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Jesuitas de Chihuahua mandan mensaje a AMLO: “los abrazos ya no alcanzan para cubrir los balazos”

En la misa de los sacerdotes asesinados, Javier Campos, “El Gallo”, y Joaquín César Mora Salazar, “El Morita” en Cerocahui, el jesuita Javier Ávila pidió al presidente revisar su estrategia de seguridad.
sábado, 25 de junio de 2022 · 20:45

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).— Integrantes de la comunidad jesuita lanzaron una mensaje al presidente Andrés Manuel López Obrador al denunciar que “los abrazos ya no alcanzan para cubrir los balazos”, tras el asesinato de los sacerdotes Javier Campos, “El Gallo”, y Joaquín César Mora Salazar, “El Morita” en Cerocahui, Chihuahua.

En la misa de cuerpo presente de los padres finados, el jesuita Javier Ávila lanzó:

“Desde este recinto sagrado, espacio de reconciliación, de paz y de esperanza, respetuosamente pedimos, señor presidente de la República, revise su proyecto de seguridad pública, que no vamos bien y esto es clamor popular”.

Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”, lo que provocó aplausos y muestras de apoyo.

“La aceptación de estos hechos no es resignación, es la serenidad de la vida que nos abarca todos los días. Se fueron sin pedir permiso y con su morral lleno de historias y de amores”, añadió en su discurso.

Y soltó: "Los sistemas le apuestan al olvido, nosotros le apostamos a la memoria… la vergonzosa impunidad que arropa todo el país. ¡Los jesuitas no abandonaremos la misión y menos el servicio a la gente! advirtió”.

Luego matizó que “nuestro tono es pacífico, pero alto y claro: invitando a que las acciones de gobierno finalmente acaben con la impunidad imperante en nuestra sociedad. Son miles, miles de dolientes sin voz que claman justicia en nuestra nación. Los abrazos ya no nos alcanzan para cubrir los balazos”.

Por su parte, el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, aseguró que se trataba de “dos sacerdotes enamorados de la comunidad indígena, por ello hay huecos, hay vacíos, pero no hay ausencias”.

“Es muy fácil ser humano, pero muy difícil hacerse humano y en Javier y en Joaquín siempre encontramos a dos hermanos, a dos sacerdotes profundamente humanos”, remató.

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