Se repiten causas que llevaron a la revolución, evalúa CNC

miércoles, 5 de enero de 2005 · 01:00
* Pronunciamiento en vísperas del 90 aniversario de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915 México, D F, 4 de enero (apro)- Despojos, desempleo, hambre y migración son las pruebas más claras de 41 años de crisis en el campo Una a una, semejan las condiciones que provocaron la Revolución, afirmó la Confederación Nacional Campesina (CNC) En vísperas del 90 aniversario de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, la organización campesina más grande del país lamentó que en el campo se repitan las condiciones que provocaron la primera revolución del siglo XX, y que alrededor de 4 millones de campesinos vivan en la economía de subsistencia con ingresos que promedian un dólar diario Los despojos de tierras, desempleo, ingresos de miseria, hambre, actitudes discriminatorias, emigración e injusticia se manifiestan como una pesada carga contra de 25 millones de mexicanos que constituyen la población rural del país Heladio Ramírez López, presidente de la CNC, precisó que a casi un centenario de la Revolución por la que murieron más de un millón de campesinos, en la actualidad la mayoría tenga que sobrevivir con ingresos inferiores a los 11 pesos por día; 80% de los ejidatarios se encuentre en la etapa de envejecimiento, y que a causa de la migración la mayor parte de las actividades agropecuarias sean desempeñadas cada vez más por mujeres Explicó que si bien la pobreza y miseria se repiten, en la actualidad, el campo mexicano es también muy diferente al de 1910, cuando era el espacio vital de casi tres cuartas partes de la población nacional y más de 60% de la fuerza de trabajo se dedicaba a las actividades agropecuarias Lo que se repite, aseguró, es que la riqueza en México se concentra en pocas manos, que una gran masa de la población rural se ubica en la extrema pobreza; y que son muy pocas las zonas desarrolladas en comparación con las regiones deprimidas, marginadas y miserables “En esta condición se sitúan por lo menos 4 millones de campesinos que viven en la economía de subsistencia, con ingresos que promedian un dólar diario”, afirmó al referirse a los jornaleros agrícolas, cuyas condiciones en sus lugares de origen los empujan hacia las ciudades para formar cinturones de miseria, o los inducen a afrontar todos los riesgos que significa cruzar la frontera con Estados Unidos en calidad de indocumentados Al referirse a la Ley Agraria de 1915, Heladio Ramírez López manifestó que desde la época revolucionaria la acción más importante del Estado mexicano para erradicar la pobreza y lograr el desarrollo del campo fue el reparto de tierras a la población campesina, así como organizar a la mayoría de los productores en ejidos y comunidades “Los resultados fueron por varias décadas satisfactorios gracias a que también se instrumentó una política agropecuaria en que el Estado jugó un papel fundamental, pero desde finales de los sesenta –sostuvo— la superficie cultivable se empezó a agotar y, sin considerar que durante todo ese tiempo el campo subsidió a la industria, el agro se empezó a olvidar” La conclusión del reparto agrario, agregó, en la década de los noventa y la certificación de la propiedad rural culminaron la primera parte del proceso de la reforma agraria mexicana, cuya tarea pendiente es enfrentar la problemática social generada por el envejecimiento de los titulares de las tierras y el creciente minifundismo ocasionado por la presión demográfica El minifundio, indicó, es común a 90 % por ciento de los propietarios de la tierra, y no alcanza a satisfacer las necesidades básicas de unos 3 millones de campesinos, razón por la cual se considera causa de la emigración, improductividad y pobreza El presidente de la CNC denunció que, en el campo, la población debe hacer frente a la vejez sin apoyo del Estado; marginalidad social que afecta además a las mujeres que, en México, detentan casi 18% de la propiedad ejidal, muchas de ellas cabezas de unidades de producción agropecuarias, madres solteras o abandonadas a causa de la migración laboral

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