Con la LXIV Legislatura, inicia la primera Cámara "de izquierda" en la historia de México

miércoles, 29 de agosto de 2018 · 20:40
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Entonando el estribillo: “es un honor estar con Obrador”, los 247 diputados federales de Morena y sus 60 aliados de los partidos Encuentro Social (PES) y del Trabajo (PT) ocuparon este miércoles las curules que el Revolucionario Institucional (PRI) mantuvo durante décadas, con mayorías aplastantes, y se apoderaron de la LXIV Legislatura, dando inicio a la primera Cámara “de izquierda” en la historia de México. En tanto, el PRI, con una menguada fracción parlamentaria de 47 diputados, se instaló en el lugar que por dos sexenios mantuvieron los llamados “partidos satélites”: Verde (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), que en la pasada Legislatura sumaron a ciegas 51 votos al tricolor, cuyos designios cumplían a cabalidad. Colocados como cola de ratón, después de ser cabeza de león, los priistas mantuvieron un discreto perfil al instalarse la nueva Cámara de Diputados. Se les vio poco entusiastas y generaron pesados silencios, como cuando el exlíder nacional de ese partido, Enrique Ochoa Reza, fue llamado a depositar su voto durante la elección del nuevo presidente de la Mesa Directiva. O cuando los mexiquenses Ernesto Nemer Álvarez y Ana Lilia Herrera fueron ignorados al pasar. Así como los pocos priistas que lograron llegar al recinto de San Lázaro hicieron el vacío a los “representantes” de la derrota electoral, también dieron la bienvenida a sus nuevos líderes morales con un gran aplauso, como fue el caso de Dulce María Sauri Riancho. La gobernadora de Yucatán se ha convertido en una fuerte crítica de su partido y también la cara opuesta de los políticos itamitas que rodearon a Enrique Peña Nieto. La primera Legislatura “de izquierda”, por lo menos en el nombre (habrá que ver si el poder avasallador de Morena no pierde a los diputados y si cumplen con el plan de austeridad prometido), también arrinconó a su eterno opositor: Acción Nacional (PAN). Tras la derrota del pasado 1 de julio, los panistas decidieron no seguir de la mano el PRD y rompieron su alianza, pero los resultados electorales los colocaron uno al lado del otro. Mauricio Farah Gebara, aún secretario general en San Lázaro, decidió compartir el espacio en el salón de plenos. Así, el lugar que desde hace seis Legislaturas ocupaba solo el PAN, ahora es compartido con el PRD, porque ambos institutos políticos disminuyeron dramáticamente su número de diputados: 80 el primero y 20 el segundo. Las primeras curules del ala derecha del salón de plenos dejaron de ser “propiedad” de Acción Nacional, y a partir de hoy serán ocupadas por los perredistas. En el lugar en el que se sentaron “destacados” panistas como Roberto Gil Zuart o Marko Cortés, ahora se verá a controvertidos personajes como Ricardo Gallardo, coordinador de la fracción perredista, quien ha sido acusado por desvío de recursos en San Luis Potosí, aunque él sostiene que desde 2015 el tema quedó aclarado y zanjado por las autoridades judiciales. Otro es Héctor Serrano Cortés, quien fuera el operador político de Miguel Ángel Mancera en la Ciudad de México, así como de Mauricio Toledo Gutiérrez, exdelegado de Coyoacán. La nueva conformación de la Cámara de Diputados se modificó en números y en distribución de espacios. Pero hay cosas que en San Lázaro no cambian, como por ejemplo la importancia de la fila “M”, lugar emblemático del poder, donde se ubican “los hombres fuertes” de cada legislatura. Basta recordar a Manlio Fabio Beltrones, Emilio Gamboa Patrón, Francisco Rojas o César Camacho, quienes hicieron de ese espacio lugar de acuerdos políticos y señales inequívocas de control. Hoy, al instalarse la primera Legislatura de izquierda, Mario Delgado Carrillo, coordinador de Morena, ocupó ese lugar, flanqueado por la carismática Tatiana Cloutier Carrillo y el eterno defensor de Andrés Manuel López Obrador, el mexiquense Horacio Duarte Olivares. Una cuenta no saldada A Porfirio Muñoz Ledo, exfuncionario federal y hombre de lucha, quien en 1987 renunció al PRI junto con Ifigenia Martínez y Hernández y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, para crear juntos el Frente Democrático Nacional, semilla del PRD, se le rindió honor al ser nombrado, con 496 votos, presidente de la Mesa Directiva de la “histórica” Legislatura de izquierda, y será él quien coloque la banda presidencial a López Obrador. Los morenistas también hicieron un homenaje a los caídos. Tras rendir protesta como diputados federales, de manera espontánea iniciaron el conteo del 1 al 43 y, al grito de “justicia”, dejaron claro que desde San Lázaro demandarán al futuro presidente de México el esclarecimiento de la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, ocurrida la noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 de septiembre de 2014. No solo protestaron los morenistas. Los panistas, aunque en un tímido grito, exigieron “justicia” mostrando pancartas para exigir que se reconozca el triunfo de sus candidatos en los municipios de Monterrey y Guadalupe, en Nuevo León. Los más visibles en la protesta fueron los panistas Marcela Torres Peimbert, Ernesto Ruffo Appel y José Luis Preciado Rodríguez. Ellos, junto con Mario Delgado y Ana Gabriela Guevara Espinoza, fueron senadores en la pasada Legislatura, y por lo mismo se mantuvieron en contacto durante la instalación de la nueva Cámara de Diputados. Así como a todos sorprendió que los números finales por bancada colocaran al PRI como tercera fuerza electoral (con 47 diputados) y, por lo mismo, que ocupara una vicepresidencia en la Mesa Directiva, también sorprendió que, por ejemplo, la fracción de Morena se quedara al final con 247 integrantes, dejando al PES con 31 y al PT con 29. Más sorpresa causó la que apunta a ser una nueva fracción sin partido, pero con definición de preferencia sexual: se trata de la minibancada LGBT+ conformada por los diputados Lucía Riojas Martínez y Carlos Morales Vázquez. Ambos contendieron con las siglas de Acción Nacional (que al final se quedó con 80 diputados), pero por acuerdo previo con ese partido, hoy se conformaron como “independientes”. En entrevista, Lucía Riojas dijo que el objetivo es luchar desde San Lázaro por los derechos de la comunidad LGBT+ y llegar a ser una bancada, aunque para ello se requieren cinco diputados. Esta será la segunda ocasión en que diputados representan abiertamente a dicha comunidad. La pionera fue Patria Jiménez Flores, quien llegó a San Lázaro bajo las siglas del PRD. Y ahora la llegada de Riojas Martínez y Morales Vázquez, quienes portaban afiches con la bandera tricolor, distintivo de la comunidad LGTB+, convierte a la LXIV Legislatura no sólo en un Congreso histórico sino distinto, que visibiliza a quienes por una doble moral han sido estigmatizados. La primera sesión de la nueva Legislatura se realizará el próximo primero de septiembre, cuando reciba el sexto y último informe de gobierno de Enrique Peña Nieto.

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