Se acusa a militares de torturar a dos indígenas en Chiapas

sábado, 26 de mayo de 2007 · 01:00
Tuxtla Gutiérrez, Chis , 25 de mayo (apro)- Soldados de la 11 Compañía de Infantería No Encuadrada (CINE), destacamentados en el municipio de Altamirano, torturaron física y sicológicamente a dos jóvenes indígenas, a quienes acusaron de robar una granada que se les extravió y de intentar venderla a presuntos zapatistas Así lo afirmó la Coordinación Estatal del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), según la cual los hechos ocurrieron en los primeros días de este mes, pero fue hasta hoy cuando los familiares de las víctimas decidieron hacer la denuncia, ante el constante acoso y hostigamiento al que han estado sujetos en las últimas semanas por parte de las Fuerzas Armadas, que "siguen creyendo que los jóvenes poseen la granda que se les perdió en el interior de la base de operaciones" El FNLS dijo que, como parte de un acuerdo con mandos militares, los jóvenes estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica número 36, ubicada en la cabecera municipal de Altamirano, asisten comúnmente a recoger los desperdicios de comida del cuartel para dárselos a los cerdos que tienen en el establo escolar Añadió que, comisionado junto con otros alumnos, Roberto Encino López, de 18 años, era uno de los que asistían a recoger los desperdicios Sin embargo, su rutina cambió cuando un taxista, hijo de un militar, lo acusó de tener una granada que intentaba vender en siete mil pesos Señaló que, el pasado 7 de mayo por la tarde, dos hombres vestidos de civil y con aspecto militar, lo interceptaron en el parque central de Altamirano cuando iba con sus amigos a jugar fútbol, quienes le preguntaron en forma insistente sobre su identidad, procedencia y actividades, para después dejarlo ir Añadió que, cuando creyó que todo había pasado, esa noche, un auto casi embistió a Encino López y a sus amigos Del vehículo bajaron dos hombres de aspecto militar, quienes lo subieron por la fuerza al automóvil, en el que lo trasladaron, ante el asombro de sus amigos, al cuartel militar del CINE, asentada en esa cabecera municipal Explico que, según el relato del joven indígena, éste fue bajado del coche a golpes y lo llevaron a un cuarto oscuro, donde le dieron de rodillazos en la espalda Ahí lo sentaron en una banca y mandaron llamar a un "teniente coronel", quién al poco rato llegó vestido de civil, diciéndole a Roberto: "Tu andas teniendo una granada, ¿verdad?" El joven negó la acusación, y su interrogador le dio una bofetada, e insistió: "Tú la tienes, cabrón, y la andas vendiendo No te hagas pendejo; te hemos estado vigilando? Ya te vimos que andas viajando a San Miguel Chiptik con otros dos, uno como de 30 años, y si le vendiste la granada a algún zapatista te va a cargar tu pinche madre" Añadió que los insultos y amenazas no cesaban, mientras otros soldados uniformados y de civil lo golpearon en la nuca, en la cara y en el estómago Señaló que sus amigos intentaron dar aviso a los padres de Encino López, pero que no los encontraron, y que fue su hermano, Carlos Encino López, quien se presentó en el lugar para preguntar por el paradero de su hermano Añadió que, si bien en un primer momento le negaron su presencia, después le fue permitido entrar al lugar, donde estaba un teniente coronel y al frente su hermano golpeado Según la denuncia, el jefe militar dijo a Carlos Encino que su hermano había sido detenido y llevado a ese lugar para que dijera dónde tenía escondida una granada que estaba vendiendo y que se les había extraviado Tras la golpiza, añade, lo obligaron a que señalara a otro de sus amigos, Jorge Luís Sántiz, quien llegó después acompañado por sus padres, para saber el motivo del llamado Narró el FNLS que, cuando los dos jóvenes estaban frente al jefe militar, éste les preguntó, "¿Cuándo vinieron a recoger desperdicios, no encontraron por ahí un fierrito que se nos perdió?" Añadió que Sántiz negó lo anterior, y dijo que ya antes el cocinero del cuartel les había preguntado lo mismo, ofreciéndole siete mil pesos si lo encontraban Finalmente, les permitieron retirarse a todos, pero advirtiéndole a los dos jóvenes que no podían salir del pueblo El FNLS señaló que, para seguir presionando a los jóvenes, los militares enviaron a un primo de Roberto Encino López, Juan Encino, un exmilitar que sirvió casi 10 años a las Fuerzas Armadas para que lo dizque convenciera de entregar la granada, pero aquél negó nuevamente las acusaciones y dijo que ni siquiera conocía ese tipo de artefactos explosivos Según el FNLS, el caso "es sólo una muestra más de las atrocidades que comúnmente componen el abanico de excesos y acciones extrajudiciales que cometen las Fuerzas Armadas en México"

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