CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La pandemia de covid-19 no representa la única amenaza a la salud en el Continente Americano, también está alterando la capacidad de controlar la transmisión de otras enfermedades infecciosas, “muchas de las cuales hemos estado luchando por eliminar durante décadas”, afirmó este martes la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Clarissa Etienne.
Durante su encuentro semanal con los medios de comunicación para informar sobre la evolución de la enfermedad, la experta en gestión sanitaria afirmó que enfermedades como el dengue y la malaria representan una enorme carga en el sistema sanitario y, junto con muchas enfermedades tropicales, tienen un impacto desproporcionado en las poblaciones pobres y vulnerables, incluyendo las comunidades indígenas, como el covid-19.
Por ello, y debido a la pesada carga del coronavirus en los sistemas de salud y a la interrupción de los servicios esenciales, Etienne alertó que está bajo amenaza el programa aprobado el mes de octubre por el cual los Estados miembros de la Organización se comprometieron a un enfoque regional para la eliminación de más de 30 enfermedades transmisibles y afecciones relacionadas para el año 2030.
“Los servicios para enfermedades como la tuberculosis, el VIH y la hepatitis se están viendo afectados. Más del 80% de los países de América Latina y el Caribe están informando de problemas en la prestación de tratamiento de la tuberculosis”, explicó.
Etienne señaló que la situación representa un grave peligro ya que, si los pacientes se saltan las dosis o interrumpen el tratamiento, un problema manejable puede convertirse rápidamente en una infección activa que amenaza no sólo al paciente, sino también a la familia y a los conocidos cercanos.
Otro claro ejemplo es el del VIH, un virus del que se conocen modos de prevención y tratamiento, del que se dispone de datos que indican que 30% de las personas que viven con él evitan acudir a los servicios de salud durante la pandemia y que, al mismo tiempo, los países tienen un suministro limitado de antirretrovirales.
A esta cifra, prosiguió, se le debe añadir que un tercio de los países de América Latina también están experimentando interrupciones en las pruebas de detección de la hepatitis que son clave para la detección temprana y el tratamiento de la enfermedad.