Padres realizan homenaje a niños fallecidos en el Colegio Rébsamen
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A una semana del sismo de 7.1 grados que cobró la vida de 19 menores de edad y nueve adultos en el Colegio Enrique Rébsamen, las labores de rescate concluyeron por parte de la Secretaría de Marina (Semar).
Lo que no terminan son las dudas en torno al edificio que se desplomó y donde tenía su vivienda la directora del plantel, Mónica García Villegas.
De hecho, aún se realizan peritajes en el lugar por parte de la Procuraduría capitalina, por el presunto uso de documentos falsos para acreditar el uso de suelo del centro educativo.
Fue un día nublado al sur de la Ciudad de México, donde en los alrededores aún hay momentos de imponente silencio. Alrededor de las cuatro de la tarde, los padres acudieron al pequeño monumento de La Familia, ubicado en el cruce de Acoxpa y Prolongación División del Norte, para realizar un breve homenaje a los niños fallecidos.
Ahí se derramaron lágrimas que corroboran que la herida aún no sana, que continúa profunda y duele de forma infinita. En los brazos de los padres encontraron cobijo adornos de flores, globos de colores en forma de estrellas y corazones, y también en los brazos ofrecieron el consuelo para quienes lloran la desgracia.
En los alrededores de la zona de desastre ya las calles parecen estar en orden, ya barridas, pero persiste el recuerdo de la desesperación, el llanto, la esperanza, la decepción, la incertidumbre y el olor a muerte que dejó el terremoto del martes 19.
El dolor se extiende de Coapa y hasta las inmediaciones de Galerías Coapa, exactamente sobre Miramontes 3010, edificio de seis pisos donde hasta el día del sismo habitaron 40 familias. Todas quedaron sin hogar.
Luego de un recorrido que realizó el jefe delegacional de Coyoacán, José Valentín Maldonado, por la lateral de Miramontes, desde calzada del Hueso hasta el parque Salvador Allende, las autoridades hicieron el recuento de los daños:
Seis edificios multifamiliares dañados, el del número 3010 sin remedio. Será demolido, no hay de otra.
Hubo lágrimas, decepción de quienes se congregaron en el parque Salvador Allende. Exigían ingresar por sus pertenencias y documentos a los edificios dañados, pero la respuesta de las autoridades sentenció: "No es asunto de negociación".
El resto de los edificios serán reforzados, por lo que los vecinos tendrán que sacar sus pertenencias para que inicien las obras de reconstrucción.