Hermano de Lucio Cabañas es llevado al INER con cuadro de neumonía

lunes, 25 de mayo de 2020 · 23:11
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Pablo Cabañas Barrientos, hermano menor del líder guerrillero Lucio Cabañas Barrientos, fue trasladado en una ambulancia al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), tras la complicación de un cuadro de neumonía. De acuerdo a la esposa de Cabañas Barrientos, Natalia Rosas, el hermano del fundador del Partido de los Pobres (PDLP), empezó con molestias el 11 de mayo, y después de una breve mejoría, “tuvo complicaciones en los pulmones”. Entrevistada por Apro mientras Cabañas Barrientos era trasladado en la ambulancia, Rosas explicó que el hermano Lucio Cabañas, estaba bajo tratamiento médico y había tenido una mejoría. “Ayer empezó a sentir que le faltaba el aire, lo llevamos con un médico particular y nos dijo que era necesario que se internara porque no estaba oxigenando, sus dedos estaban blancos por eso”, dijo Rosas. Nota de interés: [embed]https://www.proceso.com.mx/631433/se-quedaran-encerrados-hasta-que-se-desapendejen-ricardo-salinas-pliego[/embed] La tarde de este lunes empezó a circular en las redes sociales un mensaje solicitando apoyo para el Cabañas Barrientos, de 80 años, a fin de buscarle un espacio en un hospital covid, ante la posibilidad de que estuviese infectado. Como su hermano Lucio, Pablo es maestro rural egresado de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, pero al término de sus estudios se desplazó a Sonora. “En 1971, Pablo fue sacado de la escuela donde daba clases, y estuvo encarcelado sólo por ser hermano de Lucio, después de estar en la cárcel, donde fue torturado y quedó muy lesionado, perdió su plaza de maestro”, contó Guillermina Cabañas Alvarado, prima de los profesores rurales y exintegrante del PDLP. Dolida por el fallecimiento de otro exintegrante del PDLP y fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), otra organización guerrillera en Guerrero, Cabañas Alvarado contó que, en el último año, Pablo estaba tramitando la reparación del daño, por haber sido víctima de violaciones graves a los derechos humanos, durante el periodo que se ha denominado de la “guerra sucia”. “En los días que se decretó la cuarentena, teníamos una cita para continuar con los trámites, Pablo quería ir y me llamó para que acudir y no perder la cita, pero yo le dije que había que guardarse, que era más importante conservar la vida, porque después de tantos años no hemos visto la justicia por ningún lado, y necesitamos estar bien porque la lucha es larga”, concluyó Guillermina.

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