Macotela y cuatro décadas de Minería, "la madre de las ferias"

sábado, 9 de febrero de 2019 · 09:06
Al realizar a vuelapluma un balance de los 40 años de la Feria Internacional del Libro de Minería –de los cuales 20 ha sido su director–, Fernando Macotela, además de anunciar el doble homenaje a Alfonso Reyes (1889-1959), el más representativo de los escritores de Nuevo León –estado al que estará dedicado el evento–, enfrenta con realismo el reto del presente: la situación económica (“no es cosa mía, la inflación ha jugado en contra, habría que preguntarles a los de Hacienda”). Por otro lado reafirma que no se prevé cambio de recinto, “pues forma parte ya de la vida del Centro Histórico”. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- A punto de cumplir 40 años, la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM) se alza como el encuentro librero de mayor antigüedad en el país y, a decir de su director, Fernando Macotela, ha inspirado ferias como la FIL de Guadalajara y otras de corte más joven como la del Libro Universitario (Filuni). La Feria de Minería, a celebrar su programación del 21 de febrero al 4 de marzo –con jornadas juveniles del 25 al 27 de febrero y a Nuevo León como estado invitado–, tiene desde la llegada de Macotela, hace dos décadas, un crecimiento y un ritmo que, impulsados por la Facultad de Ingeniería de la UNAM, la hacen un logro 100% universitario. Según explica Macotela: “Para mí es plausible y digno de elogio que la Facultad de Ingeniería se haya preocupado y haya tenido la voluntad cultural, política y administrativa de hacer y continuar la Feria con todo y problemas externos e internos, como la huelga estudiantil de 1999 en la UNAM, que fue curiosamente cuando llegué. “Recuerdo que cuando vino el rector Enrique Graue, le impactó tanto que dio instrucciones a TV UNAM para que se cubrieran más actividades, todas las posibles. Le gustó tanto que pensó que se debían hacer más actividades similares, y de ahí surgió la Filuni que se hace en el Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM.” –Con el paso del tiempo se ha cuestionado el espacio en el Palacio de Minería. ¿Han pensado en salir del Centro, mover la sede? –No. Y en parte es porque el Gobierno de la Ciudad de México y en específico la alcaldía de la Cuauhtémoc no quiere que la feria se vaya del Centro, y la verdad es que nosotros tampoco. “Recuerdo que el exrector José Ramón Narro tenía especial interés en que la feria se moviera al sur, justo al Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM, y está muy bien el lugar, pero tiene 4 mil metros cuadrados, no hay oficinas, no tiene estacionamiento, y sí hay que decirlo, hay problemas para que llegue la gente. En el Palacio de Minería tenemos cinco mil metros cuadrados, las oficinas, y si bien no hay estacionamiento hay varios públicos que quedan en corto para la gente. “Y lo más importante, la feria forma parte de la vida del Centro Histórico.” Pone el ejemplo de la Feria del Libro Infantil y Juvenil: “Si hay una feria a la que admiro es ésa, fue un buen acierto que decidieran moverla del Centro Nacional de Arte (Cenart) a Azcapotzalco, y en la apuesta creo que ganaron porque va más gente allá que al Cenart. Siguieron una intuición que a mi juicio no sucedió en otros proyectos como la Cineteca Nacional, porque el sur está sobreprotegido culturalmente, hubiera sido plausible que llevaran una sede de la Cineteca al norte de la ciudad que está muy solitario. “Pero no, la feria de minería no se mueve.” –¿Minería ha inspirado ferias? –Sí, me atrevería a decir que todas las ferias. Los primeros años que estuve, sobre todo, venían muy seguido de distintas pates de la República para que les dijera cómo hacer sus ferias. Y me sentaba con mis colaboradores y les daba las que considero reglas de oro en la organización: anticipación, no improvisación, y de esas yo creo que casi nadie hace caso. “Hemos inspirado la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, a José Taylor le gustó y le impactó tanto Minería que partió de ésta para la de Guadalajara y con mucho éxito como ya sabemos, me atrevo a decir que la FIL del Palacio de Minería es la madre de todas las ferias.” –¿Cómo ha evolucionado? –Estando dentro de la feria es difícil juzgar el avance, pero lo veo a veces más en la gente que en los números, en los comentarios de los escritores, los maestros, los universitarios. Ha progresado, ha aumentado la cantidad de presentaciones, y sobre todo ha dado la posibilidad de ver todo lo que se publica fuera de la Ciudad de México. “Da la posibilidad de ver lo que se hace y se publica en los estados, ese ha sido un gran acierto, y me parece impresionante, porque hasta cierto punto es descubrir lo que se hace fuera del centro del país. Además de las facultades de diversos estados que vienen cada año, es una feria para el público pero que congrega a la comunidad universitaria de todo el país, eso es un gran logro. “A lo largo de estos 40 años puedo decir que la FILPM ha ganado prestigio, claro que no ha sido cosa mía solamente, yo soy parte de un equipo de trabajo.” Los retos Este año la FILPM romperá récord de actividades –apoyada por la programación del estado invitado, Nuevo León–, y con la presencia de 43 centros de investigaciones, direcciones, colegios y facultades de la UNAM. Además, el cartel de este año resalta un detalle de la Escena escolar al aire libre (1936) del pintor veracruzano Ramón Alva Guadarrama –que se encuentra en la Escuela Primaria Maestra Juana Palacios en la Ciudad de México–. A menudo se confunde a este artista con el célebre representante del estridentismo, Ramón Alva de la Canal. Habrá otro cartel conmemorativo –similar al que hubo en los treinta años– con retratos de escritores e intelectuales de renombre nacional e internacional que se han presentado a lo largo de la FILPM. Entre los mexicanos están: Rosa Beltrán, Emilio Carballido, Gonzalo Celorio, Alí Chumacero, Juan Ramón de la Fuente, Vicente Leñero, Miguel León-Portilla, Eduardo Matos Moctezuma, Lorenzo Meyer, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Elena Poniatowska, Vicente Quirarte, Ignacio Solares, entre muchos otros. Todos ellos en fotografías tomadas en actividades o presentaciones de la Feria de Minería. En el caso de Nuevo León, parte de la sorpresa será la presentación de una serie de publicaciones con muchos de los autores que fueron coeditadas en colaboración con la Secretaría de Cultura federal y los institutos de Cultura de los estados de Coahuila, Chihuahua, Durango y Tamaulipas. La idea es difundir la obra de la región noreste del país. El platillo fuerte, la celebración del doble aniversario del escritor más notable de las letras de Nuevo León, y sin duda uno de los más importantes del siglo XX en lengua española: Alfonso Reyes (1889-1959): a 130 años de su nacimiento y a 60 años de su muerte. En torno suyo girará una serie de eventos para evocar su vida y obra “con la idea de apasionar a nuevos lectores”. Por otra parte, en esta edición se festejará a Gonzalo Celorio por sus setenta años. “Afortunadamente hemos tenido la suerte de contar con grandes autores mexicanos como José Emilio Pacheco, Vicente Leñero, Emilio Carballido, Carlos Monsiváis… el nombre que me digas.” –¿Los retos? –El dinero… No podemos aumentar el costo del metro cuadrado ni del ingreso, y la inflación ha sido tremenda. Cuando entré, los primeros cuatro años operábamos en números rojos, la feria costaba cinco millones y me daban cuatro para hacerla hasta que llegamos a ingresar doce millones de pesos. Había mucho remanente. “Ahora hacer la feria cuesta un promedio de once millones y medio, y entran doce millones, el margen es de medio millón de pesos, y me han preguntado qué pasa ahí, pero no ha sido cosa mía, la inflación ha jugado en contra, habría que preguntarles a los de Hacienda.” –¿Qué le ha dado distinción a la feria? –El ciclo de divulgaciones científicas que no falla, y sin duda los carteles que a muchos les llaman la atención de una manera extraordinaria, unos más que otros quizá, pero en general es algo que piden mucho. No se venden por la cuestión de las obras que tiene derechos de autor, y en la medida que se pueden distribuir en los centros de la UNAM y a quien nos pida, les damos. “Tienen una historia curiosa, pues al principio eran fotografías del Palacio de Minería o el logotipo muy barroco de la feria. Cuando llegué se me ocurrieron algunas imágenes que tenían que ver con lo que acontecía, como el cartel del 2001 que hizo referencia a la película 2001: Odisea en el espacio, hasta que llegó la idea de la pintura con referencia a los libros, y el ejercicio de la lectura que cada año son un éxito.” 20 años no es nada El también exdirector de la Cineteca Nacional y del Festival Internacional Cervantino rememora la situación en que llegó a la FILPM desde la Dirección General de Publicaciones de la UNAM, apenas unos meses antes de la vigésima edición y en plena efervescencia del movimiento estudiantil de la máxima casa de estudios en 1999: “Fue una locura. Cuando llegué no pensé que podríamos hacerla, fueron tres meses de trabajo intenso, tanto que recuerdo que hubo un par de colaboradores que fueron a dar al hospital porque no parábamos. Fue la primera y única ocasión en que la feria se hizo en marzo, nos quedamos con la inercia y trabajamos para la siguiente edición.” Para Macotela, han sido el rigor y la anticipación en el trabajo lo que les ha dado óptimos resultados: “Así que tengo dos fechas redondas, cuarenta de la feria y los veinte años que cumplo en noviembre. He estado la mitad de la vida de la Feria de Minería, lo cual es un tanto excepcional porque como funcionario se suele durar poco tiempo en estos puestos. Ha sido un gran esfuerzo del equipo de trabajo y de la Facultad de Ingeniería.” Como cada año, TV UNAM y Radio UNAM harán difusión de las actividades de Minería, así como a través de las cápsulas de radio o “podcast” de la feria. Habrá jornadas juveniles, y además otras sobre novela negra, cómics, ciclos sobre ciencia, equidad de género, salud, así como conferencias, lecturas, recitales, talleres, mesas redondas, firmas de libros, y presentaciones de volúmenes, revistas y publicaciones electrónicas. Si bien en 2018 se recibieron cerca de 130 mil personas, para esta edición, según sus estadísticas, se espera un aproximado de 150 mil; un 60% de ellos, estudiantes. Este texto se publicó el 3 de febrero de 2019 en la edición 2205 de la revista Proceso.

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