La prioridad, defender la autonomía de la UNAM: Angélica Cuellar y Pedro Salazar

sábado, 2 de noviembre de 2019 · 09:39
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El pasado jueves 24 la Junta de Gobierno de la UNAM dio a conocer que los únicos en cumplir los requisitos para contender por la Rectoría son la directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Angélica Cuéllar; el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Pedro Salazar Ugarte; y el actual rector, Enrique Graue. Quedó fuera el profesor de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, Daniel Velázquez, quien desde el principio del proceso se quejó de que no había condiciones de igualdad en la competencia. A comparación de la elección de 2015, en la que levantaron la mano 15 aspirantes y al final sólo 10 compitieron, hoy únicamente se anotaron cuatro y al final se quedaron tres, la participación más baja en las últimas tres décadas. Angélica Cuéllar y Pedro Salazar, en entrevista, coinciden en que la UNAM tiene el reto de la actualización tecnológica, dar a los jóvenes una posibilidad real de mejores opciones de trabajo y coadyuvar al desarrollo del país. No obstante, los dos académicos sostienen que la UNAM no puede aumentar la matrícula estudiantil como propone el presidente Andrés Manuel López Obrador con su propuesta de desaparecer el examen de admisión. En todo caso, señalan ambos, se puede aumentar la cobertura con la creación de nuevas sedes universitarias en los estados. “El examen de admisión se tiene que mantener, hay una falsa interpretación de que quitándolo va a aumentar la matrícula. Eso no es cierto, en esta facultad y en Ciudad Universitaria ya no hay lugar para construir más edificios para aulas. No se aumenta la matrícula quitando el examen de selección, se aumentaría con un proyecto bien diseñado, con las tecnologías de punta de educación a distancia, que fueran de una eficiencia terminal importante, porque la educación a distancia ha crecido mucho pero no la eficiencia terminal con el mismo ritmo. Si vamos a crecer que sea con nueva tecnología y creatividad, no con ladrillos. Eso ya no opera”, precisa la doctora Cuéllar. En su plan de trabajo propone que la UNAM crezca en otros estados pero con otro modelo: que los gobiernos estatales y federal pongan las instalaciones y la universidad los planes de estudio, diagnósticos y capacitación. “Eso no le cuesta a la UNAM, la responsabilidad de darle a los jóvenes educación media y superior no es de la universidad, es del Estado. “La universidad no puede cargar con una responsabilidad de esa magnitud. Insisto, si quitamos el examen de admisión no va a aumentar la matrícula; mejoremos el bachillerato y mantengamos el examen de admisión. Además por eso tenemos la autonomía, para elegir nuestros métodos de selección”. Por su parte, Salazar precisa que este llamado presidencial para eliminar el examen de admisión no esta dirigido sólo a la UNAM sino también a las otras universidades públicas. “Sin embargo la respuesta la da la realidad. Los recursos de ésta y de las otras universidades son limitados, las capacidades son limitadas, y en esa medida no podemos prescindir del examen de admisión, de las reglas que nos permiten utilizar de la mejor manera nuestras capacidades instaladas, llegando al mayor número posible de jóvenes, pero sin poner en riesgo la viabilidad y la calidad académica de lo que ofertamos”. La violencia Como todo el país, la UNAM sufre inseguridad, violencia, narcotráfico y acoso sexual en su comunidad estudiantil y académica. Todos los candidatos tienen en su propuesta un plan de seguridad en el que reconocen la necesidad de dar protección a estudiantes, académicos e instalaciones universitarias. Cuéllar, doctora en sociología, propone un diagnóstico integral sobre victimización e inseguridad, contar con centros para la recepción de información en tiempo real, para conocer los lugares y horarios de mayor incidencia y capacitar al personal comisionado en primeros auxilios y de apoyo a la seguridad. “Tenemos que tener diagnósticos muy claros de cuál es el tipo de delito que hay, la porosidad de las zonas en donde se ubican las escuelas, para emprender trabajo colaborativo con la comunidad, para la recuperación de espacios públicos. Con estos diagnósticos y en colaboración con las autoridades, hacer un plan más preventivo que punitivo. “No creo en las rejas, en que haya militarización, como en El Salvador, donde en las entradas a la universidad hay soldados; creo que con buenos diagnósticos y con una coordinación buena con las autoridades bajarán los niveles de inseguridad y violencia en toda las universidades”, sostiene la directora de la Facultad de Ciencias Políticas. Pedro Salazar, doctor en filosofía política, advierte por su parte que las últimas manifestaciones violentas de los jóvenes expresan la necesidad de crear una cultura preventiva para incidir en las dinámicas de convivencia, sobre todo entre los estudiantes. “A raíz de los eventos de septiembre de 2018, la comunidad estudiantil se movilizó contra la violencia. Nos dieron un mensaje de lo que esperan ahora”, precisa. Tanto Cuéllar como Salazar defienden la autonomía de la UNAM como un principio fundamental, no sólo para organizar y administrar sus recursos financieros, sino también para la elección de las autoridades, ante la tentación injerencista de los partidos políticos o del gobierno. “Dejemos de especular. Algo que caracteriza a la UNAM es la autonomía. Somos autónomos para decidir lo que investigamos, en la libertad de cátedra, en las formas de elección de los estudiantes que no son de nuestro bachillerato, para darnos una forma de gobierno. Veo esto no como una contienda, porque no somos partidos políticos ni candidatos; somos universitarios que decidimos presentarnos a la Junta de Gobierno con nuestras respectivas miradas de lo que es la universidad, de lo que nos gustaría que fuera”, dice Cuéllar. Mientras que de la posible incidencia del gobierno actual precisa: “No le puedo decir si hay intereses del actual gobierno, de otros partidos políticos. A veces en la prensa se especula sin datos duros. No lo veo así, no es una cosa tan directa. No veo que el gobierno esté incidiendo en el proceso interno. La Junta de Gobierno es autónoma y no se deja presionar”. –¿Cómo logra eso? –Es parte de nuestra autonomía. Hemos madurado como comunidad y la autonomía es parte de la esencia universitaria. Parte de la autonomía es ejercer nuestras formas de darnos gobierno, de tener nuestros cuerpos colegiados, de darnos la investigación y la docencia de manera libre. No me imagino a la Junta de Gobierno recibiendo una llamada pronunciándose por algún candidato. La verdad, no lo creo. La universidad es autónoma. Por su parte, el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas sostiene que durante muchos años la UNAM ha convivido y coexistido con distintos gobiernos, proyectos políticos, distintas maneras de concebir la vida pública y distintos tipos de régimen político. “Hoy coexiste con este gobierno federal y de las entidades federativas. En ese sentido tenemos una relación con una diversidad de actores políticos, sociales, económicos y mediáticos”. Pero aclara que la agenda universitaria se despliega con una multiplicidad de actores y no exclusivamente con el gobierno federal, que es un actor entre otros. “Eso es muy importante que no lo perdamos de vista, porque la autonomía universitaria depende en buena medida de que la agenda y las prioridades universitarias las dicte la propia UNAM, independientemente de quien esté en el gobierno. En ese sentido es que la universidad debe tener relación con todos los actores y no orientar su agenda a partir de las prioridades, agendas o intereses de otros actores. Nuestra agenda debe ser dictada por nosotros mismos y en la ruta que nosotros creamos, ordenando nuestras prioridades y ofreciendo respuestas a los problemas nacionales”. El rumbo Los dos aspirantes a la Rectoría de la UNAM para los próximos cuatro años tienen claro que la institución tiene el reto de actualizarse en tecnología, investigación y académicamente, para atender las necesidades más urgentes de la jóvenes. “La UNAM está en un momento muy importante; lo vive no tanto por la coyuntura interna o nacional, sino por la enorme transformación mundial en materia de tecnología y conocimiento. Creo que las universidades hoy están llamadas a comprender la revolución tecnológica, digital y del saber para poder aprovecharla y trasmitirla. En ese sentido nuestra prioridad debe estar orientada a nuestras actividades sustantivas: la investigación y la cultura”, considera Salazar. Sostiene que en esta coyuntura especial y en ese contexto la UNAM debe ser líder en alianza con las demás instituciones ante los retos de un país que vive violencia, desigualdad, crisis de derechos humanos y de credibilidad en las instituciones, así como de impunidad. Por su parte Cuéllar, en su propuesta “Proyectar hacia el futuro, fortalecer el sentido científico, humano y social de la universidad”, propone fortalecer la rendición de cuentas para informar y justificar las estrategias y decisiones de la institución; lograr la equidad de género, igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres dentro de la comunidad; fortalecer la formación de los alumnos del sistema de bachillerato de la UNAM y mejorar el nivel académico de sus egresados. Estas entrevistas se publicaron el 27 de octubre de 2019 en la edición 2243 de la revista Proceso

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