En protesta por el apoyo que el primer ministro de Gran Bretaña, Anthony Blair, ha dado de manera oficial a una intervención bélica en Irak sin la aprobación de la ONU, el líder de la Cámara de los Comunes, Robin Cook, una de las figuras más importantes del partido que gobierna el país, dimitió a su cargo, lo que ha sido señalado por los analistas como el primer golpe que recibirá el gobierno británico
Previo a una reunión urgente del gabinete inglés convocada por Blair, en la que confirmó su postura de apoyo a Estados Unidos en sus afanes bélicos, Cook expresó su pesar por tener que presentar su renuncia al gabinete: “No puedo aceptar la responsabilidad colectiva de involucrar a Reino Unido en la acción militar en Irak sin el consentimiento internacional o el apoyo interno”
La renuncia del excanciller británico, y que se hacía cargo de las relaciones con el Parlamento con el rango de ministro, podría no ser la única dimisión que se presente en el día, pues la ministra de Desarrollo de Exteriores, Clare Short, advirtió previamente que dimitiría en caso de que Blair diera su apoyo a Estados Unidos a pesar de la negativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Cook es miembro del Partido Laborista, que actualmente ocupa el poder en Gran Bretaña Era además uno de los colaboradores más cercanos, pues en 1994 fungió como vocero de la Cancillería y posteriormente fue secretario de Exteriores en 1997
Se prevé que por la tarde, Cook dé una conferencia para anunciar oficialmente su renuncia y justificar su decisión ante el Parlamento británico
De acuerdo con analistas, la salida de Cook representa no sólo el primer golpe al gobierno británico por su apoyo manifiesto al conflicto en Irak, sino que significa también un presagio del fin de Blair como ministro de Gran Bretaña
Luego de que Estados Unidos anunció que no recurrirá más al Consejo de Seguridad para tomar la decisión de intervenir militarmente a Irak, el embajador británico ante la ONU, Jeremy Greenstock indicó que su país, Estados Unidos y España se reservarán el derecho a tomar sus propias medidas para garantizar el desarme de Irak
A pesar del rechazo del pueblo británico, funcionarios y políticos oponentes, así como de previas advertencias en el sentido de que el apoyo que ha mostrado hacia George W Bush podría significar el fin de su gobierno, Blair prometió a Estados Unidos que aportará un cuarto del ejército británico a las fuerzas que ingresen en Irak
Entre tanto, el Parlamento británico continúa en acaloradas discusiones, toda vez que una mayoría de los legisladores se han manifestado en contra de la postura de Blair y de un consecuente ataque contra el gobierno de Saddam Hussein 17/03/03