CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, respondió a las críticas en redes sociales por viajar en el vuelo 2541 de Aeroméxico proveniente de San Luis Potosí a la capital, sin usar cubrebocas ni respetar la sana distancia.
“Me llamó la atención que se le diera tanta importancia. Lo vi y lo puedo decir porque no hay nada inquietante en ello. Hay un periodo en el curso de un viaje en avión, generalmente cuando es superior a los 50 minutos, en donde a uno le dan agua.
“No conozco que existan, todavía, dispositivos de cubrebocas que cubran la necesidad de tomar agua. He visto algunos, pero son casi anecdóticos que tienen un popotito para tomar agua a través del cubrebocas. Yo no tenía uno de esos, traía mi cubrebocas verde que utilicé en San Luis Potosí, durante el vuelo y me lo quité en el momento de tomar agua”, contestó.
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En la conferencia de prensa vespertina para informar sobre la pandemia de covid-19, el funcionario aclaró que lo que haya hecho o dejado de hacer es irrelevante cuando estamos en medio de una pandemia y la atención debe estar en el manejo de la misma, no en lo que hace una persona, aunque esté involucrada en la estrategia sanitaria.
Inmunidad
Al ser cuestionado sobre las reinfecciones de covid-19, López-Gatell explicó que aún no se sabe en el mundo entero, con base en evidencia científica, cuánto va a durar la inmunidad contra el virus SARS-CoV2 causante de Covid-19.
“La inmunidad es la capacidad, primariamente biológica, de no reinfectarse, de que no nos afecte el virus y nos cause una infección. Esta inmunidad podría ser de corta duración, pocas semanas; podría ser de mediana duración, unos meses; podría ser de larga duración, algunos años o podría ser de por vida, pero no se sabe, hoy no hay una conclusión respecto a la duración de inmunidad”, indicó.
López-Gatell comentó que, si la inmunidad no es de tan largo plazo, puede ser que una persona que ya se infectó, lo vuelva a hacer, haya tenido o no la enfermedad o los síntomas.
“Si se han descrito casos, un tanto anecdóticos, de personas en las que se tiene mayor certeza de que estuvieron infectadas porque tuvieron la enfermedad, incluso las personas hospitalizadas y pocos meses después regresan con una nueva infección por el virus SARS-CoV2”, añadió.
Señaló que les llama anecdóticos no de manera despreciativa, sino porque han sido muy pocos comparados con los registrados en el resto del mundo.
Vacío en regulación
Respecto a las fallas en algunas pruebas de laboratorio para covid-19, el
funcionario aceptó la existencia de un vacío importante en la regulación de los laboratorios de diagnóstico, por eso, añadió, el cambio de adscripción de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), que sigue perteneciendo a la Secretaría de Salud, pero ahora es dependiente de la subsecretaría que él encabeza.
“Esto tiene que ver, en parte, con insuficiencias que siempre han existido en la regulación correspondiente y en quién tiene atribuciones específicas de parámetros de calidad de los laboratorios de diagnóstico clínico, no solamente respecto a covid-19, porque entendí que era para covid-19, sino las biometrías hemáticas, las químicas sanguíneas, etcétera. Hay vacíos en esa reglamentación”, comentó López-Gatell.
Recordó que Cofepris a través de la Comisión de Autorización Sanitaria es competente para establecer la reglamentación o aceptar más bien que una entidad generadora de diagnóstico o un laboratorio privado, cumple o no con la normatividad sobre el funcionamiento del establecimiento, pero no tiene atribuciones específicas para evaluar la calidad del proceso o del producto del diagnóstico.
“Por su parte, el InDRE, el laboratorio nacional de referencia tiene competencias para regular la calidad del laboratorio de diagnóstico pero solamente en la red nacional de diagnóstico de salud pública, que es la parte pública, y hay un vacío, tanto así que al inicio del sexenio mucho antes del covid-19 tenemos un proyecto de crear un Centro Nacional de Diagnóstico en Salud, y va a tener precisamente atribuciones para regular todo el diagnóstico, todo, en entidades privadas también”, destacó.
Hay 159 laboratorios que hacen la prueba covid-19 en todo el país, de los cuales 52 son laboratorios privados que tienen el reconocimiento de las autoridades sanitarias.
Respecto al consumo de comida chatarra, refrescos y productos industrializados en México, el director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, Simón Barquera Cervera, lo calificó como “un problema complejo” que “no tiene una receta fácil” para ser solucionado.
“Sin lugar a dudas la educación es muy importante y los esfuerzos que se están haciendo para mejorar la calidad de la educación en salud en el ambiente escolar son muy importantes. Yo creo que uno de los principales mensajes y algo que hemos aprendido durante muchos años es que las dietas, entre más básicas, frescas y con alimentos reales sean, mayor salud aseguran.
“Hay aspectos muy sencillos que luego uno no ve, por ejemplo, tomar poquito más que una latita de refresco, menos de una lata de refresco, un vasito de refresco, todos los días y se convierten en grasa, en un año pueden ser cuatro kilos y en diez años son 40 kilos. Si la gente está tomando 140 litros de refresco al año, en promedio, en el país, eso nos pone en una desventaja enorme, porque ni haciendo 5 kilómetros diarios se puede contravenir ese aporte calórico”, destacó.
Sobre el CCE
En cuanto a la opinión del presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar, de que no concibe que el Gobierno de México se deslinde de los casi 60 mil muertos por covid-19 culpando a la industria de alimentos y bebidas, López Gatell contestó:
“Como cualquier otra opinión me merece respeto, creo que cualquiera puede externar su punto de vista. Respecto a la perspectiva, no me sorprende porque él defiende los intereses que le corresponde como empresario, como presidente del Consejo Coordinador Empresarial y él defiende los intereses privados”, indicó.
La realidad de que la enfermedad metabólica crónica, obesidad, diabetes, hipertensión, múltiples cánceres, son los componentes de la mitad de las muertes en México desde hace al menos 15 años, es una realidad que está documentada ampliamente independientemente de la pandemia de covid-19, agregó López-Gatell.
“Cuando llegó covid-19 nadie esperaba, pienso, que íbamos a tener la mayor mortalidad relacionada con este problema. El 80% de las personas que han fallecido, no solo en México, en el mundo” han fallecido por estos padecimientos, rememoró.
López-Gatell deseó que estos empresarios, en el afán de defender sus intereses privados y obtener ganancias privadas, no volvieran público el daño porque esto tiene un cuestionamiento ético fundamental.
En ese sentido, defendió el establecimiento del etiquetado frontal de alimentos y bebidas, como una medida para combatir la obesidad y la diabetes, y afirmó que la posición del gobierno respecto a los cuestionamientos de los empresarios fue:
“¿Por qué no consideran cambiar su modelo económico, su modelo de ganancias privadas y se enriquecen legalmente, pero con productos que no dañen la salud? ¿Por qué no regulan las porciones? ¿Por qué no terminan con esta escalada? Porque el dulzor es un mecanismo para atraer desde la infancia”,
inquirió.
En ese sentido, López-Gatell comentó que, como postura del Gobierno de México, invitaron a los empresarios a la auto regulación y los conminó a hacer un pacto por mejorar a la industria, pero su propuesta no causó entusiasmo en ese sector.
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