Da Diego ultimátum a AMLO para que pruebe sus acusaciones

martes, 29 de abril de 2003 · 01:00
*Si no, “yo lo denunciaré”, advierte en un desplegado México, D F- Retador, el senador del PAN Diego Fernández de Cevallos dio un ultimátum de 72 horas al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, para que presente las pruebas por supuesto tráfico de influencias o, de lo contrario, sostuvo, “lo haré yo” Casi una semana después de que el mandatario capitalino dijera –refiriéndose a Fernández de Cevallos, sin mencionarlo—que hay abogados que utilizan su puesto público para valerse de su influencia y afectar los intereses de la ciudadanía, el ”jefe” Diego se subió de nuevo al ring y amenazó con actuar legalmente en contra de López Obrador, si él no hace lo propio antes de 72 horas Mediante un desplegado de un cuarto de tabloide –en una acción inédita de su parte--, el líder de la fracción parlamentaria panista en el Senado de la República señala: “Usted (López Obrador) ha sostenido, reiterada y públicamente que yo litigo en contra del Gobierno del Distrito Federal y que, mediante el tráfico de influencias, me propongo sustraer, contra toda ley y derecho, inmuebles de gran valor, así como dinero –por cantidades multimillonarias del patrimonio que está en su responsabilidad-- Bienes que su gobierno pretende utilizar en beneficio de los habitantes más pobres del Distrito Federal” Le recuerda que el pasado 22 de abril, prometió a los reporteros que cubren sus actividades diarias presentar pruebas de sus dichos y que, a la fecha, no ha cumplido “Por mi parte, también reiterada y públicamente, he negado los cargos” Después en letras más oscuras y enmarcadas señala: “Sostuve y sostengo: no he llevado ni llevo negocio alguno –judicial o extrajudicial—que me vincule de manera directa o indirecta con el gobierno que usted jefatura” Reitera –colérico-- sus acusaciones contra el político tabasqueño: miente, ignora la Ley, desprecia el Estado de Derecho, amenaza a jueces y Tribunales, además de “difamar y calumniar cobardemente” Adelantándose a una respuesta serena –o negativa-- del jefe de Gobierno, el abogado dijo estar de acuerdo en que López Obrador debe cuidar su investidura, que tiene asuntos muy importantes por despachar y que aplace “unilateralmente” cualquier confrontación política con él: “Esto último puede esperar el tiempo que convenga a sus intereses” Tras admitir tácitamente su responsabilidad, sentenció que lo que no se puede permitir “por ser a todas luces ilegal, inmoral y cobarde” es que se guarden celosamente las pruebas del supuesto delito de tráfico de influencia para exhibirlas “tal vez cuando puedan redituarle políticamente mayores beneficios” Esto último, aclara Fernández de Cevallos en su libelo, constituye una omisión punible y se llama encubrimiento y es un delito tipificado en los artículos 320 del Código Penal local y en el 400 del Código Penal Federal, como lo es también el de tráfico de influencias, previsto en los artículos 271 del Código Penal local y el 221 del federal Por eso, el senador panista conminó al jefe de gobierno a querellarse en su contra ante la autoridad competente, aportando las pruebas que no exhibió ante los periodistas, y aseguró que no se cubrirá con su fuero constitucional De no hacerlo en las próximas 72 horas, advirtió: “la denuncia de los hechos que me imputa, la haré yo” Horas más tarde de publicado el desplegado, el jefe de Gobierno capitalino rechazó el ultimátum porque lo único que quiere Diego Fernández es “revancha” Con ironía, dijo no temer alguna denuncia en su contra porque: “no faltará uno de esos despachos de abogados influyentes que me defienda” Días atrás López Obrador había advertido a Fernández de Cevallos “nos vemos a la salida” 29/04/03

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