México, D F- El secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G Castañeda no quita el dedo del renglón e insiste en pedir a círculos de elite y de intelectuales políticas o intelectuales a que cambien su espíritu antiyanqui Porque esa actitud ha frenado decisiones del gabinete, por temor a “herir” el “nacionalismo mexicano”, basado en el racismo del que es objeto los connacionales que residen en el vecino país, dijo Y por el contrario, añadió, se podría aprovechar la nueva actitud –que la oposición ha calificado de servilismo—hacia Estados Unidos en beneficio de México “No es nuestro sentimiento nacional el que debe definir nuestra realidad, la que debe definir nuestro sentimiento nacional No verlo de esta manera contribuye a esa especie de sentimiento de nacionalismo reactivo que está fincado en la historia, pero la historia como pasado que no es un sentimiento nacional que es un sentimiento del presente, donde hay una especie de sacralización del pasado”, comentó Castañeda aludió a la solución del conflicto racista entre Alemania y Francia, tras la batalla de Verdún “Bueno, ¿qué sucede cuando llega al poder por segunda vez el general Charles de Gaulle, en 1958? ¿quién concluye con esta visión de que el futuro de Francia sólo es viable como país en una relación estratégica con Alemania? El Tratado de Eliseo de 1962, cuyo 40 aniversario se festeja ahora en Francia”, exaltó Aunque según su consideración de estar del lado norteamericano no significa decir siempre que sí a las decisiones de Estados Unidos Pero a la fecha, el gobierno de Vicente Fox nunca ha estado en contra de la postura yanqui en aspectos coyunturales a nivel internacional Es más, en meses pasados el mandatario mexicano tuvo que pedirle a su homólogo cubano Fidel Castro que abreviara su visita a México, antes de que llegara el presidente de Estados Unidos, George Bush, al país para participar en una cumbre “Justamente de lo que estamos hablando es de un sentimiento nacional y no se una identidad nacional A veces estar de acuerdo con ellos o el a veces estar en desacuerdo con ellos no hiere la identidad nacional”, aseguró, tras aludir a un libro que escribió en 1978 sobre el antiimperialismo, el cual, a su parecer, nunca le pareció una tesis “que nos fuera a llevar a ningún lado” 25/11/02