HERMOSILLO, Son. (apro).- Agentes adscritos a la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro de la Procuraduría General de Justicia de la entidad aprehendieron a una banda de plagiarios integrada por un guardia penitenciario. Se trata de Humberto Hernández Medina, de 28 años y quien se desempeñaba como custodio del Centro de Reinserción Social de Ciudad Obregón. El servidor público fue acusado de secuestrar a al menos dos personas en diciembre pasado, en complicidad con Jesús Daniel Núñez Osorio, de 26 años, y Luis Alberto Navarro Félix, de 21. Ambos plagios se habrían llevado a cabo en Ciudad Obregón, según la Procuraduría estatal. Los detenidos fueron ingresados al Centro de Readaptación Social (Cereso) de esta ciudad y podrían alcanzar una penalidad de 50 a 90 años de prisión. En el caso particular de Hernández Medina, la pena sería mayor, de 50 a 100 años de prisión por formar parte de una institución de seguridad pública. El procurador sonorense, Carlos Navarro Sugich, expuso que el primer secuestro fue cometido el 3 de diciembre anterior, cuando la víctima salía de su domicilio por la mañana. “Fue abordada por dos sujetos quienes con arma de fuego en mano la subieron a un vehículo sedán, de la línea Lumina, de color blanco, propiedad de Hernández Medina, para llevarla a un domicilio (aún desconocido) desde donde realizaron las llamadas de rescate sin éxito porque no recibieron dinero a cambio y la víctima fue liberada la madrugada siguiente”, relató. El segundo plagio, añadió el fiscal estatal, fue realizado tres días después, el 16, cuando la víctima concluyó su jornada laboral e intentaba abordar su vehículo. En ese momento fue amagada con armas de fuego y trasladada en su propio automóvil a la misma casa de seguridad donde retuvieron a la otra afectada. En este caso, tampoco lograron rescate alguno, precisó. Mediante la denuncia de ambas víctimas e investigación de los integrantes de la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro, se estableció que Núñez Osorio facilitó los vehículos que se utilizaron en la privación y liberación de las personas ofendidas. Mientras que Félix Navarro se encargó de cobrar el rescate y cuidó de las víctimas en la casa de seguridad (de la que no se precisó dirección exacta) y el guardia carcelario fue quien vigiló los movimientos de la primera víctima y perpetró la privación de la libertad de la segunda perjudicada.