Valentín Campa ya reposa en la Rotonda; 'no fallarle al pueblo”, el mejor homenaje: AMLO

lunes, 25 de noviembre de 2019 · 19:29
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los restos mortales del dirigente sindical Valentín Campa fueron trasladados esta tarde a su nueva morada: un nicho mortuorio en la Rotonda de las Personas Ilustres, dentro del Panteón Civil de Dolores, donde reposarán debajo de una estatua de bronce que realizó la escultora Maru Santos. La ceremonia estuvo encabezada por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, con el acompañamiento de secretarios de Estado, senadores y diputados, quienes reivindicaron el legado político de Campa en el nuevo gobierno. “Yo celebro el que estemos rindiendo este homenaje a un dirigente social que contribuyó con su ejemplo, con su práctica política, a que en la actualidad estemos iniciando un proceso de transformación para establecer en México una auténtica, una verdadera democracia”, soltó el presidente. De acuerdo con López Obrador, al luchador social lo conoció antes de su muerte --el 25 de noviembre de 1999--, en las oficinas nacionales del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fuerza política que Campa Salazar ayudó a fundar y en la que el tabasqueño militó, presidió y luego con esas siglas obtuvo la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. “Esta transformación es el fruto de la lucha de muchos dirigentes, no fue algo que se gestó en una campaña política. Esto viene de lejos y ha significado el esfuerzo, el sacrificio de muchos dirigentes, unos que se nos adelantaron y otros que todavía viven y contribuyeron para lograr este cambio”, lanzó delante del féretro de caoba sobre el que fue colocada la bandera de México. Minutos antes, una escolta de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cargó y custodió los restos del líder sindical, luego de lo cual inició el homenaje póstumo. Se trata del mismo cuerpo castrense que décadas antes reprimió la huelga ferrocarrilera de 1959 y años después hizo lo mismo con el movimiento estudiantil de 1968. “El mejor homenaje que podemos rendirle es comprometernos a no fallarle al pueblo, a no robar, a no mentir, a no traicionar al pueblo de México”, ofreció el Ejecutivo frente al ataúd. Y, así, Campa Salazar se convirtió en el ocupante 117 del camposanto dedicado a las mayores personalidades de México. Arropado con la bandera roja de la hoz y el martillo, sus compañeros entonaron la Internacional con el puño izquierdo levantado. Frente a la solemnidad queda ahora su recuerdo, aunque no siempre fue así: el dirigente ferrocarrilero estuvo encarcelado durante 13 años y 11 meses, sin embargo, nunca claudicó en sus ideales ni en su compromiso con la clase trabajadora. Y alertó al entonces presidente de la República Lázaro Cárdenas del Río sobre la rebelión que el general Saturnino Cedillo planeada en su contra, tras la nacionalización del petróleo en marzo de 1938. Permaneció en la clandestinidad en la huelga ferrocarrilera de 1959, luego se convirtió en candidato presidencial contra José López Portillo y se mantuvo seguidor de la teoría marxista hasta su muerte. Ese talante fue recordado por su nieto, Santiago Salazar Campa, quien recalcó: “Mi hermana Manuela aquí presente y yo crecimos en el seno de un hogar comunista y ateo. Nuestros padres y abuelos fueron sendos militantes, lo que implicó que todos ellos en algún momento fueron reprimidos y encarcelados por motivos políticos”. “Son otros tiempos”, comentó a su vez Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación y antiguo militante del Partido Comunista Mexicano (PCM), organización en la que militó Campa antes de su disolución. Olga Sánchez Cordero añadió: “Con la Cuarta Transformación, un hombre que fue marginado sistemáticamente por el Estado en su labor político-social recibe el más merecido sepulcro de honor. Llega alguien completamente diferente a esta rotonda. Aquí yacen políticos, militares, artistas, científicos e intelectuales. Hoy la rotonda recibe en su seno, por determinación del señor presidente de la República, a un luchador social”. Enfrente, la flama que arde frente a la tumba de Campa ondeó durante 40 minutos que duró la ceremonia.   Organizador y dirigente ferrocarrilero Valentín Campa murió a los 95 años en la Ciudad de México. Durante más de tres cuartas partes de su vida se dedicó a la organización social y la lucha por los derechos de los trabajadores mexicanos. No pocas veces estuvo detrás de los barrotes: 13 años fue “preso político”. Campa Salazar escribió: “En 1911, a los siete años, presencié la matanza de cientos de chinos que todavía usaban trenzas. La infamia cometida fue producto de una psicosis colectiva, se pretendía justificar el genocidio con la gran calumnia de que los chinos habían envenenado los manantiales de la ciudad; esto ocurrió en Torreón”. Y ese acontecimiento marcó su rumbo político. A finales de 1921 se encontraba en Coahuila e ingresó a Ferrocarriles Nacionales, lugar donde comenzó su militancia sindical en la Confederación de Trabajadores y Transportes, rememoró Eduardo Villegas, de la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México. A finales del 26, el gobierno de Plutarco Elías Calles se tornó hostil ante los movimientos obreros y particularmente con el gremio ferrocarrilero, lo que abonó al activismo de Campa Salazar en defensa de los derechos laborales y lo impulsó a convertirse en organizador y dirigente ferrocarrilero. A sus 23 años ingresó al Partido Comunista Mexicano y un día más tarde estalló la huelga general ferrocarrilera, donde participó activamente. Durante esta huelga fue encarcelado e incomunicado. El presidente Calles --enterrado a unos pasos-- ordenó su fusilamiento inmediato, pero el gobernador de Tamaulipas, Emilio Portes Gil, lo convenció de desistir y Campa fue liberado con la prohibición de regresar al estado. Tiempo después, fue Portes Gil quien intentó llevarlo hacia las riendas del Partido Revolucionario Institucional. No quiso. Se puso del lado de los trabajadores y continuó su lucha por la reivindicación de sus derechos. En 1940, tras la Tercera Internacional Comunista, junto con Hernán Laborde fue expulsado del Partido Comunista por negarse a participar en el atentado contra León Trotsky. La tajante negativa fue: “Nosotros somos revolucionarios, no asesinos”. Quien sí participó en la ola de atentados fue el muralista David Alfaro Siqueiros, quien ahora reposa a menor de 50 metros de distancia. Durante la presidencia de López Mateos estallaron las huelgas de ferrocarrileros del 59. Dada la represión, Valentín Campa vivió en la clandestinidad durante un año, hasta su detención, en 1960, cuando fue condenado a más de 10 años de prisión. Ya encarcelado, junto con otros líderes ferrocarrileros, influyó en el movimiento estudiantil de 1968, que demandaba, entre otras cuestiones, la libertad a los presos políticos y la derogación del artículo 145 Bis de disolución social. Esa reivindicación renació en 1976, cuando el PCM demandó su vuelta a la legalidad y su registro como partido político. De manera unánime, el XVII Congreso del Partido Comunista acordó impulsar la candidatura a la presidencia de Valentín Campa. Aun sin registro, su campaña adquirió una notable importancia y consiguió más de un millón 600 mil votos a favor, convirtiéndolo en el “candidato sin registro con mayor votación electoral en la historia del país”. Para 1979, como resultado de la reforma política de Reyes Heroles, el Partido Comunista finalmente obtuvo registro y representación legislativa. Duró sólo unos años. En 1981 el PCM renunció a su registro para fundar el Partido Socialista Unificado de México (PSUM), que unos años después lo cedió al Partido de la Revolución Democrática (PRD).   Un hombre de enorme congruencia Al acto de este lunes acudieron viejos militantes del Partido Comunista Mexicano y secretarios de Estado. Incluso personalidades que hoy podrían estar en las antípodas de su legado político. Estuvieron presentes, por ejemplo: Arturo Herrera Gutiérrez, secretario de Hacienda y Crédito Público; Alfonso Romo Garza, jefe de la Oficina de la Presidencia; Marcos Martínez Gavica, presidente del Consejo de Administración de Grupo Financiero Santander México, entre otros. También personajes de la plana mayor del nuevo gobierno federal y del Poder Legislativo: Irma Eréndira Sándoval, secretaria de la Función Pública; Graciela Márquez Colín, secretaría de Economía; Ifigenia Martínez, diputada federal; Citlalli Hernández, senadora de la República, y Yeidckol Polevnsky, dirigente nacional de Morena, entre otros. Incluso se hicieron presentes viejos miembros del PCM que se integraron al nuevo gobierno. “Yo creo que este es un mensaje muy importante. No sólo es un reconocimiento a un hombre como Valentín Campa Salazar, un hombre de enorme congruencia, sino es también el reconocimiento de luchadores sociales que enfrentaron las situaciones más adversas en las condiciones más adversas en que se desarrollaba el país”, rememoró Alejandro Encinas. El senador Pablo Gómez, quien formó parte del Comité Central del Partido Comunista y de la dirección colegiada del PSUM, hoy diputado federal por Morena, recordó que el legado de Campa y otros dirigentes políticos como Arnoldo Martínez Verdugo, quien también será trasladado a la Rotonda el próximo 24 de mayo, marcaron el rumbo del país cuando decidieron decantarse por la línea democrática dentro del partido. Expresó que gracias a la lucha política de Campa Salazar y Martínez Verdugo se consolidó la reforma política de 1977, con la que numerosas organizaciones políticas obtuvieron su registro y permitieron que decenas de personas fueran liberadas gracias a la ley de amnistía que promovieron junto a Jesús Reyes Heroles. Por su parte, Abraham Nuncio Limón, que se desempeña como director nacional de bibliotecas de la Secretaría de Cultura y quien en su juventud fue militante del PCM, destacó que el legado político de Campa se expresa en las luchas del pueblo mexicano que continúan buscando mejores condiciones de vida. “Si Valentín Campa tiene un significado, esa es la lucha del pueblo de México que se ha levantado desde siempre. Una cosa es que lo repriman, lo marginen y sus demandas no sean escuchadas, pero marca el rumbo de esa pelea”, apuntó.

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