MINATITLÁN, Ver. (apro). -Las lonas y pancartas con lugar preferencial en el parque Reforma en Minatitlán en el acto de Programas Integrales de Bienestar daban una calurosa salutación al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Bienvenida subsidiada por el ayuntamiento morenista de Minatitlán, pues los propios empleados municipales cuidaban que los plásticos recién salidos del taller de serigrafía estuvieran hasta adelante y lucieran en todo su esplendor: “López Obrador Minatitlán contigo, no estás solo”, “Gracias señor presidente por venir a Minatitlán”, se podía leer en los telones.
Pero más atrás, donde no están las sillas VIP, donde no hay filtros, ni gafetes, ni brazaletes para poder asistir al “evento del presidente”, había otro tipo de lonas, no tan amigables y sí con exigencias claras.
“Sr Presidente, sin obras no hay empleos, queremos trabajo, reactive los trabajos de mantenimiento de Pemex”, decía una tela de 15 metros por diez, colgada a mitad del parque Reforma.
Un grupo de expromotoras de salud de la Jurisdicción Sanitaria número XI también colgó una enorme lona reclamando su despido injustificado, pretextando los recortes presupuestales.
“AMLO, votamos por un cambio verdadero, no para que nos dejaran sin empleo”.
Simpatizantes de López Obrador de forma individual llevaban cartulinas flourescentes que fueron abriendo al llegar el Ejecutivo. La petición-reclamo, era muy simple: “Queremos empleos, AMLO crea empleos”.
Abucheos tímidos al gobernador
Ante más de tres mil personas, la mitad del público, adultos mayores, López Obrador empezó a hablar de las bondades del programa Bienestar, con el cual -dijo- se pretende reducir la violencia.
El momento incómodo vino una media hora antes, cuando en la presentación de los invitados especiales, la ovación se la llevó la secretaria de Energía, la zacatecana-veracruzana Rocío Nahle, por encima del edil de Minatitlán, Nicolás Reyes, y del gobernador, Cuitláhuac García.
Mandatario estatal que, cuando tomó la voz, recibió algunos abucheos tímidos y gritos de “fuera, bájate huevón” por parte de los asistentes al acto.
Estos abucheos al mandatario local en eventos de López Obrador ya se habían repetido en Acayucan, en Papantla y en Minatitlán, en una visita anterior.
Al concluir el acto protocolario, López Obrador se dio un pequeño baño de pueblo con el ala derecha de la concurrencia, recibió algunos folders de peticiones, accedió a algunas selfies y abrazos con sus admiradores y recibió quejas de los alcaldes de Coatzacoalcos, Minatitlán y Sayula de Alemán.
Una señora de colonia popular, con mandil amarrado al cuerpo, gritaba desesperadamente: “Ayúdenos Andrés, el alcalde de Sayula (de Alemán) es un inepto, maltrata a mujeres y nos amenaza”.
Ante la estridente queja, un funcionario con chaleco de la Secretaria del Bienestar prometió atenderla apenas se fuera López Obrador. Sin embargo, una vez que el Ejecutivo Federal subió a una camioneta, el funcionario de chaleco color beige con la leyenda “Servidores de la Nación” corrió despavorido unos 100 metros para treparse en una de las diez camionetas blancas que hoy acudieron a la recepción de López Obrador en el aeropuerto de Canticas.