CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El robo y tráfico de arte sacro es uno de los negocios ilícitos más lucrativos del mundo con ganancias de hasta 20 millones de dólares al mes, afirmó Javier Martínez Burgos, académico de la Facultad de Arquitectura (FA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El universitario advirtió que en los últimos 10 años se han registrado unas 200 denuncias por este delito en México, las cuales “ni siquiera se aproximan a la realidad”, pues al ser un delito que no se reporta a las autoridades o es clasificado en campos incorrectos sus ganancias son desconocidas. Esta práctica ilegal, abundó, inició en los años 90 del siglo pasado para financiar al narcotráfico, y hasta el presente las denuncias por venta de arte sacro son mínimas, por lo que “no hay datos reales”, lamentó Martínez Burgos. Tan sólo en 2009, subrayó, la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) informó que el comercio ilegal de estas piezas en América Latina ascendía a 20 millones de dólares mensuales.

“Es una cadena de eventos que se vinculan con una industria que deja grandes ganancias al crimen organizado, mientras que las comunidades pierden piezas con un importante valor cultural, artístico y religioso”, aseveró.

El también perito de monumentos históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explicó que la compra-venta de estos artículos ocurre en un círculo muy específico, principalmente galerías para la sobreventa y coleccionistas que se asocian a particulares y museos. Incluso, agregó, algunos museos propician el tráfico cuando pretenden formar o incrementar sus colecciones sin importar la manera. Además, indicó, en esta cadena el narcotráfico encuentra un modo de lavar dinero, al tiempo que adquieren bienes de alto valor y conforman una colección exclusiva. El extitular del Departamento de Bienes Culturales del Patrimonio Universitario alertó que algunas de las galerías de arte en México también forman parte de este ilícito, pues adquieren piezas de invaluable valor a bajos precios y las revenden en el extranjero con jugosas ganancias.

Venta por catálogo

Consideró que al no ser regulada, la mercantilización de arte sacro es una inversión segura y fácil de extraer, que a lo largo de 30 años se ha convertido en un negocio que incluye la venta por catálogo de estas piezas.

 “Hoy, 30 años después, por encargo hay quienes se dedican a hacer catálogos de las piezas que hay en las comunidades para después ofertarlas”, aseguró.

El especialista en conservación del patrimonio cultural destacó que México cuenta con aproximadamente 400 años de producción en este ámbito, desde grandes obras pictóricas y escultóricas, hasta objetos y utensilios cotidianos de los ritos religiosos. Por ello, el restaurador de la Academia de San Carlos y de los palacios de la Autonomía y Medicina pidió valorar este arte, hacer conciencia de su importancia y  de la implicación de su pérdida para el patrimonio nacional, pues en algunos casos representan “el extravío del espíritu de una comunidad, que la dignifica y le da origen”. Finalmente, lamentó la falta de un marco normativo que permita exigir la recuperación de estas piezas y frenar su tráfico, por lo que consideró indispensable implementar catálogos en los que se pueda registrar su existencia.

“También es necesario que los templos cuenten con inventarios y fotografías de las piezas que poseen, y que continuamente las vigilen, porque son tesoros de la nación”, concluyó. (Ixtlixóchitl López)