Hijo de poderoso empresario yucateco propina golpiza a su excuñado

viernes, 17 de octubre de 2014 · 21:20
MÉRIDA, Yuc. (apro).- El miércoles 15, Roberto Ponce Díaz, hijo del poderoso empresario Roberto Ponce García, dueño de la compañía Bepensa, fue detenido por propinar una golpiza a su ahora excuñado Ermilo Javier Castilla Roche en pleno Juzgado de Oralidad Familiar. Además de la tunda, según versiones difundidas por medios locales, Ponce Díaz amenazó de muerte a su excuñado a las puertas de los baños del juzgado durante un receso de la diligencia en la que fue disuelto el matrimonio entre Casilla Roche y Margarita Ponce Díaz, hermana del empresario. La familia Ponce, propietaria de la empresa Bepensa, que entre otras firmas opera la de Coca Cola en la Península de Yucatán, es acusada de despojar de sus tierras a ejidatarios de la isla de Holbox, en Quintana Roo, y de haber utilizado a la Marina para el encarcelamiento de 16 comuneros de esa localidad que se oponían a sus planes. Tras la gresca, Ponce Díaz fue detenido por agentes de Seguridad Pública en las instalaciones del Juzgado Tercero de Oralidad Familiar donde se desahogaba la diligencia del trámite de divorcio entre su hermana y su cuñado, quien exigía que se le concediera la convivencia equitativa con sus dos hijos menores, a lo que la familia de su ahora exesposa se opone. Durante su detención, uno de los abogados del empresario amenazó a los policías que se lo llevaron. Les advirtió que no sabían con quién se metían y que en ese mismo momento llamaría a sus superiores para que liberaran a Ponce. Roberto Ponce fue detenido y liberado horas después tras pagar una fianza porque las lesiones que causó a su excuñado no tardan más de 15 días en sanar. Sin embargo al salir del juzgado, Castilla aseguró que también fue amenazado por los escoltas de los Ponce, cuyo jefe le quitó un teléfono con el que había tomado fotos de las armas que portaban ocultas en sus “canguros”. Luego acudió a la Fiscalía General del Estado donde interpuso formal denuncia por la golpiza que le propinó su excuñado a la vista de numerosos testigos y de la que resultó con un ojo morado.

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