CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Petróleos Mexicanos (Pemex) informó que este año recibirá mil 800 millones de dólares (alrededor de 35 mil millones de pesos), correspondientes al pago de pagarés del pasivo laboral por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. “La inyección directa de capital reducirá las necesidades de financiamiento de Pemex y proporcionará liquidez adicional para apoyar el programa de inversión de la empresa”, puntualizó. La compañía ya recibió un primer pago de efectivo en enero por 9.4 mil millones de pesos, pero tiene otros cuatro pagos pendientes: el 20 de febrero, por 5 mil 900 millones de pesos; 20 de marzo, 6 mil 200 millones; 17 de abril, 6 mil 500 millones, y 20 de mayo, 6 mil 800 millones de pesos. Entre otros apoyos se contempla una transferencia que la Secretaría de Energía (Sener) hará a Pemex por 25 mil millones de pesos, como parte del rubro planeación, seguimiento y evaluación de políticas públicas, y se destinará a la construcción de la nueva refinería Además, la petrolera estimó ingresos adicionales por mil 600 millones de dólares (32 mil millones de pesos) como parte del combate al robo de combustible. En su presentación del plan ante inversionistas, Pemex sostuvo que en 2018 perdió 40 mil millones de dólares por robo de combustibles. Sin embargo, para este año, en un escenario conservador, espera recuperar el 80% de esos 40 mil millones, lo que tendrá un impacto directo positivo en el EBITDA de la compañía. A partir de la intervención del gobierno, el robo se logró bajar a un promedio de 17.6 mil barriles de combustibles, cuando antes de la estrategia se llegó a un máximo de 126 mil barriles diarios. Pemex señaló que el Estado le otorgará mil 300 millones de dólares en capitalización, monto que ya está incluido en el presupuesto de este año, y 600 millones de dólares (11 mil millones de pesos) más como ayuda fiscal adicional en el periodo 2019. La mañana de este viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador oficializará las cifras de apoyo a Pemex, con lo que buscará reducir la incertidumbre entre los inversionistas y convencer a las agencias calificadoras de que el plan de financiamiento para la petrolera sea sólido.