Octavio Ocaña

Hermana y novia de Octavio Ocaña denuncian que una policía se robó una cadena de oro del actor

Publican en Instagram una secuencia de imágenes de una agente que se guarda en el bolsillo una esclava que, aseguraron, pertenecía al intérprete del personaje "Benito Rivers" en la serie de televisión "Vecinos" de Televisa.
miércoles, 3 de noviembre de 2021 · 13:44

CIUDAD DE MÉXICO (apro). – “Esta muerta de hambre, asesina, ratera, se guardó una esclava que siempre traía puesta mi hermano”, acusó Bertha Ocaña, una de las hermanas del difunto actor Octavio Ocaña, “Benito Rivers” en la serie de televisión “Vecinos”, tras denunciar que una mujer policía le robó una cadena de oro de 14 kilates.

“Una prueba más de que son unos cerdos, asesinos y vamos a llegar hasta las últimas consecuencias”, afirmó en sus historias de Instagram.

Instagram berthaocaa

De igual manera, Nerea Godínez, quien era su novia, publicó la misma imagen, en sus historias de Instagram, sobre la que escribió:

“¡No les bastó matarlo puercos! Le robaron todo lo que pudieron. ¡Esa cadena era nuestra! ¡Ojalá se pudran en la cárcel!”, señaló, como pie de foto de secuencia de tres imágenes de la mujer policía, cuando se guarda la esclava en el bolsillo trasero de su uniforme azul.

En la primera imagen se ve a la policía caminar mientras mira la cadena con el mensaje: “Qué bonita cadenita”.

En una segunda fotografía, la misma mujer mira de frente, pensativa, por lo que le colocó estas palabras: “Oro 14K ¿qué debo hacer?”

En la tercera se ve a la mujer guardándose la cadena en la bolsa trasera del pantalón del uniforme azul, con la oración: “Feliz Navidad cositas”.

Instagram nerea.gogo 

El arma

En redes sociales también se han compartido dos imágenes como “prueba” de que el actor no se disparó después de chocar porque en una no traía el arma y en la otra sí. Con eso, los internautas aseguraron que le “plantaron” la pistola.

La víspera, el padre de difunto actor Octavio Ocaña, Octavio Pérez, confirmó que su hijo sí iba armado el día que murió de un disparo en la cabeza, tras chocar su camioneta durante una persecución policiaca, en Cuautitlán, Izcalli, Estado de México.

“Honestamente sí. También te lo tengo que decir, sí. Si, lo acepto, el arma era de él”, dijo en entrevista exclusiva con el periodista de espectáculos, Gustavo Adolfo Infante, para su canal de Youtube, al ser cuestionado sobre si el arma que traía Ocaña en la mano era de su hijo.

“Él nunca traía cartucho cortado. Prohibido. Él no tenía acceso”, aseguró y culpó a los policías municipales de haberlo matado porque, afirmó, la bala entró por detrás de la cabeza de Ocaña y que “el tiro que le entró no era de ese calibre –de su arma--, era 9 milímetros”.

Pérez aseguró que los uniformados “la encontraron y se la pusieron ahí, como si fuera de un narco”.

Al ser cuestionado sobre la razón por la que su hijo estaba armado, el señor respondió: “Te lo dije, te estoy diciendo por qué. Por la inseguridad que vivimos y teníamos permiso para portar de parte de la Secretaría de la Defensa Nacional”.

Cuando le preguntó si Octavio Ocaña, de 22 años, también tenía permiso, el señor no respondió. Desvió la pregunta para reiterar que a su hijo lo mataron porque el calibre del disparo no era de su arma.

“Mi hijo no se iba a disparar porque yo le enseñé a usar armas. Él no tenía por qué haber hecho eso. Era imposible”.

Advirtió que irá tras los 30 policías que lo persiguieron porque no se detuvo cuando se lo ordenaron. Justificó a su hijo por no parar la marcha, ya que él mismo le había recomendado que no lo hiciera, pues, de lo contrario, se lo iban a “chingar”.

Dijo que tiene un video que le dio “un amigo de la Guardia Nacional”, del C5, el mismo que se ha publicado en redes de la persecución, pero que no tiene sonido, pero él tiene el video satelital, el que se grabó en la carretera federal y ya le iban disparando. “Así que, en su momento, lo presentaré”, indicó.

Aseguró que su hijo estaba vivo tras el choque y los policías “nada más se le quedaban viendo, graciositamente”. Por eso, amagó, “así graciositamente me voy a reír de ellos. Ahora viene la mía, Gustavo. Así te lo digo”.

–¿Quién lo mató?

–La policía, es claro. La policía, no hay de otra.

“Eran 29. Ahí está el nombre del que venía al mando ahí, de esa persecución, y 29 y el idiota éste que venía al mando. Treinta. Y ya le iban disparando. ¿Cómo es posible si mi hijo no es delincuente?”, inquirió.

“¿Que traía una camioneta ostentosa? Yo puedo comprar lo que yo quiera. Así de fácil. Soy libre, ¿no? A él le gustaba esa. ¿Qué traía la música a todo volumen? Pues también somos alegres, tenemos que cantar, llorar y todo. Es que es imposible… Ah no, que cómo no lo van a confundir con un narco porque no se quiso parar. Prohibido que se parara, yo le decía ‘mi’jo no te pares porque esos te van a chingar’. Obviamente, qué bueno que me hizo caso, pero mira, llegó a lo que tenía que llegar. Ni modo”, indicó.

Señaló que no le cree a la fiscalía mexiquense, pues contó que un fiscal habló con su hija y primero le dijo que la prueba de alcohol salió negativa, igual que la prueba de Harrison –para saber si alguien accionó un arma de fuego–, negativa.

“¿Cómo se va a disparar? Y luego lo voltean y dice mi hija ‘ay, ¿qué crees? Siempre sí, salió con la prueba. Por eso me lo traje, querían abrir el cuerpo 4 o 5 veces. Mi hijo no es ningún experimento. Están bien pendejos. Mi hijo no tiene por qué ser experimento de nadie para que lo estén abriendo a cada rato. Por eso llegué por él y me lo traje para mi tierra. Y ya está bajo tierra, pero yo lo estoy viendo y me está viendo él.

“Aquí ya cerraron el caso, bien chingones. Están bien pendejos, así se los digo. No voy a parar hasta verlos a todos en la cárcel o no sé cómo le van a hacer”, apuntó.

Asimismo, Pérez rechazó que su hijo fumara marihuana y “no era un alcohólico que tomara dos días, porque tenía una responsabilidad” que era cuidar la empresa que él tiene en el Estado de México, pues él es responsable de la de Tabasco.

“Yo soy empresario, y él estaba en México cuidando mi empresa de allá y yo estoy en Tabasco recibiendo órdenes de él y así hablábamos diario”.

Hablaron antes del choque

Su padre comentó que antes de su fallecimiento habían hablado por teléfono porque su hijo le pidió permiso para beber alcohol en una comida a la que iría a Villa del Carbón, Estado de México.

“Me pidió permiso, que él se iba a ir… Él siempre traía dos escoltas y, en ese momento tenía una comida en Villa del Carbón y se fue a Villa del Carbón, pero me dijo, me avisó: ‘apá me puedo tomar una chela’ y le dije: ‘¿Te llevaste a los escoltas? Porque por allá está cabrón’. Fue lo que yo le dije y me dijo que se los dejó a su novia y él se adelantó con dos amigos míos. Y, en ese momento, pasó lo que pasó”, comentó.

Molesto por los comunicados y los peritajes de las autoridades mexiquenses, denunció que, a su amigo, uno de los acompañantes de su hijo, “lo golpearon, le pegaron para que él se echara la culpa, que él le había disparado” a Octavio y hasta el lunes “lo soltaron”, a pesar de que, reconoció: “le metí abogado para que lo soltaran rápido”.

Siguió: “¡Imagínate esa cosa! Él va a ir conmigo, me va a acompañar porque es gente mía. ¿Me entiendes? ¿Cómo le va a disparar mi amigo a mi hijo? Es bien ilógico. Están bien jodidos de la cabeza, pinche gente, pero voy a llegar a lo último, con su ayuda o sin la ayuda de nadie, como padre, quiero que esto se aclare”.

La versión de la Fiscalía

El lunes, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México informó que Ocaña murió después de recibir un impacto de bala de manera accidental cuando chocó su camioneta, tras huir de policías de Cuautitlán, Izcalli, Estado de México, que lo perseguían.

Señaló que, según sus peritajes, el joven de 22 años conducía alcoholizado y había consumido marihuana.

La fiscalía informó que entrevistó a los dos hombres que viajaban con Ocaña. Quien iba en el asiento del copiloto declaró que habían consumido bebidas embriagantes, y cuando circulaban por calles de ese municipio, los policías municipales les marcaron el alto, pero el difunto decidió acelerar en lugar de detenerse.

Ahí comenzó la persecución que se extendió hasta la autopista Chamapa-Lechería. El declarante indicó que al ver que los policías iban tras la camioneta, Ocaña sacó de la guantera un arma de fuego que empuñó en la mano derecha, mientras conducía con la izquierda para seguir huyendo.

“Durante su huida, el conductor perdió el control, salió de la cinta asfáltica y se impactó sobre la parte delantera derecha. En ese momento y, a consecuencia de la dinámica de este percance, el conductor presumiblemente accionó el arma de fuego que portaba en su mano derecha”, señaló la fiscalía.

 

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