CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, aseguró que el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) era “un elefante blanco” que hubiera endeudado al país. Durante su comparecencia ante la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado de la República, el funcionario federal defendió la cancelación del proyecto y se manifestó tranquilo porque, dijo, se tomó la mejor decisión, ya que “era un verdadero desastre”. “Aquello era un pozo sin fondo, un elefante blanco en donde hubiésemos hablado de una deuda enorme del país en un aeropuerto que nunca iba a funcionar”, puntualizó cuando los legisladores de todas las bancadas, incluida la de Morena, lo cuestionaron sobre la cancelación del NAIM en el antiguo lago de Texcoco. Luego precisó que el consorcio Constructora Terminal Valle de México --conformado por 11 compañías, entre ellas Grupo Carso (de Carlos Slim) e ICA (de Bernardo Quintana)--, que obtuvo el contrato para la construcción de la terminal aérea, demandó al Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) ante la sala regional metropolitana del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, por el incumplimiento de la entrega del proyecto ejecutivo. “De un proyecto que inicia en 2014 y un contrato de 84 mil millones de pesos, no se había entregado la información necesaria 20 meses después de firmado y luego de múltiples notificaciones al contratista”, puntualizó al hablar de las irregularidades encontradas en la obra del NAIM. El senador de Morena Higinio Martínez, exalcalde de Texcoco, manifestó que no compartía la decisión de cancelar las obras para habilitar la base aérea de Santa Lucía como un aeropuerto comercial. “Yo he tratado entender la posición del presidente (Andrés Manuel López Obrador) y la de usted, y sigo pensando igual: me parece que fue equivocada la decisión de cancelar el aeropuerto en Texcoco”, reprochó el presidente de la Comisión de Comunicaciones y Transportes del Senado. Y añadió: “No entiendo por dónde va a transitar uno para ir a Santa Lucía”. En respuesta, Jiménez Espriú resaltó que elabora un documento, hasta ahora de 28 páginas, donde sostiene que Texcoco no era factible desde el punto de vista ambiental ni económico. Estimó que al finalizar el sexenio de Enrique Peña Nieto su costo habría aumentado 200 o 300 mil millones de pesos, y que la última estimación era que la obra se terminaría después de 2024. “Las opiniones de los técnicos de que era factible son ciertas. Para los ingenieros no hay obra imposible, pero sí hay obras inviables por excesivas en el costo. Este es el caso del NAIM, no tenía ninguna posibilidad de construirse en los términos que tenía previsto”, argumentó. Además, sostuvo que el aeropuerto en Texcoco nunca estuvo dentro del Plan de Desarrollo 2013-2018, ni en el programa de infraestructura 2014-2018 de la SCT. “No se incorpora en el programa, ya que este proyecto se encuentra en evaluación”, destacó Jiménez Espriú al leer un fragmento del programa de infraestructura 2014-2018 de la dependencia que encabeza. Al inicio de su comparecencia, el secretario aseguró que en la administración actual no habrá constructoras favoritas, “y esperamos que ya nunca más haya constructoras favoritas del presidente ni del secretario de Comunicaciones y Transportes, ni de nadie”. De igual manera, informó que en el país hay 200 obras de infraestructura inconclusas, entre ellas las carreteras Oaxaca-Mitla-Tehuantepec y Oaxaca-Puerto Escondido; el puente de La Unión, en Campeche; la Línea 3 del Tren Ligero de Guadalajara, y el Tren Interurbano México-Toluca. Finalmente aseguró que se trabaja en 22 de estas obras, y en el primer trimestre de este año ya se han concluido ocho.