Guerrero no está listo para iniciar la 'nueva normalidad”
CHILPANCINGO, Gro. (proceso.com.mx).– A finales de febrero, el gobernador Héctor Astudillo Flores anunció que su administración no tenía recursos extraordinarios para enfrentar la pandemia de coronavirus y, ahora, la entidad ocupa los primeros lugares en ocupación hospitalaria.
Los elevados índices de mortalidad y contagio no solo han colapsado el sector salud, sino que hacen imposible el regreso a la nueva normalidad planteada para el próximo lunes primero de junio.
Hasta el momento se han registrado mil 645 casos positivos y 241 fallecimientos por covid-19 en 55 municipios de los 81 que conforman la entidad, y la tendencia sigue en aumento ante los niveles de movilidad que no se detienen, consideran autoridades federales y estatales.
Esta situación ha provocado que funcionarios municipales prácticamente realicen redadas para disuadir la asistencia de personas en fiestas realizadas en espacios cerrados y balnearios, principalmente en el puerto de Acapulco y las ciudades de Iguala y Chilpancingo.
Por su parte, en los hospitales del sector salud el colapso es evidente, el personal médico, de enfermería, camilleros y afanadores están fatigados y la crisis en Guerrero “apenas comienza”, advirtió el gobernador Astudillo esta semana.
El mandatario anunció que sólo la industria minera y de la construcción están en condiciones de reanudar actividades para el lunes 1 de junio, en tanto el sector turístico y otras actividades económicas seguirán suspendidas hasta que no se disminuya la incidencia de contagios, indicó.
Desde marzo, trabajadores de la salud advirtieron que en Guerrero no había “insumos y equipo suficiente” para atender la pandemia de Coronavirus y destacaron que las autoridades estatales no se prepararon para esta situación.
Ello debido a que en la entidad no existe un solo hospital de tercer nivel en el sector público y privado, lo que existe son nosocomios de segundo nivel sólo en Chilpancingo y Acapulco, donde se puede atender en cierto grado la demanda, pero con la limitante de que no existen camas suficientes, personal, equipo, insumos y materiales adecuado, indicaron los médicos entrevistados en ese entonces.
La falta de previsión del gobierno estatal y la saturación hospitalaria, obligó a la Federación a enviar respiradores para ampliar camas de terapia intensiva en los hospitales estatales, del ISSSTE y el IMSS en Acapulco, Iguala y Chilpancingo donde se concentran los enfermos de las siete regiones de la entidad.
Además, el Ejercito coordina la reconversión de espacios en el sexto batallón de ingenieros militares en Chilpancingo, el hospital militar de Acapulco y un nosocomio que no fue terminado en Chilapa, donde la atención de pacientes se enfoca en recuperación, es decir, no hay capacidad para brindar atención de terapia intensiva.
En la entidad existen 14 hospitales generales del sector salud, así como 24 nosocomios básicos comunitarios y mil 950 centros de salud en zonas rurales y urbanas, indican reportes de la Secretaría de Salud en la entidad.
Mientras el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), tiene 69 unidades médicas y el ISSSTE administra 46 espacios sanitarios, señalan informes oficiales.
No obstante, el reclamo generalizado de la población es de falta de medicamentos y atención especializada, así como la denuncia de espacios de salud cerrados por la violencia sobre todo en zonas rurales.