CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La organización
Asilegal afirma que las riñas suscitadas recientemente en los penales del Estado de México y en Colima, con un saldo de tres muertos y 29 heridos, son una respuesta a las “graves” omisiones de las autoridades penitenciarias y los gobiernos por salvaguardar los derechos de las personas privadas de libertad, ante la pandemia.
Considera que los eventos del Centro Preventivo y de Readaptación Social Huitzilzingo, en Chalco, Estado de México, y el segundo, en el Centro de Reinserción Social Colima, en el estado de Colima, no son aislados ante la situación de crisis que se vive en el país, por el contrario.
El primero dejó un saldo de 14 heridos en Edomex, y el de Colima tres muertos y 15 heridos.
Señala que la limitación de visitas es una medida preventiva que no solucionará la propagación del virus ni la crisis en desarrollo que experimenta el sistema penitenciario a nivel nacional.
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“Los contagios, tal y como hemos podido registrar en el Mapa Penitenciario covid-19, están ante un crecimiento exponencial, agudizado por el silencio de muchísimos centros a lo largo del país”, indica la ONG.
De acuerdo con las acciones tomadas por familiares fuera del centro penitenciario en Chalco, la falta de información, comunicación y atención a los familiares, así como la incapacidad de conectar con las personas dentro del centro, fueron las que propulsaron disturbios y riñas tanto fuera como dentro.
A su vez, Asilegal considera que, en Colima, la cancelación de visitas y limitación de derechos fueron la causa del intento de motín y riñas que pusieron en grave riesgo a todas las personas envueltas en el sistema penitenciario, tanto desde la violencia como la posibilidad de contagios.
Por otra parte, en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, familiares protestaron por no saber nada desde hace más de 20 días, sobre las personas privadas de libertad, lo que ha dado pie a pensar que el centro está buscando esconder información sobre su salud.
Sin embargo, como se puede ver en los tres lamentables casos que se desarrollaron ayer, el tercer frente de peligro para que se pueda hacer frente a la pandemia en los centros penitenciarios es la desinformación y generan este tipo de incidentes. En otras palabras, “la transparencia puede salvar vidas”, afirma.