Tras batalla legal de dos años, celebran primera boda gay en Edomex

sábado, 18 de abril de 2015 · 17:52
TOLUCA, Edomex. (proceso.com.mx).- Por mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que amparó a cuatro parejas homosexuales del Valle de Toluca, Jessica Carrillo Sánchez y Gabriela Cejudo Sámano se convirtieron en la primera pareja gay en contraer nupcias en el Estado de México. Sin epístola matrimonial de por medio, en acato a la resolución de la Corte y con base en sus atribuciones, Irma Jaimes, juez de la Oficialía Número 1 del Registro Civil de Toluca, declaró a las contrayentes unidas en legítimo matrimonio. A partir del acta matrimonial, las ahora esposas tendrán la obligación de proporcionarse alimentos, una el derecho de acceder a la seguridad social vía la otra, el derecho a unir puntos en Infonavit y pensión por fallecimiento, como cualquier pareja. La unión se formalizó a poco más de un mes que la SCJN otorgó un amparo a cuatro parejas que buscaban casarse desde el 2013 pero no podían hacerlo porque el Código Civil del Estado de México sólo contempla los matrimonios entre un hombre y una mujer. El 26 de febrero la SCJN concedió el amparo a las parejas promoventes; declaró anticonstitucional, discriminatoria y en contra de todos los tratados internacionales firmados por México esta disposición del Código Civil del Estado de México; y ordenó su modificación. Tras el fallo, el gobernador Eruviel Ávila turnó la iniciativa correspondiente a los diputados, sin que hasta el momento se haya discutido ni dictaminado. Luego del matrimonio civil, Jessica y Gabriela compartieron con familiares, amigos, conocidos e integrantes de la Comunidad Lésbico Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (LGBTT) del Valle de Toluca el acontecimiento. Pareja busca adoptar Hace cinco años, Jessica y Gabriela se enamoraron a primera vista, cuando se conocieron por amigos comunes durante una fiesta en Toluca. Desde entonces, anhelaban una relación formal y duradera, deseaban casarse. No obstante, para concretar su anhelo no sólo se enfrascaron en guerras emocionales y de convencimiento con sus familias, sino además se enfrentaron a la discriminación social, la negativa de autoridades y a impedimentos legales. El artículo 4.1 Bis. Del Código Civil del Estado de México establece que “el matrimonio es una institución de carácter público e interés social, por medio de la cual un hombre y una mujer voluntariamente deciden compartir un estado de vida para la búsqueda de su realización personal y la fundación de una familia”, pero excluye la posibilidad de uniones entre personas del mismo sexo. Para concretar su sueño, Jessica y Gabriela enfrentaron juntas un proceso legal de más de dos años, al lado de otras tres parejas. El 14 de febrero de 2013, cuatro parejas de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (LGBTT), entre ellas Jessica y Gabriela, acudieron al Registro Civil de Toluca a solicitar su licencia de matrimonio, sus documentos les fueron aceptados pero la respuesta final, otorgada 30 días hábiles después, resultó negativa. Las cuatro parejas iniciaron una batalla legal ante varios juzgados, y finalmente llegaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Jessica y Gabriela saben que están haciendo historia al convertirse en la primera pareja homosexual del Estado de México en contraer nupcias. Las contrayentes reconocen que no son activistas en toda la extensión de la palabra, pero se admiten iniciadoras de la lucha jurídica, de entrada por un interés personal que repercutirá en favor de otras parejas del mismo sexo. “Es una emoción muy grande y un orgullo. Es un logro. Es un paso para hacer valer nuestros derechos. Lo estamos haciendo por todos los demás (integrantes de la comunidad), es una representación muy grande. Hay muchas emociones, todo son sentimientos”, comparte Gabriela. Ya como esposas, Jessica y Gabriela se disponen a disfrutar de su luna de miel, y de los derechos legales, además de las obligaciones, a los que podrán acceder a partir de este momento. “Vamos a seguir nuestras vidas, como cualquier persona, seguiremos cumpliendo nuestros sueños para estar bien y felices… Queremos tener una familia, adoptar, pero eso lo veremos a su tiempo”, detalla Gabriela. El matrimonio reconoce que la sociedad, al menos toluqueña, aún no está preparada para respetar las divergencias, a pesar de que ellas no le piden nada a nadie para sobrevivir. “Todavía falta mucho para que las personas sepan respetar a las demás, para que aprendan sobre el sentir de las demás personas”, exponen. Tampoco las autoridades, admiten, se encuentran preparadas; si bien admiten que las necesidades sociales están cambiando, las acciones para atenderlas son pioneras. Finalmente, Gabriela convocó a los mexiquenses con preferencias diversas a “que no tengan miedo, no se preocupen por el qué dirán, nadie nos da a nosotros para comer, nosotros sacamos las fuerzas para salir adelante, a nadie le pedimos nada”.  

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