Autoridades ofrecen disculpas a Ananías Laparra, víctima de tortura y cárcel
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis. (apro).- A 15 años de su detención arbitraria y autoincriminación bajo tortura de un crimen que no cometió, autoridades federales y estatales ofrecieron una disculpa pública a Ananías Laparra y su familia por el injusto encarcelamiento y daños físicos y materiales provocados.
En un acto protocolario, de acuerdo con lo estipulado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con sede en Washington, este viernes los funcionarios se dieron cita en la palapa de la Casa de Gobierno para ofrecer una disculpa pública a Laparra Martínez.
Ananías, de 66 años, llegó acompañado de los abogados que llevaron su caso ante la CIDH, Ricardo Lagunas y Alejandra Gonza, de la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Seattle, además de su esposa Rosa Godínez; su hija Rocío y, en ausencia, la foto de su hijo desaparecido, José Ananías Laparra Godínez.
El hombre no pudo contener las lágrimas al narrar el vía crucis que debió padecer desde que fue capturado en octubre de 1999. Su esposa; Rocío, entonces de 16 años, y su hijo, de 14, fueron torturados --al igual que él-- para que lo señalaran como el homicida del novio de su hija, Elvis Díaz Martínez, de 20 años.
A Ananías, de oficio albañil, le robaron las vacas que tenía en su terreno, el mismo que debió vender para pagar un abogado. También vendió su casa para pagar los abogados que lo sacaran de prisión, aunque sólo fue estafado, pues nadie hizo nada cuando recibió una condena de 28 años por un crimen admitido bajo tortura.
"Es que según consta en los expedientes, tú eres un homicida confeso", le decían los abogados a Annías, pero él alegaba ser inocente, e insistía en que eso lo firmó para ya no siguieran torturando a su esposa y sus hijos.
Lo peor es que al ser condenado su padre, la conciencia no dejó tranquilo a su hijo, quien fue obligado a señalar a su progenitor como criminal. Un día partió de casa y nunca más se supo de él.
Eran los tiempos del entonces procurador Eduardo Montoya Liévano. En la tortura participaron el agente del MP, Donato Vela Rodas; el jefe del grupo especial de la Policía Judicial era Miguel Ángel Castañón Armento, quien capturó a Ananías, con el apoyo de los elementos Rony Obeth Zaragoza Rodríguez, Máximo Becerra y Pablo Morales.
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Este viernes, el secretario general de Gobierno, Eduardo Ramírez Aguilar, y el titular del Poder Judicial del Estado, Rutilio Escandón Cadenas, admitieron la responsabilidad oficial al no procurar e impartir justicia conforme a derecho en 1999, cuando Ananías fue detenido, y en el año 2000, en que fue condenado de forma injusta.
Ambos funcionarios ofrecieron disculpas por el daño causado.
Posteriormente, el gobernador Manuel Velasco y la subsecretaria de Gobernación, Lía Limón, hicieron lo propio, al señalar que también se procederá a la reparación del daño físico y material.