Despiden a empleados de hospital de Irapuato por exigir mayor seguridad
GUANAJUATO, Gto. (proceso.com.mx).– Dos trabajadores del Hospital General de Irapuato que firmaron una carta en la que solicitaron diversas medidas de protección, vigilancia, seguridad y protocolos para la atención de pacientes con covid-19 fueron despedidos.
La carta fue firmada por 42 trabajadores médicos de todas las áreas de Urgencias del Hospital, estaba dirigida al gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y fue entregada en su oficina y en la del secretario de Salud, Daniel Alberto Díaz.
En el documento, los trabajadores no solamente expresan las preocupaciones sobre la pandemia, sino sobre otras circunstancias que han enfrentdo en su labor cotidiana, como la violencia y la inseguridad en el estado.
El personal médico de Urgencias de este hospital ha pedido que se le contemple en la clasificación de personal con alto riesgo de trabajo, puesto que ya ha vivido experiencias violentas dentro de las instalaciones.
La noche del domingo 13 de enero del 2019, dos expolicías de Salamanca se encontraban en una calle de Irapuato cuando fueron atacados. Uno de ellos murió de un disparo en la cabeza, pero el otro sobrevivió y fue llevado al Hospital General.
El lunes 14, varios hombres con armas largas y encapuchados entraron por el área de Urgencias; sin problemas desarmaron a los vigilantes, llegaron hasta la cama donde estaba el expolicía y lo remataron.
Después de eso, el gobierno estatal se vio obligado a levantar una reja metálica alrededor del hospital. Pero las amenazas por la criminalidad violenta en el estado se multiplican y adquieren otras formas, y las amenazas de explosivos o bombas también se han presentado, alterando la rutina laboral.
[caption id="attachment_629454" align="aligncenter" width="660"] La reja colocada después de un ataque de sicarios en el interior del Hospital. Foto: Edith Domínguez[/caption]
Para el personal médico –42 trabajadores de todos los turnos– que firmó la carta, se ha hecho necesario que este escenario de alto riesgo sea también considerado en sus condiciones laborales (sólo están catalogados con alto riesgo los médicos especialistas y algunos laboratoristas), tanto como su protección personal y profesional para enfrentar la pandemia del coronavirus que causa el covid-19.
Testimonios recabados refieren que, aunque la inconformidad persiste entre varios de los trabajadores del hospital, hay temor porque después de que enviaron la carta se les ha amenazado con más despidos o represalias: “Tú sigues”.
La carta también fue entregada al propio director del hospital, Valentín Torres Tiburcio, así como a la titular de la Secretaría de la Transparencia, Marisol Ruenes, al procurador de Derechos Humanos, Raúl Montero de Alba, y al secretario general de la sección 37 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA), Martin Cano Martínez.
La respuesta más concreta fue en contra de dos trabajadores despedidos, entre ellas una doctora con 19 años de servicio. Simplemente les fue negada la entrada, aunque nadie sabía quién había dado la orden. “Viene de arriba”, se limitaron a decir los vigilantes.
“El presente documento es una carta elaborada concienzudamente por el grupo de médicos del servicio de Urgencias del honorable Hospital General de Irapuato, realizada ante las constantes y no nuevas situaciones de inseguridad, exposición y alto riesgo ante las cuales hemos venido trabajando desde hace años”, dice el primer párrafo de la carta, de la cual Proceso tiene copia.
Estas situaciones, añadieron, “no solo afecta al personal médico que labora en el área de urgencias, sino a todo el personal que involucra (desde enfermeras, camilleros, laboratoristas, técnicos radiólogos y especialistas que asisten al servicio)”.
Ocho puntos centrales fueron planteados en el documento: establecer un compromiso de confidencialidad del personal, principalmente con el servicio de vigilancia; definir una ruta de acceso y salida segura para el personal, distinta a la entrada principal, por seguridad y para evitar contaminación y contacto con usuarios; otorgar el nivel de alto riesgo al personal de urgencias, con los beneficios inherentes.
Además, reforzar la vigilancia con apoyo de fuerza pública en los accesos ante incidentes y riesgos; habilitar un área aislada para duchas y vestidores del personal asignado a la zona covid, a fin de prevenir la contaminación del resto de las áreas; indemnizar a familiares de trabajadores fallecidos por algún atentado o contingencia en su labor; un amento de salario y contar con un plan interno de contingencia ante cualquier enfermedad infecciosa.
Una de las preocupaciones que el personal médico de urgencias había hecho ya del conocimiento de sus superiores antes de elaborar esta carta, es el riesgo personal, porque los elementos de seguridad privada “no aplican un criterio de confidencialidad y suelen dar datos o la ubicación de médicos o enfermeras a cualquier persona que llegue a preguntar”, según los testimonios recabados.
Sumado a ello, “cuando apareció el covid-19 vimos que había agresiones contra el personal médico y nos empezamos a espantar, nos sentimos en una situación de vulnerabilidad, con miedo, además ya del temor a infectarnos”.
La solicitud para la clasificación de “alto riesgo” del personal de urgencias se ha planteado en Irapuato y en otros municipios del estado con iguales o peores condiciones de violencia.
“Se ha hablado con Recursos Humanos, con el Sindicato, pero han dicho que no se puede, que no somos especialistas, cuando si no hay especialistas, nosotros le entramos, porque claro que nos falta personal”, dijo una trabajadora.
“Algunos médicos expusieron ante el director que hubo ocasiones en que el mismo coordinador entraba a ver pacientes covid y luego se salía y andaba por todo el hospital”, y después de que se entregó la carta, se logró la habilitación de un área de aislamiento.
“También pedíamos que pudieran contar con una zona para cambiarse la ropa, ducharse y guardarropa para evitar riesgos de contaminación y reducir las infecciones nosocomiales; eso también serviría para disminuir los riesgos para las áreas extra hospitalarias y los hogares y familias de los trabajadores, un aspecto que ha sido mínimamente valorado”.
El “Plan interno para manejo de contingencias por enfermedades infecciosas” tendría que ser permanentemente instaurado en las unidades de la Secretaría de Salud, consideran los firmantes.
“Dicho plan debe estar establecido, revisarse periódicamente, y ser flexible para poderse adaptar sin problema al plan de contingencia estatal o nacional, e incluir lugares de atención, un sitio de ingreso/recepción de pacientes, disponibilidad de equipó de protección para el personal y para el usuario”.
La experiencia con la actual pandemia ha demostrado la importancia de dicho plan de manejo, refirió uno de los firmantes.
“Ahora ya nos dan (equipo de protección); nosotros estábamos en trinchera. Los médicos de urgencias todo vemos, vemos hasta los pacientes de especialidad”.
De manera adicional a estos puntos, saltó otra inquietud: por lo menos hasta principios de abril, ya declarada la contingencia sanitaria, en el Hospital General de Irapuato sólo se podía realizar una prueba para todo el personal en cada turno, cada jornada de trabajo.
“Imagínese, nada”, resumió una trabajadora que dio su testimonio.
Recordó que en una de las “semi capacitaciones” que les dieron, la epidemióloga que les enseñó a tomar la muestra, les dijo también: “vamos a dejar en jornada una (prueba) y traten de cuidarlo porque es poquito”.