PRD, una sucesión difícil
México, D F (apro)- Una elección interna difícil y cuestionada como la de 1998, se antoja que tendrá el PRD el próximo año cuando los militantes designen al nuevo presidente del perredismo nacional
Lo que durante años cuestionaron los perredistas en elecciones federales y locales para elegir gobernantes, el padrón, será lo que sin duda los pondrá nuevamente a prueba Además, como en 1998 buscará la presidencia el senador Jesús Ortega Martínez Su única opositora fuerte es y será la exjefa del Gobierno del Distrito Federal, Rosario Robles
En el PRD antes que un proyecto de partido se impondrá el próximo 17 de marzo la fuerza de las tres corrientes: la de Nueva Izquierda, mejor conocida como los chuchos, y que encabezan el senador Ortega Martínez y el actual secretario general, Jesús Zambrano; la de los amalios, seguidores de la presidenta del partido, la zacatecana Amalia García y quien impulsa a su paisano, el también senador, Raymundo Cárdenas; la tercera fuerza del perredismo la representa sin duda el cardenismo, la cual se hizo sentir el 7 de julio del año 2000, día en que pretendieron destituir a Amalia García Medina por haber hecho alianza con partidos pequeños que poco o nada aportaron a la campaña presidencial, y por haber mantenido totalmente desarticulada la promoción del entonces candidato Cuauhtémoc Cárdenas
Es precisamente a esta última corriente a la que pertenece Rosario Robles, quien después de la pérdida de las elecciones presidenciales del 2000, se mantuvo muy cerca de Cárdenas Solórzano, su hijo y hoy gobernador electo de Michoacán, Cárdenas Batel e Imanol Ordorika
El candidato de los amalios declinará en favor de Jesús Ortega, situación que no es nueva si tomamos en cuenta que ambas corrientes entraron en complicidad para evitar ser enjuiciados por el cuauhtemismo Así el asunto, los únicos contendientes serán Ortega Martínez y Rosario Robles
El PRD se enfrentará a dos problemas, la falta de credibilidad del mismo Ortega Martínez, quien en la elección de 1998 fue descalificado por la misma Comisión de Vigilancia del partido por haber incurrido en "mapacherías" para inclinar el voto a su favor, lo mismo ocurrió con Amalia García El asunto culminó con la renuncia al partido de prominentes perredistas como el monero Rafael Barajas, "El fisgón"
En ese sentido, la credibilidad de ambos y la candidatura del senador Jesús Ortega se podría tambalear y afectar el proceso si es que cae en la tentación de manipular el padrón, instrumento a través del cual los militantes obtendrán su nueva credencial, único documento válido para emitir su voto
Hace poco más de dos meses, el PRD anunció que su elección sería cerrada, es decir que sólo sus militantes podrán sufragar, pero de lo que ha adolecido la dirigencia nacional es, precisamente, de una promoción para inscribirse en el padrón, además de que no se han instalado suficientes módulos en el país para que los perredistas acudan a intercambiar su credencial y darse de alta en el nuevo padrón
Así, la escasa promoción, sin duda, dará como resultado un padrón amañado y podría generar poca participación, lo que daría margen para manipularlo, por lo menos esa es una de las preocupaciones de Rosario Robles
Otro escenario es que el perredismo resurja, se desborde por alguno de los candidatos y para su sorpresa no pueda votar porque no renovó su credencial Aunque poco probable, es una situación que podría ocurrir
El tercer escenario es Rosario Robles y lo que representa --una mujer que tiene entre otros méritos haberse enfrentado al entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo, el ser gente de Andrés Manuel López Obrador y, finalmente, allegada a la familia Cárdenas Aunque el temor de ella es que su carisma no sea suficiente contra una posible manipulación del padrón
De todas las corrientes la única que tiene estructura formal en todo el país es Nueva Izquierda y también la que tiene gente en el actual Comité Ejecutivo Nacional Resultado: posibilidad de manipulación de los padrones locales
Pero la gente de Jesús Ortega se puede abstener y no recurrir a sus viejas prácticas fraudulentas y competir de manera limpia Rosario Robles puede hacer lo mismo, pero la elección se sustentará en un padrón que puede hacer endeble el proceso, pues su número seguirá siendo reducido Esto significaría que quien llegue lo hará con poco respaldo
De ganar Rosario Robles, la relación con el Poder Ejecutivo será tirante, pugnará por hacer grande el partido a través del triunfo de elecciones y, a menos de que haya aprendido la lección que dejó el error de Andrés Manuel López Obrador cuando fue dirigente nacional, que fue no crear una verdadera estructura de partido, logrará sacarlo adelante
De ganar Jesús Ortega la situación no será diferente a la actual: ponderar las elecciones a costa de alianza con priistas de dudosa reputación pero que dan triunfos electorales y una relación cordial pero critica ante Vicente Fox 30/11/01