4T exterior: Contra los supremacistas, la cultura

sábado, 2 de noviembre de 2019 · 10:32
Toda vez que en enero las autoridades culturales de la Cancillería decidieron poner “orden en la casa”, se anuncian ya las nuevas políticas que sitúan sobre la mesa “ideas que no se están discutiendo y en las cuales el país debe estar”. Apenas concluyó en Chicago el foro “Mujeres Migrantes de México y el Mundo”, y este noviembre vendrá “La cultura en el Cambio Tecnológico” en París; luego, un intercambio de la modernidad, “España en el corazón” en Madrid, y la recuperación del sur latinoamericano… CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Volver la vista al sur del continente americano y hacia la región Asia-Pacífico, mostrar al mundo lo que somos los mexicanos y cómo pensamos, sin tratar de falsear la realidad del país, y responder a través de la cultura a las ideas supremacistas, son algunos propósitos que ahora plantea el historiador Enrique Márquez para la Dirección Ejecutiva de Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Apenas en marzo pasado, el también poeta expuso a Proceso (No. 2209) los lineamientos de su propuesta de política exterior en materia cultural, y dio a conocer algunos de los programas y acciones que le darían sustento. Luego hubo sorpresas: Informó en su cuenta de Twitter que vendrá a México una franquicia del Centro Pompidou de Francia y –al conformarse en el mes de mayo el Consejo de Diplomacia Cultural– habló de la posibilidad de crear un proyecto cultural en Honduras. Pero se avanza y se recula, y nuevos proyectos van apareciendo en la agenda, a la vez que se responde a la coyuntura; como en septiembre pasado, cuando en Francia la casa subastadora Millon sacó a la venta un conjunto de 120 obras prehispánicas, y la Cancillería solicitó sin éxito pararla. En entrevista con este semanario, el funcionario habla de la venta de los bienes culturales de México, anuncia la cancelación definitiva del proyecto cultural centroamericano, y adelanta algunos de los proyectos que se realizarán en los próximos meses, entre ellos el “España en el corazón. Festival Eñe”; una exposición de códices y herbolaria en Alemania, y el foro “La cultura en el Cambio Tecnológico”, en París. Recién concluyó en Chicago el encuentro “Mujeres Migrantes de México y el Mundo”. Plan todo pagado La noticia de traer a México un Pompidou causó desconcierto, pues la franquicia del mismo centro cultural en la ciudad de Málaga, España, ha tenido un costo de 2.07 millones de euros anuales. Se cuestionó si no era un contrasentido con la política de austeridad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que ha destinado a la Diplomacia Cultural poco más de 10 millones de pesos. Márquez afirma en la entrevista que, de venir a México el centro cultural, como se pretende aún, no le costaría al gobierno. La condición es que sea pagado por “empresarios y sponsors (patrocinadores) ligados al Consejo Franco Mexicano”. Ellos se comprometen a pagar la construcción y adaptación del espacio, así como los gastos que generaría esta “especie de franquicia”. De no ser así, añade, “de ninguna manera se haría, no sería conveniente, hay muchos museos mexicanos que no tienen para sobrevivir, sería un despropósito nuestro estarlo promoviendo”. Recuerda que “los ricachones” de Dubái literalmente compraron una franquicia del Museo de Louvre. Pero la idea de traer a México un Pompidou está orientada más a los orígenes del propio espacio cultural que nació en la zona de Beaubourg, “que era delincuencial, socialmente perdida”. El centro cultural funcionó como un plan de recuperación urbana y social. Igual sucede con Kanal, en Bélgica, ubicado “ni más ni menos que en el barrio de Molenbeek, que era santuario del terrorismo internacional”. Asegura entonces sobre la propuesta en nuestro país: “Es un proyecto de recuperación, no es el Louvre de Dubái. México no tiene en la parte museística el equivalente de un museo con las características del Pompidou, tenemos el Museo de Arte Moderno; pero un museo que exhiba lo más contemporáneo no lo tenemos.” El Pompidou, dice, está explorando el proyecto Studio 13/16, dirigido a adolescentes. Piensa Márquez que eso sería interesante para la Ciudad de México pues “tiene una masa impresionante de adolescentes que asisten a los Faros”. Aclara, sin embargo, que aún no se define el sitio donde se abriría, ni el perfil museístico, ni la parte financiera. En los próximos meses vendrá una misión del Pompidou para reconocer sitios. Se espera que su presidente, Serge Lasvignes, asista a Zona Maco en febrero 2020. Descarta que el museo francés imponga el contenido de las exposiciones y niega que aceptar la llegada de esta franquicia sea un “proyecto colonialista” –como se expuso en la columna “Más que piedras” de la agencia apro–. Cuestiona si acaso los belgas son colonizados o nosotros seremos menos mexicanos por traer un Pompidou, y responde él mismo que no. Finalmente relata que el plan de traer al Pompidou surgió cuando, durante la transición, el ahora canciller Marcelo Ebrard Casaubón tuvo contacto con Lasvignes. Y “a Marcelo le importa, como cualquier otra acción; es momento de traer a México grandes iniciativas que, desde luego, no le vayan a costar al presupuesto federal”, si bien admite que aún no se sabe qué empresarios podrían estar interesados en invertir en el proyecto. Centro cancelado En mayo pasado el secretario Ebrard y la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, instalaron en el Palacio de Bellas Artes el Consejo de Diplomacia Cultural integrado por veinte personajes de la cultura, con el fin de organizar la presencia de México en el extranjero, como lo informó apro en su momento. Este organismo se reunió por primera vez el 18 de octubre en la Cancillería, con 15 de sus integrantes, quienes hicieron diversas propuestas, aunque Márquez ya cuenta con una agenda de acciones que se extienden hasta 2020. Igualmente, la Secretaría de Cultura que impulsa sus programas Cultura Comunitaria y Circuitos Culturales nacionales e internacionales. Durante la presentación del Consejo de Diplomacia se anunció la creación de un centro cultural para Honduras, que tendría impacto en Centroamérica. Hoy dice el funcionario que la idea de hacerlo se cancela. Se hizo una investigación “muy detallada y caímos en la cuenta de que podemos quedar atrapados en el tema mesoamericano y quedar exclusivamente en Centroamérica”. Considera importante “lo que se está haciendo en materia de migrantes”, y mantener la política cultural de la diplomacia, “pero no necesariamente debemos dar seguimiento a todo el plan de desarrollo”. Surge entonces el programa “Mirar al Sur” con la idea de ser más abarcadores, hacer un proyecto de mayor alcance, “más libre y más penetrante”. Se buscaron, así, alianzas con diversas instituciones mexicanas, latinoamericanas e incluso en Europa para impulsar la literatura. “Mirar al Sur” inicia con la creación de una Biblioteca de Literatura Centroamericana, cuyos primeros títulos son: Pobrecito poeta que era yo, del escritor salvadoreño Roque Dalton; “Luna Park”, “Quinta estación”, “Entonces, sólo entonces”, “Soledad” y “El Sonámbulo”, poemas del guatemalteco Luis Cardoza y Aragón; Poesía y prosas, del hondureño Juan Ramón Molina; La insurrección solitaria y Varia, del nicaragüense Carlos Martínez Rivas; y Bananos y hombres, de la cuentista costarricense Carmen Lyra. El plan es que la colección sea un programa de largo alcance, de aquí a 2024, y abarque Sudamérica, Cuba y el Caribe. En ese sentido, anuncia que respaldan la apertura de las librerías del Fondo de Cultura Económica en La Habana, Cuba, y en la Paz, Bolivia. El historiador destaca que la colección es logro de una gestión cultural basada en la cooperación, lo cual “no es una práctica muy común”. Se le pregunta qué pasó entonces con los convenios marco de colaboración binacionales y multinacionales que a lo largo de la historia ha suscrito México: “Sí los hay. Me refiero a que, al final, como fue un Estado muy poderoso el de la Revolución y fue el que impuso su ley en el tema cultural a partir de José Vasconcelos y hasta Jaime Torres Bodet, la sociedad creció con esa percepción de que el gran Ogro Filantrópico, el mecenas oficial, tenía que ser el dador de todo lo necesario para la producción cultural.” El tema, añade, se está discutiendo en la actualidad; pero no se ha logrado cambiar a un modelo en el cual la sociedad gestione proyectos y no sólo haga reclamos al Estado. En ese sentido, “por el lugar donde estamos, podemos acudir a instancias de cooperación internacional”, sin las cuales no se harían ciertos proyectos. En tanto que en todo ese proceso de la construcción de la política diplomática jugaron un rol importante los agregados culturales, se le pregunta cuál será ahora su papel. Detalla que habrá cambios institucionales, de acuerdo con el punto “El orden de la casa”, del documento presentado durante la Reunión de Embajadores y Cónsules (REC) de enero pasado y en entrevista con Proceso (No. 2209). Indica que el punto se está llevando con mucho cuidado, porque supone ciertas reformas al reglamento interno de la SRE; pero en la selección de los agregados “está la clave del éxito de la gestión cultural”. En la REC de enero próximo se presentarán los resultados de un estudio y la iniciativa para los cambios, que contemplan la capacitación de los agregados, incluso a través de la plataforma digital que será modificada y se publicará en la revista digital Pensar la cultura. A la fecha, según el texto publicado por el periodista Eduardo Cruz en el portal pasolibre.grecu.mx, ni siquiera se ha autorizado el cambio de la Dirección General de Asuntos Internacionales a la Dirección Ejecutiva de Diplomacia Cultural. España en el corazón Uno de los proyectos más inmediatos, a realizarse a partir del próximo 11 de noviembre, es “España en el corazón. Festival Eñe”, organizado por la asociación La Fábrica y el instituto Cultural de México en España, dirigido por el escritor Jorge F. Hernández. Es un festival que promueve a escritores sobre todo jóvenes y en esta ocasión México es el país invitado. El programa se extenderá todo 2020 con festivales culturales de plástica, poesía, diseño y otras artes para realizarse en ambos países. Se está planeando con España el programa. Se contempla la edición de una antología de poesía mexicana con el Instituto Cervantes, dirigido por el poeta Luis García Montero, el cual ya hizo una compilación de la poesía venezolana. Márquez precisa la idea de que en algún momento llegó a plantearse de difundir la enseñanza del español, incluso como una de las industrias culturales; sin embargo, ya no es del interés de su dependencia: “Lo que nos interesa es divulgar la cultura que hemos creado a partir del español. Con el periódico El País traemos un proyecto muy importante que vincula a El Colegio de México con ‘España en el corazón’: El Colmex acaba de dar a conocer la última versión de su Diccionario del Español de México (proyecto coordinado por el doctor Luis Fernando Lara), que es una investigación larguísima, iniciada hace 45 años. No hay una lengua española, la de la Real Academia; son las lenguas, los colombianos han trabajado muchísimo este tema. Nosotros estamos apoyando la creación del diccionario y de esta diferenciación para la divulgación del español.” Llevarán a cabo en la Casa de América de Madrid una mesa redonda. Y con El País se hará un programa cultural. El título del festival proviene de un libro de Pablo Neruda, publicado en 1938, dedicado a la Guerra Civil, que salió paralelamente a España, aparta de mí este cáliz, de César Vallejo, y No pasarán, de Octavio Paz: “Lo que nos une con España es la cultura que hemos creado a partir de la lengua. Nos une el exilio, nos une una historia y nos desune otra, pero realmente, lo sólido, lo fuerte, es la cultura que construimos, una cultura muy diferenciada, pero eso es lo que hay que subrayar. Nosotros propusimos esta agenda, porque confrontarnos por la agenda de Hernán Cortés no tiene sentido. Además, es una agenda que los historiadores han sostenido ya; es más importante ir a redescubrir España, ver que tienen de nuevo, e igual nosotros.” Otros proyectos son: El “Foro de Inteligencia Artificial” en París, apoyado por la televisión francesa, que inicia el 8 de noviembre, que será inaugurado por los embajadores Juan Manuel Gómez Robledo y Juan José Bremer, de México, y la directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay. Asistirá Cédric Villani, un matemático y diputado francés, experto en inteligencia artificial. El encuentro forma parte del programa “Somos lo que pensamos” e incluye el primer Foro de Diplomacia Cultural. Y “México Siglo XXI”, que recorrerá las ciudades de Shanghái, Singapur, Tokio y Seúl, en las cuales se presentará una instalación con imágenes contemporáneas del país. El proyecto se llama “La Vuelta a México en Cuatro Diseños: textil, gráfico, industrial, y de modas”. Aún se está planeando quiénes, pero se invitará a 21 jóvenes. Además, el encuentro “México piensa el futuro”, con pensadores coreanos, japoneses, chinos y mexicanos, que compartirán sus conocimientos sobre la sociedad, entre otras actividades. A decir de Márquez hay muchos temas que no se están discutiendo, y el propósito de la dirección a su cargo es ponerlos sobre la mesa. Uno de ellos es la emergencia de los nuevos nacionalismos y la idea del supremacismo y el reemplazo cultural, que promueve las creencias, por un lado, de que hay culturas superiores, y por el otro que los migrantes son peligrosos porque pueden sustituir a la cultura europea o estadunidense, según el caso. Dadas las masacres en Estados Unidos, donde se ha atentado directamente contra mexicanos, como en el caso de Texas el 6 de agosto pasado, la Cancillería mexicana no puede dejar pasar el tema. En la reunión del Consejo de Diplomacia se anunció el Encuentro Iberoamericano “Después de El Paso, Texas: el valor de la cultura ante el odio”, donde debatirán juristas, diplomáticos, académicos, escritores y artistas sobre el supremacismo, la xenofobia y el racismo. Para el año próximo planea, dentro del programa “Somos lo que pensamos”, realizar un encuentro intelectual, organizado por la doctora Lourdes Arizpe, con la participación de diez ilustres personajes, en la Biblioteca de Alejandría en Egipto, que “parecerá muy oneroso”, pero se conseguirá a través de la cooperación y permitirá decir que “México está en estas discusiones”. Igual para el 2020, en Berlín, Alemania, anuncia una exposición con reproducciones de códices, para llamar la atención sobre el uso de la naturaleza, y (luego de la apropiación cultural de Carolina Herrera en contra del diseño textil mexicano) se tocará también el uso de las patentes sobre la herbolaria por parte de las farmacéuticas alemanas. Tráfico ilícito El pasado 18 de septiembre, la casa francesa de subastas Millon puso a la venta un conjunto de piezas arqueológicas pertenecientes al patrimonio cultural mexicano. Márquez dice que, junto con el embajador de México en Francia, Gómez Robledo, y la Unesco, se hicieron varias gestiones; pero aunque la prensa divulgó que fueron para parar la venta, él afirma: “Detener la subasta no era el objetivo, sería muy corto porque de todas maneras México no tiene acuerdo con Francia para ese tema, por lo cual va a seguir permitiendo que sigan las subastas… Lo que nosotros y el canciller percibimos, en su momento, es que hay que actuar para mejorar el mecanismo interinstitucional mexicano que ataque el problema. No tratar con un periodicazo de detener una subasta, sino ver qué hacemos la Fiscalía General de la República, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el de Bellas Artes y nosotros, para que la acción sea más eficaz. “Habida cuenta de que es muy difícil (en un país que tiene más de 70 mil sitios arqueológicos y en donde el tráfico no son piezas que se roban de museos, sino del sitio mismo) tener un control.” Queda en duda qué paso luego de que, en 2012, en el contexto de varias subastas similares, el entonces representante de México ante la Unesco y embajador de México en Francia, Carlos de Icaza, presidió la segunda reunión de los Estados parte de la convención contra el tráfico ilícito de bienes culturales, que no se reunían desde 1970, para buscar mecanismos de aplicación de dicha convención, que sí suscribe Francia. Márquez hace un gesto para indicar que desconoce lo ocurrido y señala que el nuevo representante de México ante la Unesco, Juan José Bremer Martino, trabajará sobre una iniciativa que presentará en la agenda del organismo internacional. –¿Entonces no hubo avances con el embajador De Icaza? –Tan no se ha avanzado que estamos en esto. México tiene como referentes una propuesta de Egipto y de Grecia, que son un poco explicables porque están en la circunstancia nuestra. Aquí en Cancillería hay un equipo de trabajo, convocado por la Consultoría Jurídica y la Dirección de Europa, se está trabajando intensamente con las otras instituciones para ver por dónde México puede presentar un esquema nuevo y más eficaz. El tema y sus avances fue abordado por el especialista Jorge Sánchez Cordero en su ensayo “Las batallas de Unidroit”, en Proceso No. 2242.

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