son los que menos están en las decisiones y eso no puede seguir”, sostiene Ruiz en la entrevista.
Añade que el PRI requiere de una reforma profunda que derrumbe los mitos: “Que se haga lo que nunca se ha hecho; la democratización interna en todos los cargos de dirigencia y de elección popular, así como en los sectores y organizaciones que fueron impuestos por quienes hoy detentan el partido y que tiene que entrar a los procesos de democracia”.
Insiste en que se deben determinar las responsabilidades de quienes tienen al PRI con los máximos índices de impopularidad, y señala a quienes impusieron las políticas públicas, manejaron las estrategias de combate a la pobreza y a la corrupción, así como a quienes diseñaron la estrategia de combate a la inseguridad en los dos últimos gobiernos.
“Hoy la clase política del PRI, la militancia, tiene una enorme oportunidad de no cometer los mismos errores, como ese de hacer todo lo que desde Los Pinos dictaban y por eso nos tienen en el tercer lugar. Hace tres o cuatro años el PRI ganaba elecciones y hoy tenemos 80% de rechazo, que fundamentalmente es a la política pública del gobierno federal, a las políticas que no funcionaron, a los excesos y señalamientos de casos como la estafa maestra, Odebrecht, el socavón, que tienen que investigarse a fondo.”
Sostiene que ese tipo de personajes no caben en la reconstrucción del PRI que su corriente impulsará el 2 de julio; tampoco aquellos gobernadores que pretenden quedarse con el partido y quienes integran los órganos políticos como el Consejo Político Nacional y la Comisión Política, pues aprobaron candidaturas para diputados y senadores plurinominales a escondidas en Toluca.
–¿Por qué no se han visto más grupos o personajes exigiendo públicamente esta reconstrucción del PRI?
–Había una práctica en el PRI muy difícil de vencer, que es señalar los errores que se están cometiendo, y nosotros lo hemos hecho. Pero lo que decimos también lo hacen millones de priistas. No lo manifiestan, pero coinciden en los planteamientos de la reconstrucción porque dicen que el PRI no puede seguir como hasta hoy, con imposiciones que han lastimado a la militancia.
Reivindicación de la militancia
El exgobernador reitera que, finalmente, el dueño del PRI es la militancia y no el grupo gobernante, el cual “tiene que entender que ya se va del gobierno y que el PRI debe empoderar a su militancia para reconstruirse porque, como está ahora, nunca lo había estado en su historia, con un rechazo que no es del PRI, sino de una generación de la vergüenza que fue impuesta, de gente sin experiencia que es la que hoy nos recargan. Hay casos de corrupción que no se han aclarado y que le recargan al PRI la responsabilidad”.
–Va a ser un proceso largo, porque no es fácil cambiar esa imagen.
–Va a ser un proceso de reconstrucción, pero estoy seguro de que quienes participen para la renovación de los comités municipales por consulta van a ir a las comunidades y a las regiones electorales a pedir el apoyo, no van a venir a las oficinas de gobierno, de los comités del partido ni a la Presidencia Municipal, la gubernatura o la Presidencia de la República; eso se debe acabar, eso no ha funcionado y nos tiene postrados como partido.
–Así planteado, es un proceso de depuración.
–Sin duda, vamos con los que estén por hacer la reconstrucción del PRI y creo que son muchos más los que quieren democracia interna a través de un proceso de votación directa de militantes y simpatizantes que no han tenido la oportunidad de participar, porque se han impuesto los dedazos, que aquellos que se oponen.
Según el político oaxaqueño –que fue parte importante del equipo de Roberto Madrazo en 2006, cuando el PRI sufrió su segunda derrota consecutiva en una contienda presidencial–, cuando se abra la participación para reconstruir al partido, los simpatizantes y la sociedad van a intervenir en este proceso.
–¿Cree que lo van a permitir esos grupos fuertes que ahora tienen al partido?
–No es que quieran, ellos tienen ahora una responsabilidad y hay que hacer una autocrítica, una reflexión, y también señalar a los responsables del rechazo social mayoritario al PRI. Tienen nombre y apellido.
–¿Cómo se llaman los responsables?
–El primer priista de México, los funcionarios de su gabinete que tuvieron áreas sensibles, como combate a la pobreza, a la corrupción, a la inseguridad. Además, hay que ver qué cuentas entregan el 1 de julio. Pero repito que hay responsables y hay responsabilidades que hay que señalar y determinar.
Agrega que “no habrá borrón y cuenta nueva” y, al planteársele que viene un periodo muy complicado para el PRI si pretende recuperar la confianza de la ciudadanía, responde:
“Muy complicado pero muy claro. No se trata de descubrir el hilo negro sino de transmitir el sentir de la militancia; vamos a encabezar esta lucha con muchos militantes, la vamos a plasmar y concretar para que sea una realidad.”
–¿Qué pasa si no lo hacen?
–Va a desaparecer el partido, porque el PRI no puede seguir con las imposiciones, siguiendo las decisiones del primer priista, con funcionarios que fracasaron cuando tuvieron la oportunidad de servir al país con políticas públicas que afectaron a la sociedad, con vacas sagradas que no han entregado buenos resultados.
“El PRI no puede seguir imponiendo y usando a la militancia en los procesos electorales. Eso no lo vamos a permitir. Vamos a pelear para que se empodere a la militancia y para que todos los cargos de dirigencia, de elección popular, sean elegidos por los militantes.”
Finalmente Ruiz señala que van a reivindicar los principios de Luis Donaldo Colosio, de recuperar a la militancia para que se sienta orgullosa de ser priista. “En estos 10 días que quedan de la campaña no podemos dejar de reconocer que el PRI va a quedar golpeado como nunca en su historia, ni con Ernesto Zedillo golpearon tanto a la militancia como hoy”, reprocha.
Este reportaje se publicó el 24 de junio de 2018 en la edición 2173 de la revista Proceso.