* En total, existen 137 reclamos
Oaxaca, Oax , 13 de octubre (apro)- El dinero es el problema esencial de los conflictos municipales, afirmó el presidente de la Comisión Permanente de Gobernación de la 58 Legislatura local, Lorenzo Félix Hernández Ahedo, luego de reconocer que actualmente tiene 137 solicitudes para la desaparición, suspensión, revocación o licencias de mandatos de concejales
El diputado local precisó que en lo que va de la Legislatura, sólo han decretado cuatro desapariciones de poderes municipales y 32 suspensiones y revocaciones de mandato, entre los que destacan los de Amoltepec, Teotitlán de Flores Magón, San Miguel Quetzaltepec y Tanetze de Zaragoza
Por lo pronto, dijo, tienen 137 solicitudes de asuntos de gobernación, de las cuales 42 demandan la desaparición de poderes de ayuntamientos, 65 tramitan la suspensión y revocación de mandatos de concejales, 25 son casos de licencias, y el resto corresponden al reconocimiento o rectificación de la autoridad municipal
Explicó que algunas solicitudes es porque persisten problemas postelectorales; otras, por intereses políticos, y la mayoría por el control económico, es decir, que “ahí esta el principal problema, el dinero”
Y todo, agregó, porque algunos grupos que no son afines a la autoridad municipal empiezan a suponer desvíos de recursos de parte de los integrantes de los ayuntamientos, cuestionan la obra pública, en síntesis, “el pleito es el recurso y su aplicación”
El legislador destacó que los conflictos --que han generado una serie de tensiones y divisiones en los municipios-- se han registrado principalmente en donde se rigen por el sistema tradicional de usos y costumbres
Sin embargo, los problemas se incrementaron con la entrega de recursos del Ramo 33, porque muchos de los inconformes suponen que la autoridad no sólo maneja millones de pesos, sino que se los queda
De igual forma, reconoció que otras autoridades municipales se transforman y asumen conductas soberbias, prepotentes y arbitrarias por el poder, situación que las lleva a confrontar a su propio pueblo