Padre Goyo: pedí licencia, no fui suspendido

jueves, 19 de febrero de 2015 · 20:10
MORELIA, Mich. (apro).- El sacerdote Gregorio López Gerónimo, conocido como el padre Goyo, negó que la arquidiócesis de Apatzingán lo haya suspendido por seis meses; más bien, aclaró, fue una estrategia para evitar que la Secretaría de Gobernación (Segob) sancionara a la diócesis por sus declaraciones. A través de un mensaje enviado esta tarde al corresponsal, el párroco dijo que pidió una licencia por seis meses y que informó de ello a las autoridades eclesiásticas desde enero pasado. Además afirmó que no le compete al recién nombrado obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García, castigar a un sacerdote de esa diócesis. “La tan sonada noticia de ‘la expulsión ministerial’, tómenla como una estrategia institucional para evitar que Gobernación sancione a la diócesis por mis declaraciones y me puedan incriminar a mí como persona física, pero no a la iglesia como Institución”, expresó. El padre Goyo consideró que debido a los tiempos electorales, el Instituto Nacional Electoral (INE) “pretende ponerle un bozal a mi amado clero para que no destape a los criminales que andan de candidatos”. También afirmó que no tiene enemigos en la Iglesia ni afuera de ella, y aunque de momento no celebra misas, jamás dejará el sacerdocio. Hace dos días, Ascensio García, obipo de la diócesis de Apatzingán informó que se decidió suspender durante seis meses de su ministerio al padre Goyo por su activismo con los grupos de autodefensa en Michoacán y afirmó que la sanción fue impuesta por su antecesor, Miguel Patiño. El padre Goyo afirmó que en estos días se ha reunido en Estados Unidos con líderes sociales y autoridades especializadas en derechos humanos a nivel internacional para atender el caso de la liberación del exlíder de las autodefensas, José Manuel Mireles, quien lleva más de siete meses preso y el próximo 26 de febrero cumplirá tres años de haberse levantado en armas contra la delincuencia organizada. Dijo estar muy consciente de que “nadie baja vivo de la cruz” y si por la búsqueda de la justicia, la verdad, la paz, la educación, el desarrollo y el bienestar del pueblo de Dios, hay que recibir espinas y clavos, “las acepto de muy buena gana y hasta aceptaría ser crucificado con Cristo, con Dios”.

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