Lideresa de la CNC arruina al PRI Campeche su asamblea estatal

sábado, 13 de diciembre de 2014 · 18:41
CAMPECHE, Camp. (proceso.com.mx).- Con un escándalo protagonizado por la lideresa de la CNC, Sonia Cuevas Kantún, quien dejó el presídium para ir a romper la pancarta a un manifestante, cerró el PRI su asamblea estatal en la que se decidió la “convención de delegados” como método para seleccionar a su candidato a gobernador. En su sesión extraordinaria, el Consejo Político Estatal priista aprobó también la plataforma político-electoral del partido para todos los candidatos a puestos de elección popular para el proceso 2015, así como una coalición con el Partido Verde Ecologista de México para la elección de gobernador. Minutos antes de que se declarara la conclusión de la sesión, en la que se aprobaba el método “más democrático y el que demostrará la fuerza y unidad priista”, un hombre apareció frente al auditorio con una pancarta manifestándose contra la alcaldesa Ana Martha Escalante Castillo, quien se encontraba sentada en la primera fila del recinto, junto a otros munícipes, y en la que también figuraba el zar antisecuestros Renato Sales Heredia. Un alfil priista saltó de inmediato sobre el manifestante, quien se identificó como Pedro Javier Carrillo, un comerciante del mercado quien llevaba varios días plantado a las puertas del ayuntamiento sin ser atendido, e intentó cargarlo para retirarlo. Al ver la acción, reporteros que se encontraban agrupados en esa área del recinto salieron en defensa del manifestante: “¿A dónde lo llevan? ¿Por qué se lo llevan?”, reclamaban. Sorpresivamente Cuevas Kantún abandonó su sitio en la mesa del presídium y acercó al manifestante, a quien, después de un frustrado intento de diálogo, arrebató sus pancartas y se las rompió. “¿Por qué me rompe mis pancartas? ¡Tengo una familia e hijos! ¡Tengo derecho a manifestarme!”, se defendía, llorando, el hombre quien dijo no tener filiación partidista y explicó que por obras que se hicieron en el mercado lo reubicaron en un sitio insalubre donde la gente no llega a comprar, y hasta ahora las autoridades se han negado a escucharlo. Entre jaloneos y empujones, el hombre se hizo de un par de folders que encontró tirados en el suelo en los que desesperado escribió: “Apoyo para un plato de frijoles” y enarbolando su nueva pancarta se postró entre lágrimas a los pies de Escalante Castillo, quien pidió le pusieran una silla. Pese al escándalo, el evento no se vio interrumpido. La  dirigente estatal del PRI, Ana Graciela Cristanti Villarino, prosiguió su discurso simulando ignorar lo que sucedía. Antes de la clausura, Cuevas Kantún pidió la palabra para explicar su actitud, pero le fue denegada. “¿A qué le tienen miedo?”, gritó desde su sitio en el presídium. “Ningún miedo”, le respondieron con desaprobación desde la primera fila el exgobernador Jorge Salomón Azar García y otros priistas. Al término, Cuevas Kantún declaró que Azar García se acercó a ella, y aporreando sus manos en la mesa le dijo: “Eres una india sin prudencia, no se puede esperar más de ti”, a lo que ella le reviró: “lo que pasa es que yo sí tengo los huevos que ustedes no”. Dijo que el hombre fue infiltrado como parte del fuego amigo entre priistas y añadió que ya es tiempo que eso se acabe, así como las ofensas a las mujeres. El gobernador Fernando Ortega Bernés, quien atestiguó todo el incidente desde la primera fila, se negó a hacer comentarios al respecto.

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