123 años de prisión, a un violador de menores en Manzanillo
* El procurador de Colima, Arturo Díaz Rivera afirma que se trata de la condena más alta dictada hasta ahora en la entidad
Colima, Col , 12 de mayo (apro)- Un violador de siete menores en el puerto de Manzanillo fue sentenciado a 123 años de prisión, anunció el procurador de Justicia del estado, Arturo Díaz Rivera, quien señaló que se trata de la condena más alta dictada hasta ahora en la entidad
En conferencia de prensa, el funcionario indicó que los hechos ocurrieron en 2005 y, desde entonces, fue detenido el responsable, Christian Josefat Navarro Trejo, quien también se hacía llamar Edgar José Castillo Becerra, acusado además de tentativa de violación de tres menores más y con antecedentes de haber violado en años anteriores a otros cinco menores en Puerto Vallarta, Jalisco
Con la sentencia, emitida por el juez primero penal de Manzanillo, José Villalvazo Martínez, se resolvieron los expedientes penales 93/2005, 98/2005, 99/2005, 100/2005, 103/2005, 123/2005, 124/2005, 125/2005, 126/2005 y 127/2005, instaurados en ese puerto a partir de junio de ese año, cuando fue detenido Josefat Navarro, que entonces contaba con 22 años de edad
En sus declaraciones, Navarro Trejo dijo que tenía tres meses de haber llegado a Manzanillo, procedente de Cancún, Quintana Roo, pues se encontraba huyendo de las autoridades de Puerto Vallarta, donde había cometido cinco violaciones
El procurador Díaz Rivera indicó que esa información fue corroborada con el delegado de la Procuraduría de Jalisco en Puerto Vallarta, quien manifestó que Christian Josefat había estado internado en el Cereso de esa ciudad por el delito de violación el pasado 30 de diciembre de 2000, y que además se encontraban radicadas en su contra en la agencia del Ministerio Público de delitos sexuales las averiguaciones previas 5041/2003, 4195/2003, 5135/2003, 5373/2003 y 5586/2003
Ante las autoridades judiciales de Manzanillo, Josefat confesó que la primera violación la cometió en marzo de 2005, y dijo que siempre buscaba que fueran menores de edad sus víctimas, a las que ubicaba y, luego de varios días de vigilarlas, las atacaba entre las dos y cuatro de la mañana, utilizando un cuchillo y una pistola calibre 22 para someterlas
Tras sorprenderlas, añadió, las sacaba de sus casas para llevarlas a punta de pistola a un lote baldío, que previamente ubicaba o a casas abandonadas, donde abusaba sexualmente de ellas, y les advertía que si lo denunciaban, algún miembro de su familia sufriría algún daño
Díaz Rivera dijo que las víctimas en su momento identificaron plenamente a su agresor ante el Ministerio Público y posteriormente, ante el juzgador de la causa, además de que la detención fue posible debido a las oportunas denuncias y a la colaboración de testigos