CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La organización Alianza por la Salud Alimentaria se lanzó contra el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo AC (ConMéxico), por obstaculizar las políticas sobre el etiquetado de advertencia. ConMéxico es una organización que agrupa a empresas de alimentos y bebidas no alcohólicas, productos de cuidado personal y del hogar. Su misión, según su página web, es “contribuir al desarrollo integral de México y su sociedad poniendo al alcance de los mexicanos productos de la más alta calidad, valor y confianza e impulsando mercados de bienes de consumo competitivos y eficientes”. Sin embargo, ConMéxico va contra el etiquetado de advertencia y contra toda política de salud pública que afecte sus intereses. En ese sentido, ha sido el principal obstáculo contra las políticas que buscan enfrentar la obesidad, desde los lineamientos en escuelas hasta el etiquetado, indicó Alianza por la Salud Alimentaria. La organización recordó que el etiquetado frontal de advertencia se ha posicionado como la política regulatoria más exitosa para reducir el consumo de alimentos y bebidas con altos contenidos de azúcares, grasas saturadas y sodio. ConMéxico, agregó, ha presentado argumentos engañosos en contra del sistema de etiquetado frontal de advertencia implementado en países como Chile, Perú y próximamente Uruguay, y que se discute actualmente para México. Y lo hace así, subrayó, con la única finalidad de confundir a la opinión pública y a los tomadores de decisión. El pasado 26 de junio, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) entregó el premio Jacques Diouf al senador chileno Guido Girardi y al grupo parlamentario que impulsó la Ley de Etiquetado en el país sudamericano. Posteriormente, el 24 de septiembre, premió al Ministerio de Salud de Perú por la regulación que obliga a los productos ultra procesados a usar los octágonos de advertencia. ConMéxico ha defendido el sistema de Etiquetado “GDA”, con el argumento de que permite comparar entre productos, sin embargo, este etiquetado ha sido evaluado por investigadores libres de conflictos de interés, y los resultados muestran que la población no lo comprende, es complejo y no permite la toma de decisiones informadas.