Denuncia sacerdote intimidación del Ejército en marcha por masacre de Creel

viernes, 17 de agosto de 2012 · 17:52
CHIHUAHUA, Chih. (apro).- El sacerdote y defensor de derechos humanos, Javier Ávila, El Pato, denunció que elementos del Ejército realizaron actos de hostigamiento contra los deudos de las víctimas morales de la masacre de Creel durante la marcha de conmemoración por los cuatro años de la tragedia. El prelado aseguró que los militares tomaron fotografías de los manifestantes y los números de placas de los automóviles en los que llegaron al punto de reunión de la marcha, realizada la víspera en la localidad de Creel. Recordó que ayer por la mañana elementos de la Policía Estatal hablaron con él para expresarle su apoyo y ponerse a sus órdenes; dijo que les compartió la ruta y el horario de la manifestación que realizarían por la tarde. Antes de las 18:00 horas, estaban listas las unidades de la Policía estatal y de Vialidad municipal para encabezar la marcha. “Lo extraordinario vino cuando dos camionetas del Ejército llegaron a estacionarse en doble fila en donde nos estábamos reuniendo; se bajaron los militares que venían en ellas y, según su costumbre, se repartieron en diversos sitios”, explicó. El sacerdote Ávila denunció que la persona que presumiblemente iba al mando de los militares, comenzó a tomar fotografías de manera abierta, anotaba datos en una libreta, así como números de placas de vehículos cercanos, entre éstos de la camioneta del propio religioso. “Llegamos al sitio donde fue la masacre convertido ahora en una plaza pública, y siguió anotando placas y tomando fotografías”, agregó. Estuvieron presentes durante toda la celebración de la eucaristía. El religioso dijo que también estuvo presente una pareja, una mujer y un hombre, al parecer enviados por el gobierno federal, que también estuvo filmando el desarrollo de la manifestación. El acompañante de la mujer se dedicó a realizar “llamadas por celular, a tomar notas en su pequeña libreta y se movía de un lado para otro”. El jesuita cuestiona si se trató de intimidaciones y actos represivos, ya que por primera ocasión en cuatro años, los militares se acercaron a vigilar la marcha. “¿Por qué razón se violenta de esa manera nuestro legítimo derecho a manifestarnos pacíficamente?”, cuestionó.

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