Frente a la FGR, hondureña coloca memorial con la fotografía de su hijo desaparecido en 2010

lunes, 20 de enero de 2020 · 19:41
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Acompañada de un pequeño grupo de mujeres, la hondureña Ana Enamorado, avecindada en México desde 2011, acudió este lunes a la sede de la Fiscalía General de la República (FGR), en la Glorieta de Insurgentes, y colocó un memorial con la fotografía y huellas de su hijo, Óscar Antonio López, desaparecido en 2010 en el estado de Jalisco. Esa, dijo, es una manera de exigir a las autoridades que no detengan la búsqueda de Óscar, cuyo paradero se desconoce desde hace 10 años. Con el respaldo de los abogados “Rivero y Asociados Defensa Estratégica en Derechos Humanos”, Ana interpuso un amparo (10/2020) para pedir “que se busque a mi hijo en instalaciones policiales, zonas militares de Jalisco, hospitales y centros psiquiátricos”. En el acto simbólico de este lunes, Ana hizo un llamado urgente a la FGR y a la Fiscalía General de Jalisco (FGJ), así como al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, al subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, y a la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra, para que establezcan una mesa de diálogo con el fin de dar seguimiento a la búsqueda y localización de su vástago. Óscar Antonio López Enamorado salió de su natal Honduras cuando tenía 19 años, para buscar una alternativa en Estados Unidos, lejos del “infierno” provocado por los Mara Salvatrucha. En el camino decidió hacer escala en el municipio de San Sebastián del Oeste, Jalisco. Durante algunos meses el joven centroamericano se estableció en la comunidad “El Carrizo”, San Sebastián, donde trabajó en la casa de Heraclio Peña, un amigo que conoció en el camino. Posteriormente llamó a su madre para pedirle dinero. Le dijo que necesitaba pagar los daños de un supuesto accidente en el que se vio involucrado. De acuerdo con Ana, su hijo le pidió que mandara el dinero a una sucursal de Banco Azteca ubicada en Ixtlán del Río, Nayarit. Desesperada por ayudarlo, hizo el depósito sin preguntarle por qué debía mandar el dinero a otro estado. Hecha la transferencia, Óscar no volvió a conversar con su madre. Una persona que le tomó la llamada a Ana le dijo: “Antonio se fue a Puerto Vallarta”. A partir de entonces inició el calvario de la mujer. En 2011 se unió a la Caravana de Madres Migrantes de Centroamérica, que cada año llega a México para demandar a las autoridades avances en la localización de sus familiares. Desde ese año, Ana Enamorado optó por quedarse en México y buscar a su hijo. Y así empezó a recorrer las fiscalías estatales, tocando puertas de los Ministerios Públicos y Servicios Médicos Forenses. En 2013 recibió una llamada telefónica de la Fiscalía General de Jalisco. “Encontramos un cuerpo con las características de su hijo”, le dijeron. Ella de inmediato se trasladó a la entidad y le tomaron muestras de ADN, supuestamente para compararlas con las del cadáver hallado. Le mostraron fotos del cuerpo, pero no logró identificarlo, por lo que decidió esperar los resultados de la prueba genética. Al poco tiempo le confirmaron que no era su hijo. En 2015, la misma FGJ volvió a llamarla para decirle: “encontramos a su hijo”. Le mostraron las mismas fotos de 2013 y otras más con la ropa con las que fue hallada la víctima, además de objetos personales. No pudo tocar o ver de frente las cosas, pero daba por hecho que era su hijo. Sin embargo, volvió al otro día para solicitar una nueva prueba genética, pero entonces la Fiscalía le dijo que el cadáver de “su hijo” ya había sido incinerado, por lo que ahora sólo podría llevarse una caja con cenizas. Las autoridades insistieron, pero Ana fue clara: “No les voy a aceptar cenizas, yo quiero el cuerpo”. En 2016, la madre de Óscar inició su lucha por la vía legal. En la FGR se encuentra la averiguación previa AP/PGR/SDHPDSC/UIDPM/M1/009/2016 y en la Fiscalía de Jalisco la indagatoria 4747/2014, pero ninguna “sostiene una línea de investigación coherente que sostenga el paradero de mi hijo, El Estado ha sido omiso en la investigación”, recalcó la dolida madre. (Manuel Alejandro Godínez López)

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