AMLO prepara mecanismo para medir 'bienestar” y 'felicidad del pueblo”
CIUDAD DE MÉXICO (apro). - El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la preparación de un instrumento alternativo de medición del bienestar que incluya, no solo el Producto Interno Bruto (PIB), sino el grado de desigualdad social y la felicidad del pueblo.
En su conferencia de prensa matutina, dijo que convocará a matemáticos, economistas, sociólogos, antropólogos y otros especialistas para plantear la idea, que definió como una hipótesis, para desarrollar algo nuevo, pensando en el regreso a la nueva normalidad, pues dijo, no se puede seguir midiendo de la misma manera.
“Estoy elaborando la fórmula, es un sistema de medición distinto y a lo mejor contribuimos también para tener otros parámetros en el mundo, para poder saber si realmente hay bienestar porque progreso sin justicia es retroceso, no se trata nada más de acumular riqueza, y menos si se trata de acumularla en pocas manos, es importante la distribución de la riqueza, es decir, el bienestar”, expuso.
Desde los primeros meses de su administración, las proyecciones de crecimiento económico no han sido del agrado del mandatario, que ya desde febrero se lanzó contra las calificadoras internacionales y algunos organismos, una descalificación que se ha repetido cada vez que se le pregunta por un recorte a la perspectiva de crecimiento económico, inclusive, cuando la hace la secretaría de Hacienda.
El argumento frecuente de López Obrador es que esas mediciones no reflejan el desarrollo económico y en el tema ha vuelto una y otra vez sobre su expresión “yo tengo otros datos”.
Apenas el pasado fin de semana, López Obrador emitió un alegato de reflexión sobre economía, en el contexto de los efectos que tanto banca, calificadoras y organismos multilaterales están previendo en materia económica por la pandemia del nuevo coronavirus.
El alegato como sus expresiones reiteradas respecto a la economía en lo que va del sexenio es que su oferta es un cambio que elimine las políticas neoliberales a cambio de una economía moral, cuyos postulados suele confrontar con los economistas y funcionarios de sexenios pasados que suele designar “tecnócratas”, “neoliberales”, “neoporfiristas” y “conservadores”.
“No les va a gustar a los tecnócratas, pero, si no les gusta a ellos, seguramente es bueno para nosotros”, mencionó.